Prensa. El Nuevo
Herald.
Un
informe de Amnistía Internacional (AI) distribuido el jueves pone en relieve la
peligrosidad de vivir en Venezuela, donde la violencia incluso supera a la de
países que se encuentran en guerra. “No entiendo de dónde salen tantas balas”,
dijo María Elena Delgado, residente de una zona pobre de Caracas, en una
entrevista con Amnistía Internacional.
“A
una vecina mía le mataron a sus tres hijos varones; otra vecina perdió a dos
hijas por balas perdidas. Esto no es vida. Cuando a uno le matan a un hijo,
matan a la familia entera”, agregó Delgado, quien también ha perdido tres
hijos, un sobrino y un nieto por la violencia armada.
Según
el informe de AI, la capital y otras ciudades venezolanas ya están entre las
más peligrosas del mundo, superando el alarmante nivel de más de 100 homicidios
por cada 100,000 habitantes (hpcmh). Ese nivel es significativamente superior
que el promedio de las Américas de 16.3 hpcmh, así como la tasa mundial de 6.2.
En
un desglose por estados, el distrito capital registra una tasa de 113 hpcmh,
mientras que el estado Miranda, donde también yacen zonas de la Gran Caracas,
registra una tasa de 120 hpcmh. Otras zonas de gran peligro incluyen los
estados Amazonas (105.52), Aragua (104.09), Bolívar (91.7), Monagas (92.01) y
Carabobo (83.67).
Datos
oficiales colocaban el promedio nacional en 70.1 para el 2016 y ese nivel fue
declarado en ese entonces como el más alto en la historia del país,
registrándose ese año 21,752 homicidios. Pero los expertos calculan que la
situación es hoy aún peor. “La cifra más reciente, no oficial, pone a Venezuela
en una tasa de 89 homicidios por cada cien mil habitantes”, resaltó el informe.
Según
los estudios realizados en el país, cuatro de cada cinco víctimas (81,13 por
ciento) son hombres, y entre estos la gran mayoría son jóvenes de 15 a 44 años.
La mayoría de las víctimas fueron asesinadas principalmente con armas de fuego,
que fueron utilizadas en nueve de cada 10 asesinatos.
Y
el informe también develó lo que considera una preocupante tendencia entre las
autoridades del régimen de Nicolás Maduro. “Amnistía Internacional ha podido
observar que los funcionarios del Estado, guiados por una racionalidad militar,
han empleado la fuerza de forma abusiva y excesiva con regularidad y, en
algunos casos, de manera letal e intencionada en el marco de los operativos de
seguridad”, resaltó el estudio.
“Preocupa
además, que altos funcionarios gubernamentales califiquen de ‘éxito’ que se
hayan ‘abatido delincuentes’ en el marco de algunos de estos operativos. Otro
ejemplo preocupante de esto son las declaraciones [de un jefe de Comando
Regional] que dijo: ‘¿Cuál es el resultado de un delincuente? O la cárcel o
bajo tierra. Porque ese es el destino final de un delincuente’”, agregó el
informe.
La
Fiscalía General de la República informó en el 2016 que 4,667 personas murieron
ese año a manos de funcionarios de seguridad, lo que representa el 22 por
ciento de los homicidios totales. Y entre enero y junio de 2017, esta misma
fuente reveló que hubo 1,848 muertes.
Siga aAntonio
María Delgado en Twitter:@DelgadoAntonioM