Prensa. Infoabe.
"Proyecto
Guanlan". Ese es el nombre del plan que lanzó el pasado mes de mayo el
gobierno chino para desarrollar un amenazante satélite capaz de atacar
submarinos desde el espacio. En mandarín, "Guanlan" significa
"mirar las grandes olas". En caso de que Beijing logre desarrollar
con satisfacción este proyecto, representaría un avance verdaderamente
revolucionario. Ni siquiera Estados Unidos y Rusia lograron en el pasado
dominar esta sofisticada tecnología sobre la que está trabajando China.
El
objetivo primordial de este satélite es llevar a cabo un bombardeo con láser
contra un objetivo a 500 metros de profundidad. Los encargados de llevar
adelante este proyecto son científicos que trabajan en el Laboratorio Nacional
Piloto de Ciencia y Tecnología Marinas en Qingdao, Shandong, en la costa este
de China.
El
primer paso fue enviar un plan al gobierno de Xi Jinping explicando cómo podría
desarrollarse un dispositivo de ese tipo. En mayo el Ejecutivo lo aprobó y
proporcionó fondos para comenzar el proceso. Una vez terminado, este
dispositivo podría ser montado en un avión, así como en satélites de vigilancia
de China, según consigna India Today.
Ese
medio sostiene que, en caso de prosperar el Proyecto Guanlan, China estaría en
condiciones de manipular el tráfico oceánico, tanto civil como militar. Es que
la tecnología de radar existente hasta el momento no proporciona información
suficiente sobre los movimientos de los barcos y submarinos.
Así,
China está en carrera de desarrollar una tecnología que ni Estados Unidos ni
Rusia han podido. Los expertos explican que la intensidad de los láser se
debilita cerca de mil veces su fuerza en la atmósfera. Los rayos solares, en
tanto, no alcanzan más de 200 metros de profundidad en las aguas oceánicas.
No
obstante, si bien los rayos solares pueden ser hasta mil millones de veces más
potentes que los solares, es vital controlar la desviación en el agua con el
objetivo de garantizar la precisión y penetración deseada. El posible
desarrollo de este Proyecto es seguido con suma preocupación por las
autoridades indias, quienes consideran que este satélite podría representar un
desafío para los intereses de seguridad de su país.