Prensa.
share.america.gov.
Emmanuel
Neossi es tan bueno en su trabajo exportando cacao y café en grano desde
Camerún, que algunos lo llaman “Monsieur Cocoa“. Neossi fundó Producam S.A. en
2012 con sólo un par de almacenes en la región occidental de Camerún. Para
2017, su negocio estaba creciendo tan rápidamente que no podía seguir el ritmo
de la demanda. Se puso en contacto con Ovamba (en inglés), una compañía
financiera estadounidense que ayuda a crecer a pequeñas empresas como la de
Neossi, pero de una manera diferente a la de los bancos tradicionales.
Ovamba
conectó a Neossi con tres inversores extranjeros dispuestos a financiar 10.000
toneladas de cacao para la exportación. En el plazo de un año, Neossi cerró un
contrato de 500 millones de dólares con una firma de capital privado
estadounidense para comenzar el procesamiento de cacao en la región.
“La
banca se queda corta”, dijo Viola Llewellyn, cofundadora y presidenta de
Ovamba, sobre las dificultades que enfrentan los empresarios en los países
africanos para encontrar financiamiento. “El ‘centro perdido’ de la creciente
clase media de África no puede obtener servicios empresariales”.
Ese
“centro perdido” es una porción creciente de la población de todo el continente
que gana demasiado para cualificar para recibir servicios gubernamentales o
asistencia de organizaciones sin fines de lucro, pero no lo suficiente para
invertir en su propio avance, ya sea pagando la matrícula universitaria o
financiando una nueva empresa comercial.
John
Sedunov, profesor de finanzas en la Universidad de Villanova, dice que muchos
bancos en África dudan a la hora de arriesgarse con las pequeñas y medianas
empresas como Producam porque no tienen las fuentes de datos tradicionales para
evaluar el riesgo de una inversión que tienen las grandes empresas.
Ovamba
ha creado docenas de programas informáticos a medida para los clientes de la
empresa en Camerún y Costa de Marfil. Estos programas recopilan datos sobre los
negocios y transacciones de los clientes para construir una sólida evaluación
de riesgos para los inversionistas como alternativa a los documentos
tradicionales que utilizan los bancos.
Llewellyn
y su socio, Marvin Cole, iniciaron Ovamba en 2013. Ambos tenían años de
experiencia trabajando en finanzas en el África subsahariana, pero se sentían
frustrados por la percepción extranjera de que la inversión en la región era
pequeña y caritativa. Querían una forma de “poner a disposición de las empresas
africanas un capital que fuera auténtico y que respondiera a sus necesidades
culturales”.