Prensa. Sol
Comunicaciones / Héctor Correa
La
especialista recomienda que toda persona después de los 35 o 40 años debe tener
un primer contacto con un cardiólogo si previamente era sana. Cuando una persona se siente cansada haciendo
las mismas actividades que hacía anteriormente o siente ahogo al respirar puede
tratarse de una disnea por lo que debe asistir al cardiólogo, dado que ello es
un signo de alarma. La disnea se manifiesta como una dificultad respiratoria.
Se percibe una falta de aire en los pulmones y puede presentarse también con
mareos, náuseas y ansiedad.
La
disnea es una de las mayores causas de consulta en cardiología y es atendida de
inmediato por cuanto ésta puede tener consecuencias negativas para el paciente.
Los especialistas harán una evaluación cardiovascular completa y un examen
físico.
Maria
Carolina Maldonado es egresada de la Universidad Central de Venezuela, UCV.
Hizo un postgrado en Cardiología y Medicina Interna en el Hospital Miguel Pérez
Carreño y posteriormente cursó una especialización en Imagen Cardíaca Integral
en la Universidad Complutense de Madrid, España. En la actualidad forma parte de un equipo de
cardiólogos del Centro Diagnostico Docente, CDD Las Mercedes, en Caracas,
dirigido por Wilson Mourad, quien se ha
enfocado en la obtención de nuevas tecnologías para liderar en Venezuela y
América Latina.
En
opinión de Maldonado, lo primero que hay que hacer al recibir un paciente en
estas condiciones es determinar si se trata de una disnea de origen cardiaco o
pulmonar. “Podría ser un equivalente isquémico. Es decir, que hay placas en las
arterias coronarias que está ocasionando una obstrucción dinámica y cada vez
que el paciente realiza sus actividades diarias, advierte síntomas que antes no
sentía”.
Considera
la especialista que al paciente hay que hacerle un interrogatorio que incluya
inicio de los síntomas, examen físico, una evaluación cardiovascular completa,
auscultarlo y medirle la tensión arterial. “El ecocardiograma es básico para
ver cómo es el movimiento del músculo cardíaco y el funcionamiento de las
válvulas. Si conseguimos alteraciones, le hacemos otras pruebas, según su edad
y condición. Entre ellas, un estudio de inducción de isquemia con la prueba de
esfuerzo, que es la más sencilla, o la
más compleja que es el ecocardiograma de estrés farmacológico o no
farmacológico”.
La
doctora Maldonado expresa que los pacientes pueden sentirse seguros, dados que
para este fin cuentan con equipos de última generación. Lo más novedoso en
América Latina es el equipo de Ecocardiografia con el que se pueden hacer
estudios en 3D, trasesofágicos y dispone del protocolo para hacer los exámenes
de inducción de isquemia. “También tenemos el equipo de la prueba de esfuerzo,
de nueva generación que permite realizar un diagnóstico completo del paciente”.
Otro
elemento que destaca la especialista es el equipo de trabajo. “Es fundamental
contar con profesionales de alta capacitación. En este caso somos un grupo
integrado por los doctores Ammy Sánchez, con postgrado en cardiología y
medicina interna, y fellow en
Ecocardiología; Juan Pérez Terán con postgrado en medicina interna y
cardiología; Eri Romero, cardiólogo
hemodinamista; Mariángel Millán, con postgrado en cardiología, con
especialización en imágenes cardiacas y mi persona”.
Para
evitar llegar a estos extremos, Maldonado recomienda a toda mujer, mayor de 35
años y a todo hombre, a partir de los 40, tener un primer contacto con un
cardiólogo para prevenir males mayores, si previamente eran sanos y sin
factores de riesgo. Es decir, que sean hipertensos, tengan algún problema
cardiovascular como una arritmia o algún problema valvular.