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Cada
pocos meses mujeres palestinas e israelíes se reúnen en el Hotel Everest, en
Beit Jala, cerca de Belén en los Territorios Palestinos, para hablar de moda y
de negocios. Trabajan para la empresa estadounidense Two Neighbors (dos
vecinos), que aprovecha los legendarios talentos de las mujeres palestinas para
el bordado en pueblos de Cisjordania y de las costureras y diseñadoras
israelíes. “Nuestra manera de trabajar juntas con amor y una cálida actitud
puede mostrar al mundo que es muy fácil vivir en paz y fabricar juntos
productos hermosos”, dijo Judy Elazari, una costurera de Israel.
“El
trabajar juntas disminuye las diferencias en todo”, dijo su colega palestina,
la artesana bordadora Adeem Amro. Las aspiraciones de las mujeres encajaron con
dos amigos de toda la vida en Idaho, que en 2013 crearon la empresa Two
Neighbors: Andy McCluskey y Whit Jones, ambos exitosos hombres de negocios ya
retirados, que buscaban la manera de marcar una diferencia.
El
negocio comenzó cuando Jones estableció primero una organización sin fines de
lucro que permitía tener un espacio de encuentro en la frontera entre Israel y
Palestina, donde la gente pudiera reunirse para conversar sobre la paz. Jones
se fijó en que las mujeres estaban más dispuestas “a mostrarle al mundo que
podían trabajar juntas” y de esa manera surgió Two Neighbors. Actualmente unas
50 mujeres israelíes y palestinas producen una línea de ropa y accesorios
femeninos de alta calidad.
La
línea de la moda
“Mujeres
que nunca antes tuvieron un puesto de trabajo ahora están ganando buenos
salarios y pueden inscribir a sus hijos en preescolar, lograr atención médica y
comprar teléfonos celulares”, dijo Tara Sauvage, que ingresó a Two Neighbors en
2017 para presentar la marca en el mercado de Estados Unidos. Las mujeres, que
trabajan una al lado de otra, han hecho amistades duraderas: “Conocen a los
hijos de las demás y también sus vidas”.
Un
futuro prometedor
Jones
y McCluskey también han aportado educación sobre negocios y otras
capacitaciones especializadas para la mujer, incluyendo a casi 30 bordadoras
palestinas y a una docena de costureras israelíes, y tienen previsto
entregarles a estas el control de Two Neighbors en un futuro cercano.
“Cuando
veo a estas mujeres reunirse para planificar los próximos pasos en la evolución
de su compañía, comunicándose en dos idiomas, con frecuencia con bebés
durmiendo y niños corriendo cerca, me da una gran esperanza de un futuro
probablemente liderado por las mujeres, que surja desde las bases comunitarias
y que con el tiempo acabe incorporándonos a todos nosotros”, dijo Jones.