Prensa.
Voanoticias.
Líderes mundiales comenzaron a llegar a Buenos Aires
el jueves para la cumbre de las economías más grandes del mundo, y se espera
que la atención se centre en temas que incluyen una guerra comercial entre
Estados Unidos y China, un nuevo acuerdo comercial de América del Norte y el
conflicto en Ucrania.
Los jefes de estado de Italia, Canadá, Corea del
Sur, Singapur y Turquía fueron de los primeros en arribar al país, junto con el
presidente francés y el príncipe heredero saudí que llegaron el día anterior. La
reunión podría ser un momento definitorio para el Grupo de los 20, para bien o
para mal, dijo Thomas Bernes, del Centro para la Innovación de la Gobernanza
Internacional, un grupo de expertos con sede en Canadá que se centra en la
gobernanza global.
"La Cumbre de Líderes del G-20 corre el riesgo
de caer en el desorden, ya que la cumbre se ve opacada por temas que no están
en la agenda, como la guerra comercial de Estados Unidos y China, la agresión
de Rusia contra Ucrania y la presencia del príncipe heredero de la Arabia
Saudí", dijo Bernes.
"La verdadera prueba será si los otros miembros
del G-20 actuarán resueltamente o si seremos testigos del desmoronamiento del
G-20 como un foro para la cooperación económica internacional". El
presidente de EE.UU. Donald Trump y la primera dama Melania Trump, abordan el
Air Force One para viajar a Buenos Aires, Argentina, para la Cumbre del G20.
Noviembre 29 de 2018.
Trump canceló una reunión con el presidente ruso,
Vladimir Putin, planeada para el sábado, citando la incautación de buques
ucranianos por parte de Rusia durante el fin de semana. Horas antes, el
portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo a los reporteros que los dos países
necesitaban discutir la estabilidad estratégica, el control de armamentos y los
conflictos regionales.
"No tenemos que estar de acuerdo en todos los
temas, y de todos modos no sería posible, pero tenemos que hablar", dijo
Petkov, y agregó que "no solo interesa a los dos países, sino al mundo
entero". Mohammed bin Salman, el
príncipe heredero de la Arabia Saudí, ha sido acusado por Human Rights Watch de
crímenes de guerra en Yemen y de la responsabilidad por el espantoso asesinato
del columnista del periódico Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul
el mes pasado. El reino niega que haya jugado un papel en el asesinato.
El miércoles, las autoridades legales argentinas
tomaron una acción inicial para considerar una solicitud de Human Rights Watch
para procesarlo por presuntos crímenes de lesa humanidad, una acción
aparentemente dirigida a avergonzarlo mientras asistía a la cumbre.
En una conferencia de prensa conjunta con el
presidente argentino, Mauricio Macri, el jueves, el presidente francés Emmanuel
Macron hizo un llamado a la participación internacional en las investigaciones sobre
el asesinato de Khashoggi, y dijo que quiere "miembros asociados de la
comunidad internacional" para las investigaciones. No dio más detalles.
Macri dijo que el asesinato estaría "sobre la
mesa" durante las reuniones bilaterales en la cumbre de viernes a sábado,
y posiblemente durante reuniones más amplias con los líderes del G20. No fue
casualidad que Macron llegara temprano. Se ve a sí mismo como un nuevo líder
del mundo libre y quiere desesperadamente salvar la idea de la cooperación
internacional que representa el G-20.