Prensa.
El Nuevo Herald.
El ex ministro boliviano Carlos Sánchez Berzaín es
uno de los más enconados opositores de Evo Morales, el primer presidente
indígena de la nación sudamericana. “Evo Morales controla el estadio, las
reglas, los jugadores, la pelota de fútbol, el árbitro y hasta parte del equipo
contrario”, dijo Sánchez Berzaín, quien trabajó como ministro de gobierno y de
defensa en los gobiernos anteriores a Evo Morales, en una entrevista con el
Nuevo Herald.
El pasado 4 de diciembre el Tribunal Supremo
Electoral de Bolivia aceptó la postulación del presidente Evo Morales y su
vicepresidente Álvaro García Linera para las elecciones presidenciales que se
celebrarán en enero. Sánchez Berzaín, experto en Derecho Constitucional y
politólogo, cree que se trata de la coronación de la obra totalitaria de
Morales y el desmantelamiento del Estado boliviano.
“Bolivia está solo un par de capítulos por detrás de
Venezuela, pero, como todo proyecto castrochavista, es la crónica de una muerte
anunciada”, apostilló el autor de Dictaduras del Crimen Organizado en las
Américas y La dictadura del siglo XXI en Bolivia.
“Bolivia es
una dictadura que simula democracia. Es un modelo que sigue una agenda dictada
desde La Habana. Ya vivimos parte de este libreto en Venezuela y en Nicaragua:
se viola la constitución, se suplanta, se copan los poderes públicos, se
desmantelan las instituciones y el gobernante se atornilla en el poder”, dijo.
Evo Morales fue electo en 2005 con cerca del 54 por
ciento de los votos. En ese momento la reelección estaba prohibida. Su gobierno
realizó una reforma constitucional que permitió su reelección en 2009. Al
finalizar ese mandato, Morales logró que su primer período al frente de la
presidencia no contara, por estar bajo la carta magna anterior. Se postuló y fue
electo nuevamente en 2014.
Bajo su gobierno se estatizaron los hidrocarburos y se
promovió la reforma agraria. El Estado redujo sustancialmente el número de
pobres y emitió bonos de ayuda a madres solteras y estudiantes, redujo los
salarios de los funcionarios y, con el auxilio de médicos cubanos y
petrodólares venezolanos, lanzó operaciones de salud pública en lugares
remotos.
Bajo la Constitución boliviana el presidente es
elegido por el pueblo de manera directa, y se le permite gobernar por cinco
años y solamente una reelección de manera continua. Pero el mismo Morales ha
dicho que ya se “acostumbró” al poder y no quiere “salir”.
En 2016 Morales promovió un referéndum vinculante
para reelegirse, pero perdió por un estrecho margen. Ante la derrota rompió con
su promesa de no insistir en la relección y acudió al Tribunal Constitucional
de Bolivia que consideró “inconstitucional” y violatorio de los derechos
humanos de Morales el límite impuesto en la Constitución a la reelección.
“Los que creemos en la democracia no podemos jugar
el juego que nos propone Evo Morales. Tenemos que salir de ahí. Es lo que le
pido a la oposición boliviana: no prestarse para legitimar una dictadura”, dijo
Sánchez Berzaín.
Morales, por su parte, ha dicho en varias
entrevistas que no se trata de un deseo suyo reelegirse, sino del “pueblo” que
lo ha escogido para que lo lidere. “A veces me pregunto, el día que lo deje [el
poder], ¿con qué tema voy a madrugar o acostarme a la una de la mañana? Ya me
acostumbré. Antes me encantaba ir a actos cívicos. Ahora lo que me gusta es
entregar nuevas obras”, dijo a El País un poco antes del referéndum vinculante.
Para el ex ministro de gobierno, quienes decidan
participar en las elecciones presidenciales bolivianas pautadas para enero de
2019 serán “legitimadores” y “colaboradores” del dictador. “Tenemos que
aprender la lección que nos ha dejado el pueblo venezolano. No existen
elecciones bajo dictadura ni se puede salir de una dictadura comunista a través
de los votos”, dijo Sánchez Berzaín.
A su juicio, no se trata de quitar la legalidad a
este tipo de “dictaduras” —Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia— porque la
estructura legal les pertenece a los gobiernos. “Se trata de quitarles la
legitimidad. Maduro celebró una elección en mayo y el pueblo venezolano se
abstuvo doblemente: no presentaron candidatos y no votaron. ¿Quién puede decir
que ese gobierno es legítimo?”, ejemplificó.
“Nadie duda
que Cuba tiene un gobierno deslegitimado pese a los grandes negocios y países
aliados a la dictadura. Nadie duda que Venezuela y Nicaragua están en esa misma
situación. ¿Vamos a esperar a que en Bolivia pase lo que pasó en Venezuela y
Nicaragua y masacren a nuestro pueblo?”, preguntó.
Tras la decisión del Tribunal Supremo Electoral,
miles de personas han salido a las calles a protestar contra la reelección de
Morales. Incluso comunidades indígenas como los tacanas de la Amazonía y los
tsimanés le han retirado su apoyo y creen que se trata de una traición a las
tradiciones de esas comunidades que establecen que el poder se comparte entre
varios líderes.A juicio de Sánchez Berzaín, en Bolivia no están
garantizadas las libertades fundamentales, por lo que no es posible llevar a
cabo una campaña electoral justa. “Evo Morales tiene todo el dinero del mundo y
todo el aparato del Estado para hacer campaña electoral”, insistió.
Director del Interamerican Institute for Democracy
con sede en Miami, donde se encuentra exiliado, Sánchez Berzaín, está
preocupado por el futuro de su país. “Este gobierno está forzando a Bolivia al
supremo y legítimo derecho a la rebelión al cerrar todos los caminos
democráticos para que el pueblo se exprese”, dijo el analista. “Está en evidencia la falsificación de democracia y
el pueblo de Bolivia es forzado al supremo derecho de la rebelión contra la
tiranía y la opresión”, enfatizó.
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