Prensa.
Diario Las Américas.
Los mercados bursátiles a
nivel mundial se volvieron a desplomar el jueves, profundizando una caída de
una semana provocada por la creciente ansiedad de que el coronavirus cause un
caos en la economía global. La venta generalizada provocó que las acciones de
Estados Unidos tuvieran su mayor pérdida en una jornada desde el 2011.
El promedio industrial Dow
Jones cayó casi 1.200 puntos. El S&P ha descendido ahora 12% de su nivel
máximo histórico al que llegó hace sólo una semana. Ello lo coloca en lo que
los observadores llaman “corrección”, que según algunos analistas era algo que debió
ocurrir desde hace tiempo en este mercado alcista, el de mayor duración en la
historia.
El S&P 500 cerró con
una pérdida de 137,63 unidades, el 4,4%, a 2.978,76, mientras que el Dow se
precipitó 1.190,95 puntos, el 4,4%, a 25.766,64. Por su parte, el Nasdaq
declinó 414,29 enteros, el 4,6%, a 8.566,48. Los precios de las acciones se
encaminan a su peor semana desde octubre del 2008, durante la crisis financiera
global.
Las pérdidas prolongaron
una caída que ha borrado las sólidas ganancias que los principales índices
registraron en enero. Los inversores comenzaron el 2020 sintiéndose confiados
de que la Reserva Federal mantendría las tasas de interés en niveles bajos y
que la guerra comercial entre Estados Unidos y China ya casi no amenazaba las
ganancias corporativas luego de que ambas partes llegaran a un acuerdo
preliminar en enero. Incluso en los primeros días del brote del coronavirus,
los mercados parecían tomarse las cosas con calma.
Sin embargo, en las
últimas dos semanas cada vez más compañías grandes emitieron advertencias de
que sus ganancias podrían verse afectadas, ya que los cierres de fábricas en
China alteran las cadenas de suministro y los consumidores allí evitan comprar.
Los viajes hacia y desde China están severamente restringidos, y los precios de
las acciones de las aerolíneas, hoteles y operadores de cruceros han sido
castigados en los mercados bursátiles. Al extenderse el virus más allá del país
asiático, los mercados temieron que los problemas económicos en China pudieran
extenderse a nivel mundial.
Un indicio de eso es la
gran caída en los precios del petróleo, que se desplomaron ante las
expectativas de que la demanda disminuirá drásticamente. “Este es un mercado
que está siendo impulsado completamente por el temor”, dijo Elaine Stokes,
gerente de cartera en Loomis Sayles, en el que los movimientos del mercado
están apegándose a las características clásicas de un comercio que se mueve por
el miedo: los precios de las acciones bajaron, los de las materias primas
también descendieron y los bonos ascendieron.
Los bonos volvieron a
subir de precio el jueves luego de que los inversionistas buscaron un refugio
para sus capitales, y el rendimiento del certificado del Tesoro a 10 años bajó
a 1,246%, un récord en baja, según el portal especializado TradeWeb. Cuando los
rendimientos caen, es señal de que los inversores sienten menos confianza en la
solidez de la economía.
“Es probable que ocurra
una recesión global si la COVID-19 se convierte en una pandemia, y las
probabilidades de que eso suceda son incómodamente elevadas y aumentan con las
infecciones que surgen en Italia y Corea” del Sur, dijo Mark Zandi, economista
en jefe en Moody’s Analytics. La caída del mercado probablemente también
debilite la confianza de los estadounidenses en la economía, dicen los
analistas, incluso entre quienes no poseen acciones. Dicha volatilidad podría
preocupar a las personas acerca de las compañías en las que trabajan y su
seguridad laboral.
Además, los
estadounidenses que sí poseen acciones se sienten menos ricos. Las dos
tendencias pueden unirse para desmotivar el gasto del consumidor y desacelerar
el crecimiento. El crudo de referencia bajó 1,64 dólares y se ubicó en 47,09 el
barril, mientras que el Brent cayó 1,25, cerrando en 52.18 el barril. La
gasolina para mayoristas perdió 4 centavos a 1.41 el galón.
El oro bajó 40 centavos,
ubicándose en 1.640 dólares la onza.