Prensa. Diario Las Américas.
En medio de una escasez de
mascarillas, respiradores y buena voluntad política, más de una quinta parte de
la población mundial estaba el lunes bajo órdenes de quedarse en sus casas, en
el comienzo de lo que podría ser una semana fundamental en la lucha para
contener el brote del nuevo coronavirus en Estados Unidos y Europa.
Las divisiones partidistas
estancaban las labores para aprobar un enorme paquete de ayuda en el Congreso
estadounidense, y los precios de las acciones cayeron en Wall Street, incluso
después de que la Reserva Federal dijo que prestará dinero a las pequeñas y
grandes empresas y a los gobiernos locales para ayudarlos a salir adelante.
Alertando que el brote
sigue acelerándose, el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros
Adhanom Ghebreyesus, pidió a los países tomar medidas enérgicas y coordinadas.
“No somos observadores
inermes”, comentó, y añadió que tomó 67 días alcanzar los 100.000 casos a nivel
mundial, pero sólo cuatro para ir de 200.000 a 300.000. “Podemos cambiar la
trayectoria de esta pandemia”.
La lucha para reunir
recursos de salud pública y políticos se intensificó en Nueva York, donde un
cierre a nivel estatal entró en vigor en medio de temores de que la ciudad de
8,4 millones de habitantes se está convirtiendo en uno de los brotes más
grandes del mundo. Casi 10.000 personas han dado positivo a la enfermedad
COVID-19 en la ciudad y casi 100 han perdido la vida.
En Italia, el país más
afectado de todos, la disminución en casos nuevos y muertes por segundo día
consecutivo dio un rayo de esperanza, aunque es demasiado pronto para decir que
la crisis está cediendo.
Las autoridades italianas
dijeron el lunes que el virus había provocado poco más de 600 muertes, una
cantidad menor respecto a las 793 de hace dos días. En total, el nuevo
coronavirus ha matado a más de 6.000 italianos, la cifra de muertes más grande
de cualquier nación, y llevado al sistema de salud a su límite allí y en
España.
El riesgo que enfrentan
los doctores, enfermeros y otras personas que están en primera línea se ha
hecho evidente: Italia ha registrado por lo menos 18 muertes de médicos
infectados con coronavirus. España reportó que más de 3.900 trabajadores de
salud se han contagiado, representando aproximadamente el 12% del total de
casos del país.
Los trabajadores de
sanidad de Gran Bretaña pidieron más equipo, alegando que se sentían como
“carne de cañón”. En Francia, los médicos consiguieron mascarillas de
trabajadores de construcción, de fábricas y arquitectos.
La crisis seguía amainando
en China. La ciudad de Wuhan, donde estalló el brote a finales del año pasado,
dijo que está permitiendo que los residentes tengan un movimiento limitado
mientras relaja gradualmente el cierre. Ahora, China envía aviones cargados con
equipo de protección, así como médicos, a Europa.
El presidente
estadounidense Donald Trump indicó que los remedios para combatir la epidemia
podrían ser más dañinos que el propio brote, y prometió reevaluar las
restricciones del gobierno después de que el cierre en Estados Unidos alcance
la marca de los 15 días.
A nivel mundial, se han
registrado más de 350.000 casos confirmados y 15.000 personas han fallecido a
causa del nuevo coronavirus. Mientras los casos en China han disminuido, los
peligros en Europa y Estados Unidos han crecido de manera exponencial, aunque
Alemania reportó el lunes cierto aplanamiento en su curva de infecciones. Más
de 1.500 millones de personas en todo el mundo han recibido instrucciones de
quedarse en sus casas para frenar la propagación.
Después de unas cuantas
semanas, Estados Unidos tiene más de 35.000 casos y más de 400 decesos.
Indiana, Michigan y Virginia Occidental se unieron a estados como California,
Illinois y Nueva York en solicitar u ordenar a sus residentes permanecer en
casa y mantener los negocios cerrados, instrucciones que ahora cubren a más de
una tercera parte de la población de Estados Unidos.
El secretario general de
la ONU, Antonio Guterres, pidió por un cese del fuego inmediato de todos los
conflictos del mundo para abordar la pandemia. En la mayoría de la gente,
el nuevo coronavirus causa síntomas leves o moderados, como fiebre o tos. Pero
en algunos, como en adultos o personas con problemas preexistentes, puede
causar afecciones más graves, como neumonía. Más de 100.000 personas se han
recuperado, principalmente en China.
FUENTE:
Con información de AP