Prensa. panampost.com.
Según el director general
de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, hasta
este lunes el número de casos globales de coronavirus (COVID-19) asciende a 387
919, mientras que los fallecimientos totalizan los 17 010 desde el inicio de la
epidemia en China, que se ha convertido en pandemia y prácticamente todos los países
han sido alcanzados por el virus.
En este sentido, la
agencia Efe reseñó que China se mantiene como el país más afectado, con 81 600
casos, con 39 casos importados de países que se han convertido en foco de la
pandemia y ningún caso de transmisión local en el último día. Le sigue Italia,
Estados Unidos y España, por número de casos.
El COVID-19 sigue su
expansión por América, con medio millar de muertes y unos 38 000 contagiados,
lo que ha llevado a los diferentes Gobiernos a tomar medidas que aminoren el
impacto generado por la pandemia.
Maduro y su arsenal
terapéutico para enfrentar el COVID-19
Venezuela no se escapa de
las estadísticas sobre casos confirmados oficialmente. El domingo Nicolás
Maduro reportó en cadena nacional que «Venezuela había llegado a 77 casos
comprobados, todos importados». Desglosó que 21 casos son provenientes de
España, 10 de Colombia, 3 de Estados Unidos, 3 de República Dominicana, 3 de
Italia, 2 de Brasil y 1 de Perú, por lo que esta suma abarcaba la procedencia
de 43 de los 77 pacientes confirmados con la enfermedad.
En horas de la tarde del
mismo lunes, la otra comisionada del chavismo ante el COVID-19, Delcy
Rodríguez, actualizó cifras y reportó siete nuevos casos positivos para un
total de 84 contagios registrados en Venezuela. «Estos nuevos casos fueron
reportados tres en el estado Barinas, dos en Aragua y uno en Miranda y Distrito
Capital».
La vulnerabilidad del
sistema de salud
Paradójicamente, desde
inicios del mes de marzo y específicamente cuando la OMS declaró el COVID-19
una pandemia, especialistas e involucrados
con el área de la salud en Venezuela han cuestionado insistentemente si
realmente el sistema de salud está preparado para garantizar desde lo más
mínimo —servicios públicos básicos—, el protocolo universal del lavado de
manos, equipos de protección personal para los profesionales mientras hacen su
trabajo de asistencia, hasta ventiladores para las terapias intensivas.
Para el jefe del Institute
for Healthcare Improvement (IHI) en Europa y América Latina, Pedro Delgado, hay
que actuar con urgencia. El COVID-19 debe ser manejado dejando a un lado los
extremos políticos, porque es un tema sanitario, de civismo, de humanidad. «Es
una bomba de tiempo, y el tic-toc-tic-toc de su reloj sigue aumentando en
volumen, al mismo ritmo que aumenta progresivamente la ansiedad individual y
general de los ciudadanos».
Igualmente indicó que los
casos siguen aumentando a diario en presencia de «un sistema de salud que no es
sistema en el estricto sentido de la palabra», sino una serie de instituciones
inconexas.
Delgado explicó, en
referencia a la crisis de salud que atraviesa Venezuela, que «poco se sabe de
su estado más allá de la Encuesta Nacional de Hospitales que nos dice que la
infraestructura física hospitalaria es muy deficiente — los servicios llegan
intermitentes y en algunos ni el agua llega, en la mayoría los insumos médicos
y el personal son deficientes para las necesidades cotidianas y no cuentan con
equipos suficientes, especial mención de respiradores que son escasos; hay
ausencia de protocolos de acción para epidemias y de zonas habilitadas de
aislamiento para pacientes infectados. La emigración masiva de los últimos años
de profesionales de salud es otro factor importante a considerar».
‘Resguardo de los derechos
de los más vulnerables’
Ante la llegada del
COVID-19 a Sudamérica y el devastador panorama que se vislumbra frente a esta
pandemia, basado en el padecimiento
diario de miles de venezolanos con enfermedades crónicas, los llamados de
atención no se han hecho esperar.