Gabinete no quiere asumir costo
político de la devaluación y revisión de los precios de los artículos
controlados
CELINA CARQUEZ
La ausencia del presidente Hugo
Chávez ha obligado al reacomodo de las fuerzas políticas del oficialismo, lo
que ha sido percibido como una parálisis en la gestión de gobierno. Los poderes
públicos, sin embargo, comienzan a engranarse en esta nueva coyuntura.
Algunas decisiones, como el
llamado al diálogo y la liberación de los presos políticos, sí quedaron en el
limbo. Las áreas que permanecen estáticas son la economía y la ejecución de
obras públicas. Para muchos analistas, el ajuste cambiario se ha pospuesto
debido al costo político que significa devaluar antes de una eventual elección
presidencial.
Entre las atribuciones del
Presidente de la República está dirigir la acción de gobierno y, de manera
coordinada con el Banco Central de Venezuela, fijar la política cambiaria del
país.
El artículo 110 de la Ley
Orgánica del BCV establece que "el BCV regulará, en los términos que
convenga con el Ejecutivo Nacional, la negociación y el comercio de divisas en
el país; las transferencias o traslados de fondos, tanto en moneda nacional
como en divisas, del país hacia el exterior o desde el exterior hacia el país,
así como los convenios internacionales de pago".
La ausencia de Chávez ha
retrasado una de las medidas más necesarias de acuerdo con los economistas: el
ajuste del tipo de cambio del bolívar con respecto al dólar, y la
reestructuración o eliminación del Sitme.
Aunque antes de irse Chávez
delegó en Maduro muchas atribuciones para el área económica, ninguna establece
la potestad para fijar la política cambiaria. Sólo tiene atribuciones para
decretar créditos adicionales al presupuesto; aprobar, diferir o negar los
puntos de cuenta de los ministros, y ordenar los traspasos presupuestarios de
los distintos los ministerios del poder popular.
De acuerdo con el economista y ex
director del Banco Central de Venezuela José Guerra, nadie en el actual
gabinete quiere o puede asumir el costo político de lo que debe hacerse:
devaluar el tipo de cambio, revisar los precios de los productos controlados y
el aumento de asignaciones de divisas a través del Sitme o la reestructuración
de este mecanismo.
Desde que el presidente Hugo
Chávez anunció que su cáncer había reaparecido, los economistas advirtieron una
desaceleración en el gasto público y en la ejecución de obras. Algunas de
ellas, como la ampliación del Metro y la construcción de los ferrocarriles,
quedaron paralizadas.
"El Sitme entrega sólo 15
millones de dólares diarios desde el 2 de enero, es decir, 40% menos de lo que
entregaba en 2012. Cadivi también tiene problemas para liquidar las divisas,
las asigna pero no las entrega. Los precios de los productos y servicios llevan
un año congelados", detalló Guerra.
El chavismo fuerzas. Para el
profesor de la Universidad Simón Bolívar Miguel Martínez Meucci, la acción de
gobierno no se ha detenido, y pone como ejemplo las recientes decisiones de
poderes públicos y las designaciones de ministros.
"El poder político ha estado concentrado en Chávez. Ante su ausencia
requiere una reorganización interna de las fuerzas políticas. El chavismo no es
un movimiento homogéneo, y su equilibrio estuvo garantizado por Chávez. Esos
grupos deben llegar a acuerdos para ver cómo se manejan en esta coyuntura. Lo
que queda en evidencia es la enorme influencia de Cuba en el sistema de
equilibrio venezolano. Todo este proceso toma tiempo", explicó.
A su juicio, lo único que está en
suspenso es la calificación de ausencia temporal por parte de la Asamblea
Nacional. Y la decisión de no declarar la ausencia responde a una estrategia de
ganar tiempo.
Sin embargo, explicó que al
chavismo no le conviene postergar demasiado una eventual elección presidencial,
pues el deterioro de la economía impactaría en los resultados.
"Están dispuestos a esperar con tal de ganar las elecciones para
aprovechar el carisma de Chávez e ir unidos. Existen tensiones y desconfianzas
entre Maduro, Jaua y Cabello.
Ahora se ven unidos porque lo
necesitan. Pero los Castro no confían en Cabello".
De embajadores y comandantes de la FAN. También es atribución de Chávez, de
acuerdo con la carta magna, dirigir las relaciones exteriores de la República y
celebrar y ratificar los tratados, convenios o acuerdos internacionales. Pero
desde que enfermó, la acreditación de embajadores se ha complicado. La
Convención de Viena establece que un jefe de misión asumirá sus funciones
cuando haya presentado sus cartas credenciales. En Venezuela la documentación
se debe presentar al primer mandatario nacional. Sin embargo, por la enfermedad
y ausencia del presidente en el país, los embajadores presentaban sus cartas
credenciales ante el vicepresidente ejecutivo.
El mandatario además es el
comandante en jefe de la Fuerza Armada Bolivariana, y quien puede promover a
los oficiales a partir del grado de coronel o capitán de navío.
Además es el único que puede restringir las garantías constitucionales o
declarar un estado de excepción.
La diputada María Corina Machado
opina que la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia que avaló la tesis de
la continuidad administrativa dejó en situación de vulnerabilidad al país.
"Esta sentencia nos ha llevado a que no haya comandante en jefe de las
FANB. Chávez está aislado y controlado por otro país. Ante una situación de
conmoción que requería órdenes, ¿quién las da?", se preguntó. VIDEO DEL 3ER. ANIVERSARIO DE SENDEROS DE APURE.NET