Ramón Guillermo Aveledo aseguró que el Gobierno no intimidará
con violencia: “La violencia es el pariente más cercano al miedo. No se
equivoquen”
ALEX VÁSQUEZ S.
Ramón Guillermo Aveledo fue el
responsable de hablar en el acto de conmemoración del 23 de enero de 1958 que
realizó la oposición y que sirvió también para que la Mesa de la Unidad
Democrática renovara sus propuestas y reafirmara su compromiso con el país.
Ese compromiso se reflejó en un
manifiesto que Aveledo leyó a los venezolanos, que contiene las 12 prioridades
para la oposición: exigir respeto a la Constitución; alcanzar un gobierno de
unidad que tenga la calidad de vida y lucha contra pobreza como prioridad;
defender los derechos de los venezolanos (vida, trabajo, educación, vivienda,
libertad de expresión); promover la descentralización; defender la soberanía,
con el permanente rechazo a la injerencia del gobierno de cualquier país;
combatir la violencia, la impunidad, la corrupción y el narcotráfico;
restablecer el respeto y confianza entre civiles y militares, así como garantizar
que la FAN se aleje de compromisos partidistas.
Otros objetivos son iniciar el
diálogo nacional entre todos los sectores; defender el petróleo para beneficio
de los venezolanos, con énfasis en los más pobres; apoyar la producción
nacional para reducir las importaciones y generar empleo; luchar contra el
ventajismo y pro de condiciones electorales equitativas y garantizar que
mediante el consenso la MUD escoja un candidato presidencial, si se adelanta un
nuevo proceso electoral.
Luego de que Aveledo leyó el
último punto los asistentes empezaron a gritar: “¡Capriles, Capriles!”, durante
unos diez segundos. El gobernador de Miranda sonrió y levantó un brazo. Los
aplausos continuaron un rato más.
El secretario ejecutivo de la MUD
rechazó la falta de independencia de los órganos del Estado, “que dejan
indefensos a los ciudadanos”, mientras el Gobierno se centra en repartirse
cuotas de poder. “La Mesa sabe que el país debe encontrarse en la unidad
nacional; que en lugar de promover las diferencias, fomente el diálogo. Estamos
al servicio de esa unidad más grande, la unidad nacional, porque todos somos
venezolanos”, dijo. Rechazó que, a pesar de que recibe 250 millones de dólares
diarios por el petróleo, el país se encuentre “endeudado y arruinado”,
tenga la inflación más alta de América Latina, y reine la inseguridad, mientras
los gobernantes sólo se preocupan por enriquecerse.
Aseguró que la ausencia de Hugo
Chávez agrava la situación. “Sus sucesores compiten en torpeza y prepotencia,
como si con desplantes solucionarán los problemas institucionales. Abusan del
control político de los poderes, convierten la Asamblea en una barra. Llevan la
violencia al Parlamento y la celebran con arrogante irresponsabilidad. La
violencia es el pariente más cercano al miedo. No se equivoquen, no nos
intimidarán. No nos sacarán de nuestra línea tenazmente cívica, pacífica y
democrática. Aquí no se rinde nadie”, aseveró Aveledo.
Opinó que el oficialismo sólo
busca usurpar el poder y calificó de “engendro y monstruosidad” la decisión del
TSJ, que no limita la ausencia del Presidente y legitima la continuidad de su
gabinete.
Un grupo de personas,
supuestamente nacionalistas, empezó a gritar y a mostrar pancartas que decían:
“El 23 de enero, derrocada la era de oro. Ni MUD ni chavistas, somos
nacionalistas. Otros asistentes al acto los sacaron del lugar. “A esa gente la
mandó el Gobierno. Aquí la dictadura se acabó. Esos son los reflejos de los que
quieren sabotear el acto porque no quieren que aquí haya democracia”, dijo
Aveledo.
Aspiración colectiva
Henrique Capriles Radonski no
llamó demasiado la atención cuando llegó al acto en el que la MUD conmemoró el
23 de enero de 1958. Llevaba una chaqueta tricolor y se sentó a la derecha del
orador, Ramón Guillermo Aveledo.
Pero cuando Aveledo anunció que
la MUD escogería un candidato presidencial por consenso, Capriles se convirtió
en protagonista, porque la multitud coreó su nombre.
El gobernador de Miranda
agradeció el gesto: “Nosotros salimos a dejar el alma recorriendo Venezuela;
ese compromiso está ahí. No se trata de una aspiración personal, sino
colectiva”, dijo, y aclaró, sin embargo, que el acto no se realizó para definir
candidaturas.
Celebró que se evitara la
confrontación al decidir no hacer un acto de calle y pidió trabajar para derrotar
la violencia: “Cómo es posible que el presidente de un poder rete a un diputado
a resolver los problemas por las vías de la violencia. Ese que ayer agredió a
Julio Borges forma parte del clan de Al Capone, esos que saquearon el estado
Miranda, que son unos corruptos con C mayúscula”, expresó.
Se preguntó por qué si el
Presidente hace chistes, no agarra un teléfono para comunicarse con el país y
darles tranquilidad a los venezolanos.
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