Prensa. Diario Líder.
Desde que iba en el autobús de regreso a Caracas,
luego de salir de Puerto La Cruz 0-2, Néstor Salazar tuvo una buena vibra y
sintió que Cocodrilos iba darle la vuelta a la serie en su casa. Anoche el
conjunto suario lo logró y dominó por tercera noche corrida en el Parque
Naciones Unidas a Marinos de Anzoátegui, esta vez 74-69, para tomar ventaja
de 3-2 en la final de la LPB.
"Cuando regresábamos varios de los muchachos dijeron:
'tenemos que barrerlos en Caracas y retornar a ganar el campeonato. La actitud
era fuerte. El escuchar eso me llamó la atención y me puso a reflexionar. Me
dije: 'tengo que aprovechar a esto', contó el coach.
Una de las maneras como el DT le sacó provecho
fue haciendo ajustes en defensa para no permitirle un juego cómodo al piloto de
la nave oriental, Gregory Vargas, al cerrarle los caminos hacia al aro.
También volvió a darle confianza a su armador Carl Elliott, quien no actuó en
el segundo partido.
"Carl pensó que yo no lo iba volver a poner y hasta me
preguntó: "¿Ya no confías en mí?", reveló Salazar. El resultado fue que el estadounidense en los
tres compromisos en la capital, promedió 20,3 puntos, contando los 17 que
encestó ayer, para ser pieza clave en el rendimiento de los suarios. Además,
anoche embocó la cesta que prácticamente selló el triunfo de Cocodrilos, al
hundir un triple restando 36,3 segundos para colocar la ventaja 70-64.
El único defecto de el base
fue que no quiso asistir a la rueda de prensa. Su argumento es que
está "muy enfocado", explicó el personal del equipo. Es ahora Marinos el que no puede fallar en su feudo, en
el juego seis y en un hipotético séptimo. De lo contrario dejará escapar el
tricampeonato.