Prensa. Diario El Nacional.
Mototaxista, vigilante nocturno o chofer son algunos
oficios alternativos con los que redoblan la jornada para cubrir las cuentas.
ANDREA MONTILLA K.
Jaime Figueredo es maestro
desde hace 12 años, mototaxista desde hace 3 y vigilante nocturno ocasional
desde el año pasado. Su carrera como docente no le ha dejado otra alternativa
que recurrir a múltiples oficios para mantener a sus 3 hijos, de 2, 7 y 8 años
de edad.
Desde las 7:00 am trabaja como
profesor de quinto grado en una escuela nacional en Antímano. A la 1:00 pm
enseña en otro plantel en Propatria, hasta las 6:00 pm. Tiene la suerte de que
en moto, su tercer medio de sustento, puede llegar a tiempo a ambos empleos. Los
minutos libres los dedica a trasladar a conocidos.
Figueredo, de 33 años de edad,
se gradúo en el Instituto Universitario Pedagógico Monseñor Arias Blanco, en
Caricuao, y cursó un posgrado en la Universidad Santa María. Por hacer 5
carreras en moto, un sábado, gana entre 500 y 600 bolívares; y como vigilante
nocturno en una quinta, 5.600 bolívares. Como docente II en la escuela
nacional, en cambio, percibe alrededor de 4.200 bolívares. Como interino en la
distrital, 2.400 bolívares, muy por debajo del salario mínimo actual (3.270,3
bolívares).
“La capacidad que tiene un
docente no alcanza para cubrir las necesidades básicas: yo pago luz, teléfono,
mantenimiento del vehículo, los colegios de los niños y ayudo a mi mamá.
Hacemos magia con el dinero”, cuenta. El drama de la docencia en el
país tiene el rostro de miles de venezolanos que a diario deben formar a nuevos
ciudadanos en circunstancias adversas.
El salario de esos
profesionales oscila actualmente entre 3.000 bolívares (bachiller docente) y
6.000 bolívares (docente VI). La cifra puede variar según el tiempo dedicado y
la jerarquía. La Federación Venezolana de Maestros señala que un docente
interino, con licenciatura, puede ganar 2.200 bolívares, mientras que la
canasta básica familiar costaba en diciembre en 15.622 bolívares, de acuerdo
con cifras del Cendas.
Para 2013 había en el país
53.000 docentes contratados o interinos tipo A (profesores o licenciados en
Educación con más de 24 secciones a cargo, lo que representa atender hasta 840
alumnos en un año escolar), calculó la FVM. La Memoria y Cuenta 2012 del
Ministerio de Educación indica que en el año escolar 2011-2012 había 122.746
interinos, 21% del total de docentes en el país (571.536).
Astrid Sonni, graduada de
Educación Preescolar en la Universidad Católica Andrés Bello, es maestra en una
institución privada en Chuao. Antes de comenzar su turno, desde muy temprano,
ofrece el servicio de transporte escolar en un carro Ford Fiesta de 1996. Por
las tardes dicta tareas dirigidas.
“Lo hago porque necesito el
dinero —señala Sonni, de 30 años de edad—. Con 4.000 bolívares no se compra ni
la canasta básica. Tengo una niña de 4 años. Llega el viernes y ya no valgo ni
medio. Los fines de semana los dedico para hacer planificaciones y boletas. Es
una carrera muy bonita, pero muy mal pagada. Uno tiene que pasar trabajo todo
el tiempo”.
Además de ser docente de
Castellano en un liceo en San Cristóbal, estado Táchira, Serbio Parada
aprovecha las horas libres para dictar clases de música y trabajar como
recreador en actividades corporativas.
“He contado con la facilidad de
que mi jefe entiende la situación, para poder estar en varios trabajos. Es una
profesión de mucha entrega. Más que recibir dinero, la satisfacción es ver a
mis estudiantes superándose y superándolo a uno”, afirma Parada, egresado de la
Universidad de los Andes en 2008.
Menos maestros. A juicio del
director del Centro de Investigaciones Educativas de la UCV, Luis Bravo, la
precariedad de la docencia en el país tiene efectos negativos sobre la calidad
de los procesos formativos del niño y sobre el funcionamiento de las escuelas.
“La persona que está el
circuito de la precariedad no trabaja los cinco días a la semana, pasa más
tiempo en cobrar su salario que en ir a trabajar. Además, debe hacer otras
cosas para poder vivir. Entonces, eso tiene consecuencias sobre la mala
calidad”, explica el especialista.
Existe otro factor que preocupa
aún más. De acuerdo con un estudio de la FVM, en el país faltan 189.000
docentes. Las condiciones laborales de los pocos que hay desalientan los nuevos
ingresos. El estudio más reciente de la Universidad Pedagógica Experimental
Libertador señala que hubo 121 egresados de Física en 2012 (7% menos que 2011),
127 de Química (27% menos que 2011) y 27 de Castellano y Literatura (111% menos
que 2011). Cada vez se gradúan menos
maestros y se jubilan más. En 2013, 3.968 alcanzaron esa condición, calcula la
federación. Para este período escolar se espera que se sumen 4.000 docentes.
Padres piden rescate del
magisterio
En el Día del Maestro, la Red
de Madres, Padres y Representantes exigió que en el país se reivindique la
carrera docente. El vocero de la asociación civil, Carlos Cedeño, afirmó que
debido a las condiciones laborales, las escuelas de Educación se están quedando
sin alumnos. “Debemos sentarnos todos los sectores para rescatar al magisterio.
Cualquier papá quiere tener el mejor maestro para sus hijos, pero no quiere que
sus mejores hijos sean maestros”, afirmó.
En relación con el nuevo diseño
curricular que elaboró el Ministerio de Educación, el también director del
colegio El Ávila advirtió que no se logrará ninguna mejora en la escuela si no
se analiza la situación del docente: “Un buen maestro con un mal currículo es
un buen maestro, un mal maestro con un buen currículo sigue siendo un mal
maestro. Todos nuestros esfuerzos deben centrarse en la preparación de los
docentes”.