Prensa. CNP
Hoy,
3 de mayo de 2014, por iniciativa de la Unesco, se celebra el Día Mundial de la
Libertad de Prensa, en todo el mundo, menos en Venezuela, donde la prensa vive
el peor momento de su historia: vivimos una etapa de gran indefensión, de
pérdida de puestos de trabajos, de persecución, de descalificación, de
agresiones impunes por parte de órganos del Estado, de estrangulamiento
económico, de quiebra de las empresas independientes y, sobre todo, de censura
directa, con llamadas hechas por los ministros a los dueños de los medios para
que silencien ciertas voces o ciertas ideas, para que se oculte la verdad, para
edulcorar las noticias, siempre para dar la impresión de que nada está pasando;
y finalmente, por la autocensura, en la que algunos colegas nuestros, en
contubernio con los dueños, se imponen el silencio como una forma de
sobrevivir, aunque los venezolanos sufran las consecuencias.
El
Colegio Nacional de Periodistas tiene como función, según los ordinales 5 y 6
el artículo 5 de la ley de 1972 que lo creó, «Contribuir al fortalecimiento,
ampliación y profundización de la democracia en Venezuela» y «salvaguardar la
libertad de expresión, el derecho de información y el derecho a la información».
En este sentido la libertad de prensa es paradigmática. Por eso, alzamos
nuestra voz para denunciar lo que podemos calificar como una política de Estado
para silenciar la prensa libre, como parte de su guerra contra el conocimiento,
la formación de ciudadanos y la información: en lo que va de año 190
trabajadores de la prensa han sido agredidos, de los cuales 140 son
periodistas. Los llamados colectivos, grupos de choque fascistas que utilizan
la violencia para imponer sus ideas, han sido los autores de veinticuatro de
estos ataques. La impunidad y la indiferencia del gobierno de Maduro son las
respuestas que recibimos a la mayoría de las denuncias que se han presentado.
Esta
violencia es solo un ingrediente más del estado de debilitamiento de la libertad
de prensa, derecho humano severamente comprometido en Venezuela: la negativa
del Centro de Comercio Exterior de permitirles a las empresas periodísticas
independientes de convertir bolívares en dólares para la importación de papel y
otros insumos han condenado al silencio importantes medios de comunicación.
Algunos han desaparecido y los que no, han reducido sus páginas, lo que se
traduce en menos información para la gente y menos espacios para el
conocimiento. Llama la atención que los medios del Estado y aquellos alineados
a la ideología antidemocrática del Partido Socialista Unido de Venezuela no se
quejen de la falta de papel ni de insumos, lo que pudiera significar dos cosas:
que no tienen esos problemas (lo que sería evidencia de la discriminación a los
otros medios) o que la autocensura no les permite quejarse.
El
Colegio Nacional de Periodistas, en este día de la libertad de la prensa, no
puede dejar pasar por alto las más recientes manifestaciones del afán del
gobierno nacional por acabar el derecho de los venezolanos a disentir como lo
fueron los allanamientos a las sedes de la organización no gubernamental Un
Mundo sin Mordaza y de la página web Reporte Confidencial. Asimismo rechaza la
persecución laboral a la periodista Johali Carmona en Venezolana de Televisión
por el hecho de que su esposo se haya quejado públicamente del Instituto
Venezolano de los Seguros Sociales; las descalificaciones hechas por la Fiscal
General de la República, Luisa Ortega Díaz, contra el periodista internacional
Ismael Cala; y la vergonzosa censura impuesta a la periodista Shirley Varnagy
en Globovisión, cuyos directivos cortaron una entrevista hecha al premio Nobel
de Literatura del 2010, Mario Vargas Llosa.
La libertad de expresión es un derecho universal, por lo que nosotros en
el CNP estamos en la obligación de defenderla así se trate de que los afectados
sean venezolanos o extranjeros, porque más allá de a quién se esté censurando o
descalificando, está el derecho de la gente a recibir esa información, gústele
o no a las autoridades.
La
democracia, el único sistema político garantizado por la Constitución Nacional
de 1999, y cuyo texto fue ratificado en el 2007 por el pueblo venezolano, con
solo una enmienda en el 2009 que no tocó su esencia, solo es posible cuando,
además de elecciones, el gobierno garantiza el derecho de la ciudadanía a
expresar sus opiniones sin riesgo a su integridad física. Asimismo, la
democracia solo está completa cuando el gobierno de la mayoría ejerce el poder
respetando a las minorías e incorporándolas para el desarrollo global del país.
El
periodismo es democracia y este solo es posible en libertad. Si el periodista
no puede decir la verdad con toda su crudeza, entonces lo que tenemos no es
periodismo sino propaganda, que es lo más cercano a la mentira.