La
implementación de las medidas migratorias a los ciudadanos venezolanos en la
línea fronteriza entre Arauca y Apure desde el lunes ha generado como era de
esperarse reacciones encontradas en el Apure y Arauca
Prensa. meridiano70.net
Para los araucanos “Los controles
para los venezolanos que ingresen a la
capital, es parte de la respuesta que el gobierno de Colombia le está dando al
gobierno de Nicolás Maduro, frente a la improvisación, la irresponsabilidad y
también frente a la debilidad de las relaciones diplomáticas”.
Para otros araucanos, es justificada la
actitud de Colombia frente al cierre de Frontera por cuanto al decir de los
entendidos, las actividades de ingreso de mercancías se realiza
clandestinamente en beneficio de muy pocos que cuentan con la anuencia de las
autoridades venezolanas que según testimonios permiten esta situación
beneficiándose económicamente de esta.
“La actitud es de dignidad frente al
capricho del gobierno de Caracas; aquí en Arauca durante estos cinco meses ya
nos adaptamos a la realidad y en consecuencia una gran mayoría no usamos el
paso fronterizo”, dijo Esteban, un comerciante de la ciudad capital que alaba
la medida pues considera que trae consigo la reactivación de la economía de la
región.
No obstante personas venezolanas por
necesidad y su situación económica se ven obligados a caminar varios
kilómetros, someterse a requisas y requerimientos en la guardia Venezolana
ubicada en el puente internacional que
les exige una autorización para pasar a Colombia. Los apureños específicamente
claman por la reapertura de la frontera y ahora se muestran temerosos por las
exigencias en el lado Colombiano.
La frontera la cerró Nicolás Maduro el
19 de agosto de 2015 entre Táchira y Norte de Santander y la Frontera entre
Apure y Arauca fue cerrada el 16 de
septiembre del 2015, (hace 5 meses y 14 días) “por un acto de fuerza que
después quiso legitimar a través de unos decretos de estado de excepción y al
vencer los mismos trató de sostener la medida con el Decreto de Ley de
Fronteras promulgado el 31 de diciembre de 2015”.
Desde entonces se autorizó el corredor
de humanitario por el puente José Antonio Páez, beneficiando a estudiantes residentes en El Amparo y que
están matriculados en establecimientos educativos en la capital araucana.
Desde la Asamblea Departamental, los
diputados también han manifestado sus opiniones sobre las exigencias que hace
migración a los venezolanos que quieran visitar el territorio araucano. En este
sentido, el diputado Marcos Somoza refirió que las medidas que hace el gobierno
colombiano de exigir a los venezolanos pasaporte son buenas, pero sin descuidar
hasta donde esto puede repercutir en la economía.
“Bien sabemos que todos los venezolanos
no son malas personas, yo más bien diría que el gobierno colombiano debe estar
presto a la seguridad; respeto las decisiones pero miremos como está la
economía de la frontera”, dijo Somoza.
Por su parte, el diputado Carlos
Hernández explicó que la medida es dura pero debe llamar a la reflexión del
país vecino: “Con esto se busca llamar a la presión de Venezuela; nosotros
hemos sido respetuosos al recibirlos a ellos, pero no se nos trata de la misma
forma”, puntualizó
Así mismo, el diputado Leison Botía
resaltó que dichas medidas están bajo el amparo de la Ley y por ende son
legales. “Con el cierre de la frontera se ha favorecido el comercio, por eso
creo que es una medida aceptable, acá debe permanecer la hermandad entre los
pueblos pero dado que no hay una corresponsabilidad del gobierno del vecino
país, esta medida es justa”, dijo.
De acuerdo o no, un cierre de frontera
trae consigo desasosiego entre los pobladores que habitan este lugar desde hace
muchísimos años, puesto que mantienen relaciones familiares, comerciales y de
recreación entre ambos países. El tiempo será el encargado de revelar cuándo
volverá la normalidad fronteriza en estas ambas naciones.