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efectococuyo.com
“No es propio de una democracia tener
presos políticos“, dijo Arturo Sosa, el papa negro, desde su encuentro con la
prensa en Caracas. “Ojalá tuviéramos una navidad sin presos políticos, una
navidad sin insultarnos mutuamente en lugar de buscar el modo de entendernos y
encontrar caminos comunes para solucionar los problemas”.
Interrogado sobre su perspectiva de la
situación venezolana, Sosa aseguró que carece de democracia, y una de las
principales muestras es la cancelación del referendo revocatorio y de las
elecciones regionales. “El hecho de que no haya votos es lo más preocupante por
la ausencia de democracia en Venezuela”.
Otra muestra de la ausencia de
democracia en el país es el que los Poderes Públicos no respeten la labor
correspondiente a cada uno, como ha sucedido con las decisiones del Tribunal
Supremo de Justicia en contra de la Asamblea Nacional. “El TSJ no es el
legislador ni Ejecutivo, ni la AN es el que juzga ni el Ministerio del Interior
no ordena las investigaciones sino la Fiscalía”.
El sacerdote jesuita, quien dijo que
desde hace unos años no realiza trabajo cercano con ningún líder político
-opositor u oficialista-, señaló que la democracia funciona a través del
diálogo. “Cuando empezamos a preocuparnos por el diálogo, es señal de que nos
falta algo”.
“En la democracia no todos los procesos
de diálogo son exitosos, son un intento, y se empieza y se vuelve a empezar
hasta que se logre hacer. Los procesos de diálogo no pueden poner como
condición lo que se quiere tener como resultados, los diálogos tienen que ser
dosificados y a veces confundimos expectativas con posibilidades reales”.
“Negociar significa que el punto de
llegada no es el de las partes que participan sino del interés superior por el
que se dialoga”, dijo, además de usar como referencia el proceso de negociación
con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en el país vecino, que solo
llegó cuando se incluyó a las víctimas en dicho proceso.
El Prepósito General de la Compañía de
Jesús trasladó el ejemplo a la situación venezolana, diciendo que “hasta que
los que estén negociando no se sienten a escuchar a las víctimas, a los que no
tienen comida, no tienen medicinas, hasta que no se conmuevan, a lo mejor los
resultados no lleguen”.
Sosa, líder de los jesuitas en todo el
globo -una congregación con cerca de 16.500 miembros- dijo que “la
reconciliación ahora es más necesaria que nunca”, no solo en nuestro país sino
a nivel mundial, donde la sociedad se encuentra dividida, y que las prioridades
de un diálogo deberían ser garantizar el derecho a salud y alimentación frente
a la situación “dramática” que vivimos.
“Nuestra angustia más grande es la
crisis humanitaria. Algo tenemos que hacer para que se alivie el sufrimiento de
tanta gente”, dijo Sosa desde el colegio San Ignacio de Caracas, donde también
aprovechó para exhortar al Gobierno, oposición y población en general a ayudar.
“La gente consigue modos de ayudar que parecen pequeños pero son grandísimos en
momentos de necesidad. Lo humano, la persona, la gente tiene que estar por
encima de cualquier ideología política”.
Sosa también reiteró que el hecho de que
critique a este Gobierno no quiere decir que apoye a los anteriores, como los
del puntofijismo, donde también había cosas que criticar. “No caigamos en esa
trampa. Presos políticos son presos políticos, los de (Rómulo) Betancourt y los
de (Nicolás) Maduro. Hay gente presa por lo que piensa, así como en este Gobierno
hay gente que estuvo presa por lo que pensaba”.
Dijo además que la cercanía de su
nombramiento como Prepósito General de la Compañía de Jesús con el de cardenal
Baltazar Porras no es más que una coincidencia, pero que es de mucha
importancia que haya venezolanos entre los encargados de escoger al sucesor del
Papa Francisco, a quien además felicitó por su papel de acompañante al proceso
del diálogo en Venezuela.
Acompañado del Provincial saliente para
Venezuela p. Arturo Peraza y del nuevo Provincial para la nación p. Rafael
Garrido, reafirmó la voluntad de los jesuitas en ayudar al país. “Se ha dado un
servicio al país (por parte de los jesuitas) y lo queremos seguir haciendo. El
servicio de ofrecer, desde la fe que nos une, la posibilidad de contribuir a
tener un país más justo, más humano, donde todos quepamos y donde la democracia
no sea una palabra sino sea una práctica cotidiana”.
Foto: @cpal_social