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“A falta de pan, buenas son tortas”. El
refrán popular lo están aplicando los tachirenses ante los problemas de escasez
y la especulación para satisfacer sus necesidades, entre ellas la de la salud,
donde a falta de medicinas en la farmacia, recurren a la alternativa
representada por las plantas medicinales.
Algunos no aceptan quedarse sin el
medicamento que requieren para poder controlar enfermedades como la
hipertensión, la diabetes, los nervios, entre un sinnúmero de patologías,
porque no los consiguen o, si los encuentran, tienen precios tan altos que les
implican hasta medio sueldo mínimo; de allí que sin dinero para comprar en el
mercado regular un remedio para la hipertensión, no se conforman con quedarse
de brazos cruzados y se van al mercado a comprar las hierbas que la tradición
familiar considera para mejorar su problema de salud.
Curan hasta el espíritu
“Hoy fui al médico y me encontró con una
tensión de 110/70, y yo feliz y contenta porque, con la ayuda de Dios Padre
Todopoderoso, único dador en salud, con la infusión de las plantas que tomo no
estoy teniendo los problemas de hipertensión”.
Así lo dijo Alejandrina Hernández, una
adulta mayor que está satisfecha con los resultados. Iba para la sección de
hierbas del mercado a buscar limonaria -limoncillo o malojillo-, para la
tensión alta, aunque -señaló- también para eso toma té de menta, concha de
naranja seca y hojas de guanábana. Alejandrina dice que por la falta de
medicamento y porque el que consigue es “demasiado caro”, compra los paqueticos
de plantas, pues también tiene problemas de nervios y ansiedad, para lo cual
compró valeriana y manzanilla. Eso sí, explica que toma uno de cada uno y no
permanentemente, pues con las hierbas -advierte- también hay que tener cuidado
y no abusar de ellas.
Y es que de acuerdo con quienes se
atreven o creen en las plantas como remedios para sus enfermedades, “las
hierbas lo curan todo; por ejemplo, la manzanilla la tomo para el dolor de
estómago y es muy buena para quitar el dolor de vientre; yo también la uso para
la vista, también la he tomado como antibiótico, es para todo” -dijo María
Rico, quien se acercó a una de las ventas de plantas en Los Pequeños
Comerciantes-.
Al puesto de “El Gordo Tuto” llegó una
señora pidiendo hierbabuena -o yerbabuena-. Al preguntArle para qué la
compraba, respondió que para preparar mojito, una bebida cubana, un trago que
se hace con limón, azúcar, ron blanco, soda o chinoto, y la hierbabuena picada
o licuada.
“Claro, eso es medicina para el
espíritu, porque con este estrés usted se toma tres mojitos y se olvida de todo
lo demás; pero realmente la yerbabuena también sirve para otras cosas, para el
vientre, el estómago, el hielo en los niños, la debilidad; con leche es buena
para los bronquios, el pecho; lo mismo que la albahaca morada, la albahaca
blanca la utilizo para cocinar”.
Ventas caídas y demanda
Los vendedores de hierbas y plantas
medicinales aseguran que las ventas están “caídas”, al menos desde diciembre,
“por la situación como está”. José, quien anuncia en voz alta en su puesto
“yerbas frescas”, dice que “así como no se vende ahorita mucho, tampoco se deja
mucha yerba, porque las ventas han bajado, como en todo, aquí se venden sobre
todo bebidas típicas, depurativas, para limpiar el organismo, la sangre, el
hígado, y la miel de abejas, que si el azúcar, el cáncer…”.
“El gordo tuto” dice que ha aprendido
mucho en el puesto, porque la gente va a su negocio y le explica qué quiere y
para qué, aunque también tiene los conocimientos de sus abuelos, que también
atendieron esa venta.
De allí que, dice, “la albahaca es para
desinflamar, para los bronquios y hacer pesto; sirve como medicina y para las
comidas, porque hay plantas para las comidas que también son medicinales”.
Y aunque ratifica las bajas ventas, lo
“poco” que venden paquetes, como en los demás puestos, a partir de 800
bolívares, considera que las plantas que más demanda tienen son para la
tensión. Ese montón sirve -dicen- para cuatro o cinco bebedizos, pero el
tratamiento es de nueve días, es decir, llevan dos paqueticos.
— Es que la gente está viniendo a buscar
más yerbas porque no encuentra la medicina en las farmacias; buscan para eso la
guanábana, el corocillo, toronjil, malojillo, semillas de cilantro -dijo
William, un vendedor, quien comentó que para los nervios buscan valeriana,
cedrón, tilo y toronjil-.
Y según los vendedores, los compradores
buscan la flor de la caléndula como antibiótico. “Es la que más se vende cuando
no se consigue antibiótico en la farmacia, desinflama; el jengibre también lo
buscan mucho para limpiar el sistema inmunológico, cuando no consiguen
expectorantes, pero también sirve para adelgazar. Hay gente que le pregunta a
uno que si para la artritis y llevan la concha de chuchuguaza, quinta, palo de
arco; llevan las plantas para lo que quieran, que si para la vista, la
sinusitis…”.
Luz Jaimes comentó que conoce de hierbas
porque es la tradición familiar, “eso viene de los abuelos que las vendían;
también los libros explican para qué sirven. Hay gente que viene por cola de
caballo para los riñones, u orégano orejón; también buscan el frailejón para la
tos; las plantas, después de secas, sirven igual, por ejemplo, la semilla de la
albahaca sirve para limpiar la vista”.
Expresó que no venden como
“antiguamente, que había efectivo; la gente no se pegaba, uno le decía es tanto
y entregaban la plata, tome” -decían-; pero ahora uno le pide mil 500 a una
persona y queda sorprendida, porque dice que “todo está muy caro”.
Y en los puestos hay para todo, incluso
el estropajo, que sirve como “segundo marido”, o el jabón de tierra “para el
sarpullido, cuando no consiguen la medicina para la sarna”.
Eso sí, “hay gente que cree y que no
cree; tenemos clientes que vienen a buscar plantas porque no consiguen la
pastilla para la tensión”.
Preocupado el gremio científico
A finales de noviembre, el doctor José
Vicente Franco, coordinador Académico de la Escuela de Medicina de la
Universidad de los Andes, advirtió sobre un estudio realizado por estudiantes
sobre cómo los hipertensos estaban incrementando el uso de terapia alternativa
por la escasez de medicamentos convencionales para la hipertensión arterial
crónica.
Advirtió que las enfermedades crónicas
no transmisibles, como la hipertensión arterial (HTA), requieren un estricto
cumplimiento de la terapia farmacológica convencional y control de su enfermedad
de forma continua y por el resto de su vida, “pero en Venezuela se ha reportado
una dificultad para el acceso a los medicamentos, para el manejo de HTA de
forma exacerbada, a partir de 2013, por parte de los pacientes, quienes han
descontrolado su tratamiento y esto lleva a un mayor número de complicaciones
de su enfermedad”. En ese sentido, dijo que en el 2014 reportaron un aumento
significativo de los casos atendidos de infarto agudo al miocardio, que es una
de las principales complicaciones de la HTA. (MSV)
Marina Sandoval Villamizar