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Daniel Aguilar y José Rozo, presidente y
expresidente de Fedecámaras Táchira, rechazaron el nuevo aumento salarial
decretado por el presidente Nicolás Maduro, por considerar que el mismo además
de inconsulto, no está diseñado para crear riquezas ni mejorar el bienestar
social, “sino para acabar con la micro y pequeñas empresas”.
Para Rozo, el anuncio, “está enmarcado
en los lineamientos socialistas y comunistas, lo que buscan es estrujar y
reducir lo que queda de la empresa privada, al reducir sus posibilidades de
crecimiento, además de minimizar la capacidad de producción de bienes y
servicios, los que todavía se producen”.
Estimó que dicho aumento salarial, va
deteriorando la calidad y la generación de empleo digno, “desnaturalizando al
ser humano al despojarlo de las posibilidades de surgir y crecer socialmente,
lanzándolo a la informalidad, en otras palabras, los aumentos salariales
socialistas y comunistas, son hambreadores”.
José Rozo, expresidente de Fedecámaras-Táchira.
— Los usan para arruinar y someter a la
clase trabajadora. El único que gana es el gobierno y su aparato burocrático,
pues al subir los precios, obtiene más ingresos vía impuestos como el de renta
y el del IVA. Está medida va de la mano con la devaluación de la moneda del régimen,
al llevar el valor del dólar, para importar bienes especiales y para la
liquidación de impuestos en las aduanas de bs 750 por dólar a más de bs 2.200,
esta devaluación del gobierno de más de 420 %, dispararán la inflación a 1000 %
este año, y se estima en un 2000 % para el 2018-, presagió el empresario.
Reiteró que “si el régimen y sus
alcacahuetes imponen la inconsulta constituyente, se agudizarán la escasez, la
carestía y el hambre, la libre empresa al estar amenazada emigrará y sin
inversión privada no hay prosperidad social. Ya del Táchira se han ido más 120
empresas, no fue que cerraron y ya, no, es que se fueron del todo. Ojalá se den
los cambios, pues el problema no es la economía, el problema es el gobierno”.
“La inflación ya lo devoró”
Para el presidente de Fedecámaras- Táchira,
Daniel Aguilar, “el nuevo aumento salarial ya la inflación lo devoró, esta
decisión inconsulta del presidente no traerá soluciones, sino más cierre de
empresas y desempleo aumentando la escasez y el desabastecimiento, como nos
gustaría que estas medidas inconsultas -porque desde hace más de 18 años el
Gobierno no ha convocado a sector empresarial y laboral para estudiar estos
ajustes salariales- que debieran de beneficiar al empleado o trabajador”.
—Muchos dueños de pequeñas empresas están
al borde del cierre más cuando no hay insumos, semillas, alimentos
concentrados, abonos, medicinas veterinarias, repuestos y equipos para labores
agropecuarias, impiden que una empresa funcione en su totalidad produciendo
productos para surtir la demanda y garantizar el pago de nómina-, dijo.
“Incremento es de Bs 1.083 diarios no
alcanza para una empanada”
Economista Aldo Contreras.
Para el economista y docente universitario, Aldo Contreras, el
nuevo aumento salarial decretado por el presidente Maduro que rige desde el
pasado 1º de julio, pasando de Bs 65 mil 21 a Bs 97 mil 531, “se traduce en un
aumento nominal de 32 mil 510 bolívares y representa apenas 1.083,66 bolívares
diarios los cuales no alcanzan ni siquiera para una empanada”.
Advirtió que el poder adquisitivo del
venezolano hoy está completamente pulverizado y de nada sirve un aumento
salarial “si el mismo no viene acompañado de un control inflacionario por parte
del Banco Central, política económica a la cual nos tiene acostumbrados en
donde los trabajadores lloran en vez de alegrarse pues reconocen lo errado de
dicha medida”.
—Si bien es cierto que el salario mínimo
ha aumentado tres veces en un año, también es cierto que la inflación del 2017
será superior al 1.333 % como ha proyectado el propio Fondo Monetario
Internacional, cifras que para la fecha aún siguen ocultas por parte del BCV
que se niega a publicar lo que todos los venezolanos ya saben y que además
padecen diariamente, de nada sirve que el salario suba por las escaleras y la
inflación por el ascensor-, destacó.
El economista sostiene que hoy el
venezolano se ve inmerso en la peor crisis económica de la historia venezolana
y, “con el peor salario mínimo de Latinoamérica pues el nuevo salario
representa a tasa Dicom (2.640 Bs/USD) apenas 37 dólares mensuales mientas que
a tasa de paralelo un venezolano devenga apenas 12,50 dólares mensuales en un
país en donde 80 % de lo que se consume es de carácter importado, su poder
adquisitivo claramente esta pulverizado, pues nadie puede en ningún país del
mundo vivir con un dólar al día, aun así
el salario integral de Bs 250 mil 531 representa tan solo 91 USD mensuales a
tasa Dicom y a tasa de paralelo apenas 32,5 USD mensuales, de allí que los
venezolanos que en promedio han perdido 9 kgs estén haciendo lo posible por
poder comer en el mejor de los casos”.
— Muchas de las empresas que hoy
sobreviven en el país no podrán hacer frente a este nuevo aumento salarial, con
lo cual tendrán que despedir trabajadores, cerrar líneas de producción y
algunas de ellas deberán cerrar definitivamente, ya que el país atraviesa por
uno de los peores ciclos económicos conocido como estanflación que no es más
que alta inflación con decrecimiento económico-, afirmó Contreras. (AM)
“Trabajadores
ganarán más pero comprarán menos”
Ureña.- A juicio del presidente de la Cámara
de Industria y Comercio de Ureña,
Isidoro Teres, el reajuste salarial de
50 por ciento decretado por el presidente Nicolás Maduro generará mayor inflación y afirmó que este tipo de incremento “solamente suceden en
economías tan inestables y vaporosas
como la venezolana”.
“En ningún lugar del mundo donde hay
economías avanzadas y estables jamás se
decreta 50 por ciento de aumento salarial,
se hacen pequeños ajustes de acuerdo con la inflación”, dijo.
Sin embargo, señaló que en Venezuela debido a que el valor de la moneda está muy
disminuido el Gobierno tiene
que estar ajustando el ingreso del trabajador, pero con ello lo que hace es fortalecer la
espiral perversa de la devaluación y de la inflación, pues cuando el empleador tiene que incrementar en 50 por ciento el
precio de la nómina ese gasto tiene que trasladarlo al costo de la operatividad
de la actividad económica que desarrolla. De otra forma la empresa decae financieramente y termina
quebrando.
Irremediablemente los costos de nómina hay que trasladarlos al
precio del producto –añadió — y al final no se hace nada, porque
ni el empleado podrá disfrutar de
una mejora en la capacidad de adquisición de bienes, ni la
empresa podrá operar si no traslada esos gastos de nómina al precio del producto. La consecuencia es que el trabajador ganará más
bolívares pero podrá comprar
menos.
Reiteró que los aumentos salariales
como los que se han dado en Venezuela,
ya suman tres en lo que va del
presente año, incrementa el índice de inflación. Consideró que en el país no hay un manejo sensato, racional, de lo que
es la relación costo, precio, salario e
ingreso real. “Aquí no se
debiera hablar de cuántos bolívares
gana un
empleado sino qué es lo que puede
adquirir con el ingreso real. Si los salarios suben y el ingreso real disminuye,
hay una gran distorsión que lejos de beneficiar al empleado,
lo perjudica porque cada vez
puede comprar menos”.
El vocero del gremio empresarial se
refirió a la situación que se da en la frontera colombo-venezolana, donde
un trabajador que está de este lado ahora con el aumento salarial
integral se gana 250 mil bolívares, pero
con un dólar a precio de 8 mil, 9
mil o más bolívares, estaríamos hablando que percibe 25 dólares al mes. Allí
se refleja cuál es el ingreso real.
En cambio, en el lado colombiano aunque también hay trabajadores que perciben un salario mínimo,
este ingreso le alcanza para subsistir porque
en ese país hay estabilidad de
precios. Cuando ello ocurre,
significa que el ingreso es real,
no hay distorsiones por la
devaluación e inflación. Lo
contrario ocurre en Venezuela, donde los precios se disparan todo el
tiempo y siempre está rezagado el valor real del ingreso del
trabajador con la realidad económica del
país, concluyó Teres.