Prensa. El Nuevo Herald.
Más
de 300 muertos en Nicaragua. Miles de venezolanos huyendo hacia el sur. Un
tambaleante proceso de paz colombiano. Latinoamérica encara momentos difíciles
que se debatirán la semana que viene durante la reunión anual de la Asamblea
General de las Naciones Unidas, precisamente en un momento en que varios países
de la región mantienen roces con la organización.
Durante
la cita global en Nueva York no se espera que se solucionen grandes problemas,
pero sí que se fomente el debate sobre los temas más candentes de la región. “Definitivamente
habrá discusiones sobre Nicaragua, sobre Venezuela y su crisis democrática y
migratoria y creo que también hay preocupación sobre el proceso de paz en
Colombia, que tiene repercusiones para Ecuador y otros”, dijo Geoff Thale, de
la Washington Office on Latin America, una organización que promueve la defensa
de los derechos humanos en el hemisferio.
Agregó
que “creo que será una Asamblea General interesante y que será interesante ver
cómo el mundo reacciona a discursos como el de (el presidente de Nicaragua
Daniel) Ortega, si viene, y, si viene, el de (el presidente venezolano Nicolás)
Maduro”.
Más
que en la propia Asamblea será en las reuniones privadas entre altos mandatarios
donde se abordarán los asuntos importantes. De hecho, se espera que haya un
encuentro entre los cancilleres de Argentina, Chile, Colombia, Paraguay y Perú
para firmar una carta con el objetivo de denunciar a Maduro ante la fiscalía de
la Corte Penal Internacional por violación de los derechos humanos y crímenes
de lesa humanidad.
Venezuela
vive una compleja crisis económica y social. Más de 1,6 millón de venezolanos
han salido de su país desde inicios de 2015 y 90% de ellos se han quedado en
Sudamérica, según cifras de Naciones Unidas. La mayoría se ha refugiado en
Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. En algunos de estos países ya ha
habido roces entre la población local y los venezolanos recién llegados.
Para
Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, Venezuela será un tema
prioritario. “Es un tema inevitable a nivel regional porque Venezuela
obviamente es un problema muy complicado para toda la región”, dijo el experto.
“Hay que ver cómo responder a la situación política y también cómo abordar el
tema de refugiados en Colombia y otros países”.
Maduro
no ha confirmado si acudirá a la cita. Su gobierno rechazó este año un informe
de la oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU en el que se
criticaba la situación de los derechos humanos en ese país. La situación de
Nicaragua también generará cierta expectación la semana que viene: quizás
Ortega hable en la Asamblea, algo que no ha hecho en los 11 años que lleva en
el poder.
Más
de 300 personas han muerto en el país centroamericano desde mediados de abril,
cuando jubilados y estudiantes salieron a las calles para protestar contra los
recortes en la Seguridad Social decretados por Ortega.
El
gobierno nicaragüense ha sido acusado por la ONU de abusar de la fuerza y
torturar a manifestantes. Como respuesta, Ortega expulsó del país al
representante del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y su
equipo de trabajo.
El
presidente nicaragüense se expondría a que le recuerden eso en la sede de
Naciones Unidas. “Es un poco contradictorio, pero no se trata de ir a la ONU a
hablar. Se trata de usar la Asamblea General como su propia plataforma”, opinó
Thale.
Ortega
dijo recientemente que si va a Nueva York le gustaría reunirse con el
presidente estadounidense Donald Trump, pero la Casa Blanca no ha confirmado
ningún encuentro entre ambos. Un grupo de opositores nicaragüenses planean
manifestarse frente a la ONU la tarde en que Nicaragua hable.
Al
igual que Nicaragua, Guatemala también se lleva mal con la ONU.
El
presidente Jimmy Morales no permite el ingreso a su país del abogado Iván
Velásquez, líder de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala
(CICIG), un organismo de Naciones Unidas. La comisión investigaba el supuesto
financiamiento ilegal de campaña electoral de Morales.
Por
otro lado, el nuevo presidente cubano Miguel Díaz-Canel pisará suelo
estadounidense por primera vez desde que asumió su puesto si acude a la
Asamblea. Lo mismo pasará con su homólogo colombiano Iván Duque, quien hará su
debut en la ONU a pesar de querer reformular los acuerdos de paz con la
desaparecida guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que
son monitoreados por Naciones Unidas.
También
se espera que Duque lidere reuniones para hablar de la creación de un fondo
multinacional que capte dinero destinado a países receptores de migrantes
venezolanos. “Me parece una buena idea. Ojalá tenga fuerza y apoyo”, opinó
Shifter. “Obviamente Colombia está sufriendo más que cualquier otro país con
este fenómeno, entonces tiene mucho interés en tener cooperación internacional
para abordar ese tema. Creo que esto puede salir de la Asamblea General”.
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El
corresponsal de Associated Press, Luis Alonso, contribuyó a esta nota desde
Washington.
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Claudia
Torrens está en Twitter como http://www.twitter.com/ClaudiaTorrens