Prensa.
Infobae.
Marte está a punto de recibir a su primer visitante
de los EEUU en siete años, un artefacto de tres piernas y un largo brazo que
hará de geólogo en suelo marciano, con el objetivo de explorar bajo la
superficie e interpretar los terremotos
que allí supuestamente tienen lugar.
Luego de viajar durante seis meses en un periplo de
480 millones de kilómetros, la nave InSight de la NASA hará su gran entrada en
los cielos rosados del planeta rojo, convertida en la primera de su tipo en
aterrizar allí desde el vehículo explorador Curiosity, arribado en 2012.
Más importante aún, esta será la primera en explorar
bajo tierra con la intención de descubrir secretos nunca antes develados. Según
compartió la agencia espacial de los EEUU, la nave entrará a la atmósfera de
Marte el próximo 26 de noviembre, para luego intentar aterrizar en una región
conocida como Elysium Planitia, la cual ha sido apodada como "el
estacionamiento más grande de Marte".
NASA asegura que el proceso de entrada, descenso y
aterrizaje representará "siete minutos de terror" por lo complicada
de la misión. "No hay nada más emocionante que aterrizar en Marte"
dijo Tim Hoffman, el director del proyecto. "Hemos hecho todo lo posible
para estar preparados".
Cualquier error en el ángulo de entrada de la nave
podría significar que la misma literalmente se evapore o rebote fuera de la
atmósfera, quedando a la deriva en el espacio.
En su aproximación a Marte, InSight viajará a unos
20.000 km/h y será sometida a una temperatura de 1.300 grados Celsius. El
aterrizaje está programado para el día lunes a las 20:00 hora GMT y será
cubierto minuto a minuto en las redes sociales de la NASA.
Una vez que los controladores aéreos determinen que
la superficie de aterrizaje sea segura, lo más plana y libre de rocas posible,
InSight podrá tocar tierra y desplegar su brazo robótico de 1.8 metros de
largo, lo que le permitirá colocar en suelo marciano el equipo necesario para
llevar adelante los experimentos programados, parte de una iniciativa nunca
antes realizada hasta el momento.
Uno de ellos buscará penetrar el suelo de Marte
hasta unos cinco metros de profundidad, mediante un taladro equipado con
sensores que permitirán medir la temperatura interna del planeta. Esto rompería el récord anterior alcanzado por los
astronautas que caminaron por la Luna durante la misión Apolo casi medio siglo
atrás, cuando se excavo unos dos metros para tomar las medidas de temperatura
lunares.
Los instrumentos de InSight también permitirán
monitorear los terremotos en Marte, mediante los primeros sismómetros en llegar
a dicho planeta. Otro experimento permitirá medir los temblores, lo que podría
llegar a dar más pistas sobre el núcleo del planeta. A pesar de lo que podría suponerse a priori, la NASA
aseguró que su nave no buscará señales de vida en Marte, ni presentes ni
pasadas, dado que esta no ha sido equipada con las herramientas necesarias para
hacerlo. No menos importante es el hecho de que la nave
espacial opera como un robot autosuficiente, con su propio cerebro y un brazo
que puede ser usado para manipular distintos objetos.
Además, tiene la capacidad de escuchar con su
sismómetro y sentir gracias a sus distintos sensores de presión y temperatura,
todo esto alimentado por la energía solar disponible en cantidades en el
planeta rojo. La exploración inédita de las entrañas marcianas
permitirá a los científicos entender mejor al lejano vecino de la Tierra y
saber más sobre cómo se formó y ha ido transformándose a lo largo de miles de
millones de años.
El hecho de que Marte sea mucho menos activa a nivel
geológico que la Tierra, hace que su interior esté más cerca de su estado
original que el de nuestro planeta, lo que lo convierte en una intrigante
cápsula del tiempo que estaría a punto de ser "abierta".