CRÓNICA. Aljer “El Chino” Ereú.
INTROITO
Tierra pletórica de historias, relatos y anécdotas es el Alto Apure. Su portentosa dilatación geográfica que comprende el deslinde del pie demonte andino y la explanada de los llanos altos se manifiesta como un barroco y heterogéneo lienzo de matizados paisajes que guardan y conservan en su entropía y dialéctica natural concepciones históricas, folklóricas y culturales que han perdurados por décadas.
En
vinculo, adentrarse en el llano alto apureño es
sumergirse en ese mundo de verdad e imaginación, en donde los elementos
individuales y grupales de cada poblado conciben su propia historiografía
cosmogónica, alimentada la misma con narraciones populares y entelequias
propias de los escribientes, lo que llamaría Parménides de Elea (filósofo
griego, nacido entre el
Cuando
don Manuel Fuentes
era un
hombre respetado,
hábil
y muy sagaz
en
cuestiones de ganado.
Cuando
el llano alto apureño
fue el
más rico del estado.
Cuando
la leyenda de un hombre
se escuchaba en todos lados.
En el llano apureño un refrán es bien conocido: Fulano esta como la gata del cedral, ¿y cómo? -pregunta perencejo- siendo la contestación inmediata: “viajes y viajes y amontones”. Este aforismo popular proviene supuestamente de la creencia sobre la prieta centinela felina que tenía el pudiente terrateniente Manuel Fuentes. En referencia al personaje, la fontana oral es muy amplia, se abarcaría un buen espacio para apretujar tantos relatos y anécdotas sobre su vida. Entre folklorismos y realidades ha perdurado la leyenda de un hombre que con esfuerzo, trabajo y eficiente administración, aportó mucho en el desarrollo pecuario extensivo del estado Apure. Conocido es que el ganado fuentero llegó a ser exportado (con documentación probatoria vista por el autor de esta publicación) a Panamá y al continente europeo, debido a la calidad genética, motivo también de especulación popular que rumoraba que el ganado de sus hatos era más grande y fuerte que el de sus vecinos, esto por agraciamiento distintivo del dios de las tienieblas: Lucifer. Alejado de lo pintoresco, lo cierto fue que este ostententoso latifundista gerenció eficientemente como un exitoso empresario agrícola sus inmensas propiedades.
Fuentes,
nacido en San Francisco Javier de Lezama (Guárico), y casado con María Gilly
Lavado, se iniciaría como minorista de insumos alimenticios, ya residenciado en
Guasdualito en la segunda década del siglo acaecido, su sagacidad lo llevaría a
ser dueño de catorce grandes hatos en Colombia y diecisiete en Venezuela, por
referir solo algunos (en nuestro país): Platanal, Las Delicias, El Cedral
(vendido en
Según
algunas reláficas que han viajado en los bártulos arcanos del cronos, refieren
que don Manuel, a pesar de su inmensa fortuna era un hombre de vida sencilla y
austera, no dado a lujos, en extremo desconfiado, también cuentan que en muchas
ocasiones se unía a sus peones y caporales en las faenas llaneras, y que de
noche en lomos de su mula blanca salía a la sabana a rondar sus predios, lo que
algunos deducían era realmente a encontrarse con su socio del más allá. Y ese
socio no era otro que el jefe de las tenebrosidades, quien como parte del
contrato establecido para aumentar sus riquezas le había asignado y puesto a
sus órdenes guardianes espirituales encarnados en formas de grandes gatos
brunos, y de mayor tamaño una gata prieta, la cual según la superstición salía
puntualmente a media noche a recorrer las fundaciones. Para la alimentación de
esta comparsa maléfica don Manuel ordenaba sacrificar diariamente una res
oronda para tal fin, esto para la zafia peonada era una muestra contundente del
convenio pactado.
Otras especulaciones sobre el profuso hombre refieren que las paredes de sus casas tenían incrustadas morocotas y crucifijos, y que en cada esquina de ellas estaba enterrado un familiar, en alusión a grandes toros cachilapos escogidos minuciosamente para la noche del convenio. Uno de sus feudos: el hato Campo Alegre, ubicado en la parroquia Elorza, municipio Rómulo Gallegos, fue un próspero e importantísimo centro de explotación animal vacuno, donde en su mejor época llegaron a pastar más de 35.000 reses, sin incluir chifles ni cachilapos. En cuanto a la guardiana felina, su trayecto principal e inequivoco era desde esta posesión hasta el Hato El Cedral y viceversa.
Para
trabajadores y pobladores aledaños se hizo muy común observarla realizar el
recorrido, siendo orden expresa de don Manuel no molestarla en lo absoluto,
aunque conociendo lo sofismo y agorero del llanero apureño lo de molestar era
bien difícil de hacer, quizás más por miedo que a la sujeción expresa del
patrón. La leyenda nació y empezó a parlarse por el llano en la boca de
cantadores de corríos la perícopa criolla de don Manuel Fuente y su socio, no
tan alejada de otras leyendas llaneras como la de Juan Machete, La Rubiera y El
Espanto de la Sabana. Quien escribe estas líneas, hace unos cuantos años
tendría la oportunidad de visitar al hato en labores de proyecto agricola y,
con sus propios ojos admirar la descendencia de la gatuna misteriosa. Parte de
esta nigromancía popular se recoge en los versos siguientes:
EL CORRÍO FUENTERO
Pa`
cantar este corrió
con mi
garganta clarita
hoy me
encomiendo al creador
y a
Jesucristo bendito.
Sucedió
en el Alto Apure
más
allá de Guasdualito,
cuando
Fuentes era el señor
de
todo el llano infinito.
Hizo
pacto con aquel
para
que lo hiciera rico,
fundó
el hato Campo Alegre
en una
noche oscurita.
Mandó
a ensillar su remonta
que
era una mula blanquita,
se
llevó indios y peones
con
barretones y picas.
Al
caporal encargó:
un
toro e` punta finita,
llegaron
a un tremedal
allí
canto la mabita.
Mando
hacer un hueco grande
empezó
a sopla una brisa,
metieron
al animal
con
esfuerzo y con pericia.
Luego
ordenó al caporal
me los
entierra a toditos,
entonces
se arrodilló
y
hablaba muy bajitíco.
La
historia no se termina
voy a
tomá un descansito.
**
Cobíjame
con tu manto
te
ruego mi Dios bendito,
para
seguir relatando
lo que
mis ojos no han visto.
Esa
noche Fuentes vió
y se
puso asustadito:
al
jefe de las tinieblas
en un
caballo rojito.
Con
candela alrededor
con
unos gatos negritos,
este
le dijo señor
ya su
destino está escrito.
Lo
hare rico y millonario
como
muy pocos se han visto,
pero
tendrá que cumplir
su
parte en el compromiso.
El
contrato se tranzó
su
alma seria del maligno,
igual
toda su familia
los
grandes y los chiquitos.
De
repente apareció
ganado
de todo tipo,
el
rebaño prosperó
eran
treinta mil y pico.
El
hombre se arrepintió
se
quería pasar de listo,
mando
hacer una capilla
con
cruces y con santicos.
Esto
nada le valió
porque
olvidó a Jesucristo,
Fuentes
desapareció
aquí
todo esta clarito,
el
afán por la riqueza
llevó
al hombre a un laberinto.
Al
desaparecer Manuel Fuentes se inicia la progresiva decadencia de sus grandes
hatos, pues si en él ya no serían lo mismo, ni el llano alto apureño tampoco.
ALJER CHINO EREÚ