Editorial. Eloy Seiler. Aun impactado por el acto terrorista del pasado jueves; un suceso que sacude al estado como nunca antes. Un hecho vil y trágico destinado a sembrar terror y muerte; no se trata de otro homicidio más, se trata del acto más ruin y satánico que haya ocurrido y que pudo haber sido mucho más lamentable “aunque me cueste y duela decirlo” pero bien ese artefacto pudo haber entrado a las instalaciones de ese local comercial y vaya usted a saber ¡cuántos destrozos más! o si bien en las afueras hubiesen estado niñas junto con niños esperando que sus mayores ordenaran la cena y quien lo imaginaria “la ultima cena”.
Conocí a Karina –paz a su alma- hace 10 años fue la instructora encargada en formularme preguntas para optar por el cinturón morado en la disciplina de Tae Kwon Do asociado y siempre recordaré aquella lección:
Karina: Seiler ¿Cuál es tu meta como artista marcial?
Seiler: seguir la disciplina, estar en muy buenas condiciones, ganar los torneos, ser un excelente atleta…
Karina: pues no… tu meta como todo artista marcial es como el sueño de todo militar que es llegar a ser general; tu meta como artista marcial es llegar a ser cinturón negro de allí en adelante todo lo que has dicho.
Aleccionadoras palabras que siempre llevaré conmigo y más sorprendido quedé al darme cuenta que hace 10 años esa instructora contaba con apenas 18 años, ya cinturón negro, ya con esa sabiduría marcial.
Comporto estas cortas líneas porque así como ustedes deseo “Justicia Implacable” este acto terrorista no puede quedar impune porque daría pie a maniobras similares. Fuerza profesor Keppzal, fuerza Anneidis; Dios provea de mucha fortaleza a la familia de Karina en tan terrible situación, Dios se apiade de nuestro pueblo y pueblo, llegó el momento de asumir nuestro papel de ciudadanos con más firmeza, sabiduría y gallardía porque de seguir la indiferencia y la apatía no es que nos llegará “una que otra cosa”… sino la muerte. ¡Quién iba a imaginar que la vida pasara a ser un artículo de lujo!
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