Prensa. Elnuevoherald.
Miami
es uno de los centros del enérgico debate en pro y en contra del programa de
visas EB-5, ya que varios proyectos en esta ciudad cuentan con contribuciones
de este programa y se planean muchas más, si Washington da luz verde.
El
Congreso norteamericano en 10 días decidirá si autoriza de nuevo este programa
para inversionistas, que otorga 10,000 visas al año, curiosamente un 80% de
ellas a chinos.
Hay
algunos renuentes a que este programa continúe ya que lo tachan de estratagema
legal para vender la ciudadanía norteamericana a acaudalados inversionistas.
A
ver les explico, con solo $500,000 que invierta un extranjero en un proyecto de
EB-5 y a condición de que genere al menos 10 trabajos en un área donde “abunda
el desempleo”, puede obtener él y su familia la residencia estadounidense. Si
el proyecto no contribuye a estimular una zona deprimida del país, la inversión
tendría que subir al millón de dólares.
“Desde
un punto moral no veo que sea apropiado vender visas por dinero y el
Departamento de Seguridad Nacional tampoco es la mejor agencia del gobierno
para administrarlo”, dijo David North del Centro de Estudios de Inmigración de
Washington.
Algunos
también alegan que lejos de beneficiar a sectores empobrecidos del país, lo que
ha contribuido es a propiciar un revuelo de casos de fraude y lavado de dinero.
Contrario
a los que muchos podrían especular, el programa creado por la ciudad de Miami
de EB-5, que abarca los tres condados del Sur de la Florida, es uno de los más
sólidos del país ya que siendo el primero en ser creado al nivel gubernamental,
en mayo del 2014, se auto impuso controles que, aún no existen al nivel
nacional.
Mikki
Canton, directora del Centro Regional del EB-5 de la ciudad de Miami, admite
que en general el programa ha sido objeto de abuso.
“El
problema serio es que ha habido muchos proyectos que han cometido fraude
nacionalmente. Esto no se debe al programa, sino a la forma que ha sido
administrado. Definitivamente hay que hacerle cambios al programa y debe ser
regulado fuertemente por Inmigración, por Homeland Security y por el Security
and Exchange Commission.”
Las
reglas que ahora gobiernan el EB-5 caducan a finales de este mes y es probable
que el Congreso norteamericano lo extienda hasta diciembre, cuando una
propuesta de ley con nuevas regulaciones será considerada por la Cámara y el
Senado.
Canton,
que ha estado trabajando muy de cerca con Washington, vaticina que al programa
se le van a apretar fuertemente las clavijas y se van a cerrar centros que no
han sido administrados correctamente. “Yo diría que un porcentaje bien alto de
lo que existe en Estados Unidos” afirmó.
El
abuso surge, según los entendidos, no de los inversionistas, que aparentemente
reciben un escrutinio significativo para ser aceptados al programa, si no en
los proyectos en sí.
No
hay duda que este programa que ha creado 84,400 trabajos y ha aportado 15.5
billones en inversiones, se le ha ido de la mano al gobierno. Sin embargo,
según Canton, hay medidas que lo pueden encarrilar, entre ellas que los
documentos sean públicos y que el máximo que se pueda contribuir sea de un 15%
a un 20% del proyecto. “Si es más, dijo Canton, mandate a correr.”