Ratificó la frase casi textualmente y es que los venezolanos, en defensa de nuestra libertad, no nos doblegamos ante Fernando VII y su sigüí Pablo Morillo, ni ante Guzmán Blanco quién nos robó, según me contó mi tía Vicenta Guevara, tampoco ante Gómez ni ante Pérez Jiménez; señores estos a quienes ya ni se les reza y nosotros, el pueblo de Venezuela, seguimos erguidos, incólumes ante estos “morillos” de hoy; seguiremos la lucha hasta vencer al aleve y al criminal y no cesará nuestro pueblo de generar acontecimientos hasta que triunfe la libertad y conjuremos la mañosa intención de convocar una constituyente contraria a nuestro orden legal, convocatoria por cierto aderezada con violencia y amenazas, según ha denunciado la Fiscal General. Debo acreditar que los datos históricos sobre el Alcalde Guevara me los suministraron, cronológicamente, mi tía, bastante mayor que mi papá, Vicenta Guevara, en cuya casa de Caracas pasé mucho tiempo durante mi adolescencia; el sabio Enrique Tejera, cuya madre, Doña Carmen Guevara de Tejera, como mi abuelo, también carabobeña y parienta del Alcalde, quien me hizo el relato durante un ágape que la familia Salas le ofreció en su Finca de San Fernando de Apure y, últimamente, la lectura de uno de los sabrosos libros que nos dejó Enrique Tejera París.
Ratificó la frase casi textualmente y es que los venezolanos, en defensa de nuestra libertad, no nos doblegamos ante Fernando VII y su sigüí Pablo Morillo, ni ante Guzmán Blanco quién nos robó, según me contó mi tía Vicenta Guevara, tampoco ante Gómez ni ante Pérez Jiménez; señores estos a quienes ya ni se les reza y nosotros, el pueblo de Venezuela, seguimos erguidos, incólumes ante estos “morillos” de hoy; seguiremos la lucha hasta vencer al aleve y al criminal y no cesará nuestro pueblo de generar acontecimientos hasta que triunfe la libertad y conjuremos la mañosa intención de convocar una constituyente contraria a nuestro orden legal, convocatoria por cierto aderezada con violencia y amenazas, según ha denunciado la Fiscal General. Debo acreditar que los datos históricos sobre el Alcalde Guevara me los suministraron, cronológicamente, mi tía, bastante mayor que mi papá, Vicenta Guevara, en cuya casa de Caracas pasé mucho tiempo durante mi adolescencia; el sabio Enrique Tejera, cuya madre, Doña Carmen Guevara de Tejera, como mi abuelo, también carabobeña y parienta del Alcalde, quien me hizo el relato durante un ágape que la familia Salas le ofreció en su Finca de San Fernando de Apure y, últimamente, la lectura de uno de los sabrosos libros que nos dejó Enrique Tejera París.