La desnutrición en Venezuela se ha
vuelto un problema que requiere atención de forma urgente y más aún en el
estado Apure.
Prensa. Senderos de Apure.net. Sabino
Fernández.
Cáritas de
Venezuela publicó un informe el pasado miércoles 20 de septiembre de 2017,
donde, según los datos recabados, 4 estados del país están en alerta de
emergencia por el empeoramiento de la situación nutricional en menores de 5
años que ha ido en aumento. En uno de estos cuatro estados, Zulia, la situación
superó la línea de emergencia. En el
municipio San Fernando del estado Apure la situación no es diferente. Según
información obtenida en el Hospital Pablo Acosta Ortiz, durante el primer
trimestre del año 2017 ingresaron 2.837 niños al área de pediatría por
distintas patologías. De los cuales, luego de haberse hecho un análisis
nutricional, 1,62% de los niños sufrían de desnutrición grave, en la mayoría de
los casos de una desnutrición mixta como: marasmo y kwashiorkor.
Debido a que
el hospital maneja diferentes sub-registros para las patologías, el número
total de niños con un cuadro de desnutrición leve, moderada o grave es incierto.
Aunque, de manera extraoficial, se pudo conocer que, en la mayoría de los
casos, las patologías por las cuales son ingresados los niños son consecuencia
de algún tipo de desnutrición. El hermetismo del sistema sanitario en el estado
Apure con respecto a este tema es palpable, estos casos no son reflejados en
estadísticas oficiales y no son atendidos de la manera correcta.
En el
municipio San Fernando se encuentra el centro de recuperación infantil; Madre
Teresa de Calcuta manejada por la Diócesis capitalina apureña y por una
comunidad cristiana llamada “Jesús es Señor”, un sitio donde un número de niños
con casos de desnutrición moderada o grave reciben atención de forma gratuita
para su recuperación. Allí nos habló la Hermana Alejandra Barrios, misionera de
la diócesis, quien es una de las personas que, junto a las 16 que allí laboran,
atienden a 28 niños de escasos recursos con desnutrición moderada a grave.
La Hermana
Alejandra comentó que la mayoría de los niños que atienden son captados
mediante jornadas nutricionales en los barrios del municipio San Fernando y
recientemente el municipio Biruaca hasta la zona de la estación de servicio.
Destacó los barrios en los que mayor cantidad de casos de desnutrición captados
han sido Jaime Lusinchi y el Arenal, y que en la zona de Biruaca ha existido un
aumento en los casos de niños desnutridos de forma grave y que actualmente
atienden a 15 niños de dicho municipio. Muy pocos casos provienen del hospital
señaló.
Dentro de las
cosas que el centro de recuperación Madre Teresa de Calcuta hace, no está
solamente ayudar a estos niños a mejorarse de la mala alimentación, que en
algunos casos también está ausente la alimentación como tal. Asimismo, velan
por que aquellos niños que debido a su desnutrición han adquirido otras
patologías, consigan y se les administre los medicamentos necesarios. También
refuerzan a los niños con estímulos según su patología y una atención integral
dentro de lo que es una jornada diaria completa para estos 28 niños.
Este centro se
mantiene gracias a donaciones particulares y de empresarios. Además de realizar
gestión social. La hermana Alejandra reconoce que hay casos que conocen de
desnutrición pero que por edad del niño o por sufrir de una desnutrición leve
no son atendidos. En esos casos ellos ofrecen orientación a los padres para que
los niños puedan recuperarse en casa. Aquí cuentan con una nutricionista
voluntaria, la Lcda. Yajaira Calderón, quien evalúa el estado nutricional de
los niños y en caso de ser necesario establece una dieta especial para el niño.
Igualmente cuentan con la ayuda de dos pediatras, Maritza Carreño y Elizabeth
Sosa de Bermúdez, quienes evalúan el estado físico de los niños, al mismo
tiempo cuentan con Héctor Velázquez quien es nutriólogo.
La Lcda.
Yajaira comentó que: en caso de ser intolerante a la lactosa se buscan
alternativas sin leche debido a la ausencia de leches especiales para estos
niños y que el trabajo que hacen en este centro es más difícil porque muchos
niños no comen luego de irse a sus casas por la tarde o comen lo que haya en
casa, en varias ocasiones se han visto en la necesidad de enviar a los niños
con alguna comida a casa para la cena.
Pero no solo
son los niños quienes sufren de desnutrición, son los más afectados, pero no
los únicos. En los venezolanos de todas las edades se ha comenzado a ver los
efectos de una dieta con ausencia proteínica y de calorías totales. Un caso
especial son los adultos mayores, de ellos no se tiene estadísticas, pero en el
Hogar de Nuestra Señora de Coromoto, conocido como el Ancianato de Biruaca, se
encargan de atender 60 ancianos necesitados, incluso aquellos que llegan con
desnutrición.
La hermana,
Sol Maura Chaparro, quien amablemente nos atendió mientras dormía a una señora
de 95 años dijo que “Dios no nos abandona” y dice estar muy agradecida con
todas las personas de buen corazón que ayudan con donativos para los ancianos.
Comentó que muchas veces reciben viejitos en estado de desnutrición pero que
ellas se encargan de su recuperación hasta que alcanzan un peso ideal y se
mejoran. Actualmente ninguno de sus residentes sufre de una desnutrición, cosa
que ella agradece a la ayuda recibida por empresarios y las personas de buena
voluntad. La hermana Chaparro, señaló que de los 5 ancianatos que son manejados
por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, el que está ubicado en Biruaca
es el que en mejor condición económica está.
La
desnutrición acarrea secuelas significativas a lo largo de la vida y los niños
en nuestro municipio y en el país son los más afectados. La crisis por la cual
estamos pasando no hace otra cosa más que acentuar estos problemas futuros, lo
que vemos ahora es solo la punta del iceberg. Una nutrición
óptima durante los primeros 3 años de vida son fundamentales para la formación
del cerebro y el cuerpo de los niños, una escasez de nutrientes y proteínas
puede causar secuelas severas durante toda la vida, problemas en el desarrollo
físico, mental y motor, así como problemas cognitivos y de aprendizaje. Las
dimensiones del hambre que hoy pasan nuestros niños no serán palpables hasta
que ellos llegan a la edad adulta y se les dificulte la vida. El país del
mañana se destruye desde el hoy por la falta de alimentos.
Pasante de Senderos de Apure proveniente
de Ecos-UBA-Apure Sabino Fernández.