Tres científicos
estadounidenses, dedicados a estudiar al gen responsable de los sistemas
circadianos, vieron como sus propios ritmos biológicos fueron afectados pero
con un llamado telefónico de madrugada para avisarles que acababan de ganar el
premio Nobel.
Prensa.
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Jeffrey
C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young recibieron el premio Nobel 2017 en
fisiología o medicina por sus descubrimientos en torno a los relojes y ritmos
biológicos que regulan la mayor parte de los seres vivientes, incluyendo a los
humanos. Utilizando
moscas de la fruta como organismos modelo, el equipo aisló un gen responsable
de establecer el reloj circadiano que regula el sueño, los hábitos alimenticios
y la temperatura de las hormonas y el cuerpo.
Desde
hace mucho tiempo los científicos saben que la vida en la Tierra está en
armonía con la rotación del planeta, pero los tres estadounidenses,
especialistas en el campo de cronobiología, “fueron capaces de adentrarse en
nuestro reloj biológico y esclarecer sus trabajos interno”, dijo la asamblea
del premio Nobel, en el Instituto Karolinska, que anunció el premio el 2 de
octubre.
Un
miembro del comité del Nobel describió el logro de los tres científicos como
“el descubrimiento de un mecanismo fundamental que es la base de varios
aspectos importantes de la fisiología: la manera en que nuestras célula miden
el tiempo”.
Se
considera que la mala sincronización en el reloj circadiano tienen que ver con
la susceptibilidad a las enfermedades y con el funcionamiento del sistema
inmunológico. La depresión, la enfermedad de Alzheimer, las enfermedades
cardíacas, la diabetes, la inflamación y los trastornos metabólicos son
generalmente vinculados al mal funcionamiento del reloj interno del cuerpo.
El
síndrome del cambio rápido de zona horaria, o jet lag, que es la desorientación
que ocurre cuando una persona viaja a través de varias zonas horarias, es la
manifestación temporal de un mal funcionamiento del reloj biológico, algo que
es muy familiar con los viajeros.
Cuando
le dijeron durante la llamada telefónica de las cinco de la maña que los tres
científicos compartirían el premio Nobel, Rosbah dijo repetidamente: “Me están
bromeando”. Hall, de 72 años, nació en Nueva York y recibió su doctorado de la
Universidad de Washington en 1971. Durante décadas fue parte de la Universidad
de Brandeis en Waltham, Massachusetts, cerca de Boston. Más recientemente
estuvo asociado con la Universidad de Maine.
Rosbash,
de 73 años, nació en Kansas City (Missouri), de padres inmigrantes que
escaparon de la Alemania nazi. Un exbecario Fulbright, Rosbash recibió su
doctorado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts en 1971 y también
estudió en la Universidad de Edinburgo, en Escocia. Desde 1974 es miembro de a
Universidad de Brandeis.
Young,
de 68 años, nació en Miami y recibió su doctorado en la Universidad de Texas en
Austin en 1975. Trabajo como becario de doctorado en la Universidad de
Stanford, en Palo Alto (California), antes de ser profesor en la Universidad
Rockefeller, en la ciudad de Nueva York, en 1978. Los científicos compartirán
un premio de 9 millones de coronas suecas, que equivale a alrededor de 1,1
millones de dólares. Los premios Nobel en otras categorías serán anunciados.