El director
nacional de la Unidad de Migración Colombia, Christian Krüger, dijo que los
venezolanos que huyen por razones humanitarias son bienvenidos en territorio
colombiano, pero advirtió que ese proceso debe cumplirse apegado a las medidas
que buscan regular el tránsito o permanencia de personas de la nación vecina en
este país sudamericano.
Prensa. Diario
Las Américas.
En
declaraciones exclusivas a DIARIO LAS AMÉRICAS, Krüger dijo que Colombia nunca
ha cerrado la frontera para impedir el acceso de venezolanos, hecho del que
culpó al presidente Nicolás Maduro, y señaló también que la mayoría de personas
que conforman el éxodo venezolano son colombianos que en otras épocas
decidieron irse del país en busca de un mejor futuro en Venezuela.
El
funcionario reveló que el Gobierno ha sancionado a 600 empresas privadas
colombianas por pagarles salarios por debajo de lo que estipula la ley a
venezolanos que se declaran “abusados laboralmente”, al tiempo que añadió que
unos 67.000 venezolanos ya se encuentran trabajando de manera legal en Colombia
tras acogerse a lo que se denomina el PEP (Permiso Especial de Permanencia).
¿Qué
tipo de medidas se están adoptando desde su oficina en Bogotá para afrontar
esta situación?
Para
poder comprender este fenómeno migratorio que se está presentando hoy en
nuestro país tenemos que devolvernos unas tres o cuatro décadas atrás, y
recordar que anteriormente la migración era a la inversa cuando el colombiano
viajaba hacia Venezuela. Calculamos que más de un millón de colombianos
alcanzaron a vivir en ese país, y muchos de ellos son los que están regresando
en este momento, y no lo están haciendo solos, sino con sus familias. Muchas de
estas personas son colombianas. Lo que vemos es una migración de retorno, y
vienen con nacionales venezolanos, que son bienvenidos al territorio
colombiano. Lo que queremos hacer es regularizar esta migración. Lo peor tanto
para un extranjero como para un país es tener una migración irregular.
¿Cómo
proyecta su agencia realizar esa regularización?
Hemos
implementado varios mecanismos, y el llamado a los venezolanos es que el
Gobierno colombiano ha venido flexibilizando la norma para que se regularicen,
para que formalicen su situación en nuestro país. Se han implementado varias
medidas en este sentido. Una, la TMF (Tarjeta de Movilidad Fronteriza) para esa
migración que hemos denominado circular o pendular, que está básicamente en la
zona de frontera con Venezuela, que es de más de 2.500 kilómetros,
históricamente una zona de frontera activa, viva, en la que se permitía que los
venezolanos entrarán a nuestro territorio sin control hasta determinadas áreas
como Cúcuta, en Norte de Santander. Igualmente hacían los colombianos en
Venezuela, que podían ir hasta más allá de San Antonio, por la frontera con
Táchira, sin ningún control. Lo que buscamos nosotros como autoridad migratoria
es identificar esos movimientos migratorios. Colombia nunca ha cerrado la
frontera; eso es importante que la audiencia lo tenga claro. Fue el presidente
Maduro quien cerró la frontera. Lo que se busca por parte del Gobierno
colombiano no es cerrar la frontera, pero sí identificar quién está entrando y
quién está saliendo por seguridad de la población, y cuando hablo de población
incluyo a nacionales y extranjeros. En la medida en que tengamos una migración
ordenada, tendremos una migración segura y podemos proteger los intereses de
los extranjeros, de los venezolanos.
Algunos
colombianos dicen que los venezolanos les quitan sus puestos de trabajos. Otros
colombianos afirman que este país tiene que ayudar a sus vecinos que están
llegando. ¿Cómo debe moverse el Gobierno entre esas dos corrientes?
Tenemos
esa migración que es pendular, la que no quiere quedarse, que viene, trabaja
unos días, realiza algunas compras y se regresa a su país. Para aquellos que se
quieren radicar promulgamos el PEP (Permiso Especial de Permanencia), que va
dirigido a unos 236.000 venezolanos que están en esa condición, según nuestros
cálculos. Son venezolanos que entraron al país de manera regular, sellando su
pasaporte, pero que por alguna circunstancia sobrepasaron el tiempo de
permanencia. A esas personas se les dio este alivio que les permite trabajar,
afiliarse al Sistema de Seguridad Social, tener una cuenta bancaria, entre
otros beneficios, a diferencia del TMF, que no se los permite. ¿Qué hacer con
las manifestaciones de personas que dicen que les están quitando el trabajo? En
la medida que nosotros prohibamos esa situación, esos trabajos van a ser
ilegales, y en consecuencia la diferencia en los pagos va a ser más grande. Hoy
en día vemos casos en los que se les está pagando [a los venezolanos] una
tercera parte de lo que corresponde. Si nosotros prohibimos que trabajen los
venezolanos, esa diferencia va a ser mucho más grande de lo que es hoy. Recordemos
que el salario mínimo en Venezuela es de 12 dólares mensuales, entonces si
prohibimos que trabajen esas personas la brecha en los salarios será más grande
y el desempleo para los colombianos será superior. En la medida en que nosotros
nivelemos esas condiciones del extranjero, en este caso de los venezolanos,
desde el punto de vista laboral vamos a encontrar una cercanía en materia de
derecho y pagos laborales, y se dará una nivelación en cuanto a la competencia
que debe dar como resultado que colombianos y venezolanos se contraten por
igual. Que cuando un empresario quiera contratar a una persona mire las
cualidades personales y profesionales, bien sea colombiana o venezolana, y no
que lo haga por ganarse unos pesos. Ya tenemos unos 67.000 venezolanos
registrados con ese PEP, que son personas que estaban irregularmente en el
país, que no podían trabajar por su condición migratoria, y hoy lo pueden
hacer, el empresario los puede reportar [al Sistema de Seguridad Social] y eso
es lo que buscamos como una forma de darles la mano con una medida a largo
plazo, que involucra a estas personas en la vida activa, económica y laboral
del país. Dar la mano a veces pensamos que es dar un plato de comida o un
techo. Esa puede ser una medida transitoria, pero no es una medida final, que
es procurar integrar a esta población en la vida activa del país.
A
pesar de los esfuerzos del Gobierno, algunas quejas señalan que a un alto
número de venezolanos se les paga sueldos míseros. ¿Qué respuesta hay frente a
esas protestas?
Yo
no solo recibo quejas, también muchas manifestaciones de gratitud por parte del
pueblo venezolano frente a lo que vienen haciendo el pueblo y el Gobierno
colombiano, y también gratitud de colombianos que celebran las medidas que
hemos venido implementando para darles la mano a estas personas. En cuanto a
los pagos que no se ajustan a la ley, Migración Colombia y el Gobierno vienen
haciendo varias tareas. A la fecha llevamos 600 empresas sancionadas. Es decir,
no solo estamos revisando al extranjero que está trabajando de manera irregular
porque, además, tiene atrás una familia a la que alimentar, sino que también
estamos revisando al empresario que se aprovecha de esa circunstancia para
pagarles menos de los que corresponde, y si es irregular tampoco tiene que
afiliarlo al Sistema de Seguridad Social. Entonces, nos hemos enfocado no solo
en los extranjeros, que es una tarea propia de Migración, sino también en el
colombiano que se está aprovechando de esa situación, y esa ha sido una medida
efectiva. Una vez nosotros sancionamos a una empresa por ese motivo,
generalmente no lo vuelve a hacer, mientras que si nosotros solamente nos
enfocamos en la población extranjera y no en los empresarios, en las personas
naturales o jurídicas que los contratan, para evitar que eso se presente.
Algunas
estadísticas muestran que la prostitución se ha incrementado en algunas
regiones del país y se señala a un número elevado de venezolanas de estar
realizando esta actividad.
Nosotros
en Migración Colombia no perseguimos ninguna actividad en particular. Nosotros
miramos la condición migratoria de la persona, no la actividad que está
realizando en nuestro territorio porque no es competencia propia de nuestra
actividad. El llamado que hacemos es a ser conscientes de esta situación, que
es humanitaria, especialmente en temas de alimentación y salud. En algunos
medios vemos que el país con el menor índice de alimentación en el mundo es
Venezuela, y pues claramente Colombia es un país vecino con un fuerte arraigo,
más que los demás países fronterizos con Venezuela; y el idioma también lo
facilita. Estamos ante una situación compleja que no es provocada por Colombia,
pero sí estamos llamados, no solo como Gobierno sino como país, a atender esto
de la mejor manera. Hoy está en esa situación Venezuela, esperamos nosotros
nunca estarlo. No podemos olvidar que en algunos momentos de la historia
tuvimos algunos temas de migración hacia ese país. Es un momento importante,
histórico para Colombia. Todos los países desarrollados tienen y han tenido
historia migratoria. No conozco ninguno que no haya tenido historia migratoria.
El gran reto que tenemos como país es afrontar esa gran responsabilidad de la
mejor manera, con un sector público cumpliendo sus responsabilidades, como
también las autoridades regionales, y el sector privado que debe contratar de
manera legal a estas personas. Dar la mano no es pagarles menos de lo que
corresponde. Dar la mano es pagar lo que corresponde y ayudar a estas personas
que realmente necesitan de nosotros hoy día.