Prensa. Aaron
Rodriguez
El
dirigente del partido político Voluntad Popular en el estado Carabobo, Aarón
Rodríguez Moro, lamentó que los carabobeños se estén acostumbrando a viajar en
camiones, “como si se tratase de ganado y no de personas”, debido a que el
sector transporte atraviesa una de las situaciones más graves de los últimos
tiempos, por el alto costo de los servicios y repuestos de las unidades que
prestan el servicio en las distintas rutas de la localidad.
“Desde
hace mucho tiempo al gobierno se le fue de las manos el sector transporte. Dado
a la falta de inversión y al abandono del que fue objeto especialmente el
sector autopartes y de repuestos, en la Gran Valencia sólo se encuentra
operativo el 8% de la flota de transporte público, lo que ha originado que las
personas deban viajar en camiones en condiciones denigrantes e incluso de
peligro para sus propias vidas”.
Rodríguez
aseguró que de las 7 mil 800 unidades que funcionaban en el año 2015, hoy en
día sólo están en las calles unas 600, razón por la cual se ha hecho cotidiano
ver camiones haciendo las veces de colectivos públicos.
“Hay
que ver lo que cuesta para el dueño de un autobús el mantenimiento de sus
unidades. No me estoy refiriendo al remplazo de éstos por otros nuevos para
brindar un servicio digno y de calidad, cosa que sería imposible por la inflación
y el alto costo de la vida, me refiero al mantenimiento regular, pues un caucho
22.5 cuesta en estos momentos alrededor de 14 millones de bolívares, mientras
que un litro de aceite ya ronda los 125 mil”.
El
dirigente regional considera que todo esto es producto de las distorsiones
económicas originadas por las erradas políticas del gobierno de Nicolás Maduro,
pues constantemente se hacen aumentos del pasaje que pegan en el bolsillo de
los ciudadanos, pero que están muy por debajo de lo necesario para mantener los
vehículos en óptimas condiciones para el servicio.
“El
gobierno creó una distorsión tal en la economía que ahora es cuesta arriba
subir el precio de los pasajes sin afectar a las clases trabajadoras, pero a la
vez, esos pasajes no cubren el costo del mantenimiento de los autobuses, pues
los repuestos se adquieren a precios internacionales, calculados en dólar no
oficial, así que a los choferes no les queda otra que parar las unidades, o
trabajar con ellas hasta que aguanten”.
Rodríguez
afirma que en una situación como esa, hasta el carro de Drácula -en clara
alusión a las acciones que ha emprendido el gobernador de Carabobo con la idea
de levantar al sector - podría quedarse parado por la falta de repuestos.
“Hace
días vimos al gobernador reunirse con representantes de la golpeada industria
automotriz y de autopartes, pero la crisis es tan grave que, de no abocarse el
gobierno nacional al asunto, haciendo las inversiones necesarias para reactivar
a todo el sector, será difícil volver a contar con un sistema de transporte
público como el que teníamos. ¡Qué decir de aspirar a uno del primer mundo!”.
Lamentó
que la ciudadanía tenga que ser sometida a semejante humillación después que
-desde el gobierno central- en diferentes oportunidades se ha anunciado con
bombos y platillos la importación de autobuses chinos que ya sólo se ven en
cementerios de chatarra.
“¿Qué
futuro pueden soñar nuestros niños cuando acuden al colegio colgados de un
camión, con el estómago vacío y rogando no caerse, pues ni si quiera insumos
médicos habría para atenderlo? Esas son las contradicciones de un gobierno que
se dice de los trabajadores, donde incluso el Presidente es un chofer de
autobús”.