"Yo, como
presidente, quiero que la gente que venga a nuestro país sea para ayudarnos a
convertirnos en un país más fuerte y maravilloso de nuevo, gente que venga a
través de un sistema basado en el mérito"
Prensa. Diario
Las Américas.
El
presidente Donald Trump defendió este domingo que quiere un sistema migratorio
para las llegadas al país basado en "el mérito", después de que esta
semana levantara una gran polémica al llamar "países de mierda" a
naciones emisoras de inmigrantes como Haití, El Salvador y los países
africanos.
"Yo,
como presidente, quiero que la gente que venga a nuestro país sea para
ayudarnos a convertirnos en un país más fuerte y maravilloso de nuevo, gente
que venga a través de un sistema basado en el mérito. No más loterías. Estados
Unidos primero", dijo el multimillonario a través de la red social
Twitter.
Este
sábado Trump dio por perdido el acuerdo migratorio fraguado durante meses en el
Senado por un grupo bipartidista después de que en su última reunión sobre el
asunto calificara a naciones como El Salvador o Haití como "países de
mierda".
El
grupo negociador, conformado por tres senadores demócratas y tres republicanos,
había alcanzado un principio de acuerdo legislativo para una ley que facilite
la ciudadanía a más de un millón de jóvenes que ahora son susceptibles a la
deportación y que se criaron en EEUU, los conocidos como "soñadores".
Una
de las disposiciones de la propuesta legislativa contempla también la
eliminación de la lotería de visados, con la que ahora se reparten 50.000
permisos al año, para transformar la mitad de ellos en visados para los que se
han visto afectados por el fin del Estatus de Protección Temporal (TPS).
Cuando
a Trump le explicaron esta postura, y según publicó el diario The Washington
Post, el multimillonario reaccionó diciendo: "¿Por qué tenemos a toda esta
gente de países (que son un) agujero de mierda viniendo aquí?", en
referencia a El Salvador, Haití y los países africanos.
La
filtración de esas duras declaraciones ha puesto en jaque las negociaciones
migratorias, incluso cuando los demócratas habían accedido a dotar ciertos
fondos para la construcción de la barrera fronteriza con México tan demandada
por el presidente, y cumplían con sus exigencias de aumentar fondos para
seguridad fronteriza.
"DACA
está probablemente muerto porque los demócratas realmente no lo quieren, solo
quieren hablar y quitarle desesperadamente un dinero necesario a nuestro
militares", agregó al respecto hoy el mandatario a través de la misma red
social.
Tras
más de cuatro meses de diálogo entre demócratas y republicanos, el tiempo se
agota para los más de 800.000 jóvenes que disfrutaron del programa de Acción
Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), impulsado por el expresidente
Barack Obama y cuya vigencia concluye en marzo por órdenes de Trump.
No
obstante, el Gobierno del multimillonario se ha visto obligado a reanudar la
renovación de las solicitudes de DACA por orden judicial, y precisamente este
fin de semana, los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos
(USCIS, en inglés), anunciaron la aceptación de solicitudes para aquellos que
hubieran gozado ya de sus beneficios con anterioridad.
"Debido
a una orden judicial federal, USCIS ha reanudado la aceptación de solicitudes
para renovar la concesión de acción diferida en virtud de DACA", dijo la
agencia en el comunicado.
"Hasta
nuevo aviso, y a menos que se indique lo contrario en esta guía, la política de
DACA será operada en los términos vigentes antes de que se rescindiera el 5 de
septiembre de 2017", agregó.
En
su orden judicial, el juez William Alsup dijo que la medida de la
administración Trump de rescindir DACA se hizo sin seguir los procedimientos
legales adecuados, y que el gobierno federal tendría que "mantener el
programa DACA a nivel nacional" mientras se resuelven los desafíos legales
planteados sobre la materia.
Entre
esos casos se encuentra, por ejemplo, la demanda que interpusieron el 11 de
septiembre pasado de manera conjunta los estados de California, Maryland, Maine
y Minnesota, donde viven 238.000 "soñadores".
Esos
estados alegan que el fin del DACA perturbará la vida de sus habitantes,
provocará grandes daños a sus economías y ocasionará pérdidas a sus compañías,
universidades y centros de investigación que dan empleo a los jóvenes
indocumentados, pues con el fin del programa ya no podrían trabajar legalmente.
FUENTE:
EFE/Raquel Godos