Prensa. Efecto
Cocuyo.
Brasil
y Colombia se comprometieron este miércoles a mantener sus puertas abiertas
para los venezolanos que huyen de la crisis política, social y económica en su
país y reiteraron su deseo de “una pronta solución” a la crisis en esta nación.
La
situación generada por la creciente emigración venezolana, que tiene entre sus
principales destinos a Brasil y Colombia, fue tratada hoy por delegaciones de
ambos países, encabezadas por sus respectivos cancilleres: Aloysio Nunes y
María Ángela Holguín.
En
un pronunciamiento conjunto, Nunes anunció que se decidió reforzar la ya
estrecha cooperación fronteriza y el intercambio de información con Colombia
sobre la situación en esa zona, a fin de promover una “mejor” ayuda y atención
a los venezolanos que huyen de la crisis en su país.
“Tenemos
con Colombia una excelente cooperación transfronteriza”, que ahora “es
necesario reforzar” frente a la “inmigración forzada” que llega desde Venezuela
y que en ambos países ha generado una situación de “emergencia social”, declaró
Nunes.
Según
el canciller brasileño, el objetivo es “profundizar y mejorar la atención a los
venezolanos” mediante ese intercambio de información y de experiencias, todo
dentro del “espíritu solidario” que “es uno de los valores comunes a Colombia y
Brasil”.
El
ministro también subrayó que ambos países tienen desde hace décadas “unas
posiciones políticas coincidentes y bien coordinadas” y que concuerdan también
en su visión de la crisis venezolana.
“Coincidimos
plenamente en el deseo de que los venezolanos puedan reencontrarse con la paz y
el camino de la democracia, mediante unas elecciones realmente libres“, declaró
Nunes, un férreo crítico del Gobierno de Nicolás Maduro.
Holguín
explicó a su turno que esa mayor cooperación con Brasil tiene como objetivo
mejorar la atención a los venezolanos, “que están emigrando en una situación
difícil, de hambre y escasez”.
La
canciller colombiana aseguró que tanto Brasil como Colombia tienen la
“decisión” de “mantener las puertas abiertas” para esos ciudadanos, que “solo
están buscando un país en el que puedan vivir tranquilos”.
Holguín
estuvo acompañada en su visita a Brasilia por el ministro de Defensa
colombiano, Luis Carlos Villegas, con quien luego tuvo un encuentro con el
presidente brasileño, Michel Temer.
Según
dijeron fuentes oficiales, durante esa reunión también se analizaron los
efectos de la inmigración venezolana, sobre la cual el mandatario brasileño ya
ha manifestado su “preocupación”.
De
acuerdo con datos oficiales, en Colombia se han instalado 550.000 venezolanos
de manera indefinida y unos 37.000 ciudadanos de ese país cruzan la frontera
diariamente en busca de un futuro mejor, o de la comida y los medicamentos que
escasean en Venezuela.
En
Brasil, el éxodo se ha dado sobre todo en el estado fronterizo de Roraima, uno
de los más pobres del país y que ha recibido cerca de 40.000 venezolanos
durante el último año, aunque esa cifra puede ser aún mayor, pues se cree que
muchos no llegan a registrarse.
Para
garantizar la atención a los inmigrantes, el Gobierno de Temer ha declarado a
esa región en “estado de vulnerabilidad“, lo que le permite al Estado redoblar
la ayuda financiera.
Asimismo,
al igual que Colombia, Brasil ha facilitado el acceso de los venezolanos a la
documentación necesaria, a los servicios de atención públicos y también ha
adoptado programas para agilizar su inserción en el mercado de trabajo.
La
migración venezolana también ha ido mucho más allá de los vecinos Brasil y
Colombia, según datos de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Refugiados (ACNUR).
De
acuerdo a ese organismo de la ONU, unos 133.000 venezolanos han pedido refugio
en otros países entre 2014 y 2017 y a ellos se agregan otros 363.000 que se han
acogido a otras “alternativas legales”, ofrecidas especialmente por países
latinoamericanos.
Con
información y fotos de EFE/Eduardo Davis