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Cuento News / Senderos de Apure.net.
Ausentismo,
deserción y migración tanto de estudiantes como de profesores universitarios en
algunas casas de estudios superiores del estado Apure, son fenómenos comunes. En
esta región del sur de Venezuela, fronteriza con Colombia, la educación sufre
directamente las consecuencias de la situación del país y su fuerte crisis
económica.
La
partida de estudiantes y docentes a diferentes destinos internacionales tiene
un denominador común: la búsqueda de oportunidades, que no les ofrece el actual
sistema de gobierno socialista. Sol Romero, cursante de Comunicación Social en
la Universidad Bicentenaria de Aragua, núcleo Apure, y también de Construcción
Civil en la Unellez, explica que el notable ausentismo en las aulas de la
primera casa de estudios, que es privada, está directamente relacionada con las
dificultades para conseguir unidades de transporte. Sin un ingreso y sin
posibilidades por parte de sus familiares para costearle los estudios
superiores, Sol se ve enfrentada al dilema: quedarse en el país o irse.
“Cada
vez que chequeo mis redes sociales, me impresiona la cantidad de compañeros de
clase que se han ido o que están pensando en irse”, confiesa la estudiante. En
la Unellez, que es pública, la tasa de deserción es igual a la UBA o incluso
peor. Muchos estudiantes no terminan la carrera, el servicio comunitario o
cualquier otro acto académico, y optan por retirarse.
Otros
han salido del país en busca de mejores oportunidades. El cuadro de ausentismo
y deserción se repite en las otras dos casas de estudios superiores de la
región, la Universidad Simón Rodríguez de Biruaca y la UPEL-Macaro en San
Fernando.
El
profesor Pedro Laya, coordinador de Comunicación Social en la UBA de Apure,
expresó que al igual que otras instituciones de educación superior, en Apure es
habitual que los estudiantes asistan menos a sus ambientes de clases. La
situación se repite con los docentes, que se han visto obligados a dejar en
casa sus vehículos, por falta de repuestos, además de que se les dificulta el
traslado en taxi o transporte público, por sus altos precios.
Todo
esto ha incidido en que los profesores opten por una plataforma virtual de
evaluaciones y planes de formación educativa. Sin embargo, la mayoría de los
estudiantes no han estado de acuerdo con las aulas virtuales, sobre todo en
materias que es necesario cursar de forma presencial.
“Los
docentes en Apure hacemos de trizas corazón para asistir a las clases, así sea
en una cola (aventón) o un taxi, porque hay una condición que nos obliga a
llegar al ambiente de trabajo: la necesidad de firmar horarios de entrada y
salida, pues de lo contrario no cobramos”, agregó Laya.
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