Prensa. Efecto Cocuyo.
La deserción escolar se agudizó
el año pasado y, aunque el Gobierno nacional no lo ha reconocido abiertamente,
el hecho de que niños y jóvenes están abandonando las aulas se puede rastrear
hasta en el discurso de las autoridades.
Marino Alvarado, coordinador de
Investigación de Provea, hizo un seguimiento a notas de prensa publicadas y
difundidas por el Ministerio de Educación y el Ministerio de Comunicación e
Información entre enero y agosto de 2017 e identificó una reducción en la cifra
total de alumnos que reconoce el Estado en los distintos niveles.
El activista en derechos
humanos precisó que en ese período, de acuerdo con declaraciones oficiales, la
matrícula en educación inicial y primaria disminuyó en 251 mil 180 estudiantes,
que equivale “a 10 estadios de béisbol de la Universidad Central de Venezuela
totalmente llenos”.
La información difundida por
ambos despachos también revela que entre 2016 y 2017 en educación media 101 mil
822 estudiantes se retiraron de la escuela, cifra que es comparable con la
cantidad de personas que ocupan “33
veces el Aula Magna de la UCV“.
Considerando que desde hace dos
años el Min-Educación no publica su memoria y cuenta, al igual que otros
despachos, las declaraciones de los voceros del Gobierno son la única pista de
una información “oficial”.
Alvarado señaló que las cifras
que le permitieron realizar estos cálculos han sido repetidas por el presidente
Nicolás Maduro y han sido reproducidas en los distintos medios del Sistema de
Información Pública.
Recordó que en la última
rendición de cuentas del ministerio ya habían reconocido la reducción de
alrededor 20 mil estudiantes de bachillerato entre el año académico 2013-2014 y
el 2014-2015.
El coordinador de Provea
consideró que existe un manejo “arbitrario” y “pirata” de las cifras oficiales
en materia educativa. Dudó, incluso, que el ministerio realmente haya elaborado
su informe de gestión en estos últimos años. “Andan lanzando flechas de una
forma bastante irresponsable”, dijo.
El activista hizo referencia a
una declaración del ministro Elías Jaua donde, contradictoriamente, señalaba
que se habían incorporado más de 500 mil estudiantes a educación media. La
cifra, sin embargo, “no concuerda con lo que ha sido el desarrollo histórico en
los últimos 15 años” de este indicador.
Recordó que en cualquier Estado
las estadísticas permiten saber si hasta qué punto las políticas públicas están
dando resultados y son una herramienta de contraloría social. También son un
insumo que permite a la Academia ofrecer posibles soluciones a los problemas
que identifiquen en la materia.
“No tenemos como saber, por
ejemplo, si se han implementado o no las recomendaciones que se hicieron en la
Consulta por la Calidad Educativa que se realizó en 2014″, agregó.
Desde 2017 voceros de ONG que
trabajan con educación, sindicatos y docentes han alertado sobre la deserción
escolar “por hambre”. Alvarado señaló que en el caso de los estudiantes de
bachillerato ocurre que “se van al mercado de trabajo para contribuir con los
ingresos familiares”.