Carta. Juan
Carlos Escotet Rodríguez.
Hace
un poco más de dos semanas, las autoridades venezolanas anunciaron la puesta en
marcha de la Operación Manos de Papel. En una de sus vertientes, Banesco
aparece señalado como el banco con 959 cuentas investigadas (menos del 0.00011%
de nuestras cuentas), que podrían haber incurrido en operaciones ilícitas.
Desde el primer momento Banesco ha cumplido a cabalidad y oportunamente con la
entrega de información que ha sido requerida por las autoridades. El 82% de las
cuentas señaladas tenían depósitos con saldos menores a 5MMM de bolívares.
Nuestra Unidad de Prevención y Control de Legitimación de Capitales y
Financiamiento al Terrorismo es reconocida por sus prácticas y resultados, por
el mayor número de casos reportados a la autoridad. Es la que más casos ha
reportado a la autoridad. No debe olvidarse que Banesco debe velar por los
intereses de 8 millones de clientes, y por el 40% de las operaciones de medios
de pago que se realizan en el país. Uno de los principales métodos de control
en uso es el de establecimiento de patrones. Cuando el comportamiento de una
cuenta coincide con alguno de los patrones, inmediatamente el caso se reporta.
Por lo tanto, cabe la posibilidad de que alguna cuenta escape a uno de los
patrones. Debo añadir, que ni Banesco ni la banca venezolana, se benefician de
la actividad de esas cuentas: no producen beneficios de ninguna índole, ni
tampoco lucro alguno.
Tal
como ha sido relatado en medios de comunicación y redes sociales, los miembros
de nuestra unidad fueron citados a la sede de la Superintendencia de Bancos,
organismo regulador que nos corresponde. Cuando estaban en la sede,
funcionarios de la Dirección de Contrainteligencia Militar, algunos
encapuchados y con armas largas se presentaron en una reunión de carácter
administrativo, en una acción, sin duda, desproporcionada. A partir de ese
momento, las 5:00 pm del 2 de mayo, nuestros compañeros de Banesco, se
convirtieron en ciudadanos privados de libertad. A continuación, el día 3 de
mayo, el Ministerio Público, en rueda de prensa de Tarek William Saab, señaló
que Banesco había incumplido con los controles. En horas de la noche, el
gobierno anunció la designación de la señora Yomana Koteich Kathib para liderar
la intervención, por un período de 90 días.
Apenas
tuve noticias de las medidas contra 11 de mis compañeros, decidí viajar a
Venezuela. Me encontraba en Portugal, en reuniones propias de mi actividad.
Como empresario estoy en el deber de hacer el mejor esfuerzo porque cada uno de
ellos regresen junto a sus familias y a sus actividades regulares. Me siento en
el deber de responder a las preguntas que las autoridades quieran formularme.
Banesco está en condiciones de demostrar que su actividad ha estado signada por
el profesionalismo y el respeto al marco legal.
La
decisión de intervenir a Banesco no se corresponde con los hechos. Es, una vez
más, desproporcionada. Se trata del banco privado más grande del país, el que
mayor número de clientes tiene (más de 8 millones de cuentas en 6 millones de
clientes), el más eficiente, el más solvente y el más rentable. No hay razones
financieras que justifiquen la intervención administrativa ni por un día, mucho
menos por 90 días.
Lo
clave es entender que el problema en curso, no es ni originado ni promovido por
Banesco, ni por institución alguna del sistema financiero. El problema es la
escasez de papel moneda, asociado a un mercado que intenta proteger sus bienes
adquiriendo dólares, que es el bien más apetecido por millones de ciudadanos.
Hay
considerables dificultades que resolver, que exigen tiempo e inversiones. Las
proyecciones, de carácter técnico, indican que el sistema financiero venezolano
está cada vez más próximo al colapso de los medios de pagos. Esta afirmación la
hago del modo más responsable. Otro problema, que quizás escapa a la primera
visión de los lectores de esta carta, es de carácter espacial: las computadoras
no tienen campos para incluir todavía más ceros. Solucionarlo puede requerir de
un tiempo aproximado de 8 meses.
Este
problema no se resuelve interviniendo al mayor banco del país y al principal
operador de los medios de pago, pues este banco es el que más puede ayudar a
resolver la delicada situación estructural que atravesamos. Luego de todo esto
puede caber la pregunta: ¿No será esto lo que se quiere encubrir con estas
decisiones?
He
cancelado una serie de compromisos que tenía por delante, no por el valor
patrimonial de Banesco, que representa menos de 1% de mi actividad. Mi
motivación no es económica. Se trata de otra cosa. He dedicado 40 años de mi
vida a construir una organización y a crear una marca que representara un
símbolo para mi país. Me importa cada uno de los 7 mil compañeros que han sido
vitales para sortear los tiempos difíciles por los que hemos transcurrido. Me
importa el servicio que, a diario y sin desmayo, prestamos a 8 millones de
clientes.
Quiero
decir del modo más categórico: no haré nunca una acción que vaya en contra del
valor que ha construido Banesco en Venezuela. No haré nunca nada que afecte a
mis compañeros, a los clientes o al país. Soy, en lo más hondo de mi corazón,
un venezolano, al que le duele su país. Y es por eso que, a lo largo de los
últimos años, he promovido la ampliación del capital social de nuestra
organización, para poder seguir creciendo y seguir atendiendo más y mejor a un
mayor número de clientes. Si, en el supuesto negado, de que la propiedad del
banco pasara al Estado venezolano, no haré nada que signifique destruir lo que
tanto esfuerzo, mío y de miles de compañeros, ha significado a lo largo de los
años.
Porque
soy un empresario que se siente en la obligación de generar bienestar, les digo
a mis compañeros: nuestra mayor obligación es la de preservar la estabilidad.
No abandonen sus puestos de trabajo. No se dejen llevar por rumores y
supuestos. Muestren, ahora más que sus nunca, sus capacidades profesionales.
Esta situación es temporal.
Porque
soy un empresario que ha luchado sin descanso para construir una organización
de servicios financieros eficiente y proyectada hacia el futuro, les digo a
nuestros millones de clientes: sigan en Banesco. No caigan en la tentación de
cambiar de organización. Hacerlo, sería un modo de contribuir con aquellos
interesados en destruir el valor de las instituciones venezolanas. Banesco,
bajo mi propiedad o no, siempre será el mejor garante de los depósitos de sus
clientes.
Lo
reitero: he venido a responder, a trabajar por la liberación de mis compañeros;
he venido a ofrecer las facilidades necesarias para que la señora interventora
pueda realizar las tareas que le han asignado; he venido para velar que los
servicios a los clientes se mantengan en los altos estándares posibles; he
venido para ratificarle a Venezuela que Banesco está listo para continuar
ampliando su capital y proyectar su actividad para los próximos años.
Juan
Carlos Escotet Rodríguez
Viernes
4 de mayo de 2018