Prensa. Diario Las Américas.
En
el servicio de Medicina Legal del municipio colombiano de Villavicencio,
permanecen desde hace más de tres meses -envueltos en bolsas negras y metidos
en unas neveras- los restos de tres ciudadanos venezolanos. Si nadie retira
pronto esos cuerpos, en los próximos días terminarán en un sepelio anónimo, en
el que no habrá llantos, ni flores ni responsos.
Esta
situación, según reseña El Tiempo, es solo un reflejo más de la crisis
venezolana, que termina afectando a Colombia, pero también deja al descubierto
un punto que, hasta ahora, más bien ha pasado desapercibido: los muertos
venezolanos que nadie reclama. Según un reporte de Medicina Legal, el año
pasado murieron en Colombia de manera violenta 173 venezolanos, y en lo corrido
de este ya van 195.
La
situación económica de Venezuela ha obligado a que se dé una migración sin
precedentes a muchos países de la región, en busca de algo de fortuna o de
subsistencia, pero también ha hecho que cuando uno de ellos muere, los altos
costos del traslado y el funeral los obliguen, en algunos casos, a dejarlos en
el país que los acogió.
Y
si bien no hay una cifra consolidada, las zonas más afectadas con esta
situación, por elementales razones, están en la frontera de Colombia. Sobre el tema fiscal se refirió el secretario
de gobierno de Arauca, Carlos Pinilla, quien dijo que en el presupuesto
municipal del próximo año se pretende incluir una partida para atender estos
casos ante el aumento que se ha reportado.
En
Cúcuta, Eusebio González, coordinador del Centro Regulador de Urgencias y
Emergencias, afirmó que en ese municipio existe un canal humanitario que
habilita una comunicación directa con el estado Táchira, lo que permite
retornar los muertos a Venezuela, sin costo. Mientras tanto, el traslado de un
cadáver desde Villavo hasta Arauca puede costar un millón de pesos, cifra que
para un venezolano equivale a unos 1.000 millones de bolívares. Es algo
impagable para alguien cuyo salario mínimo no llega a los 20.000 pesos.