Prensa. El Nuevo Herald.
Uno
de los procesos más comunes para obtener la residencia permanente en Estados
Unidos, que concede a los inmigrantes el estatus para vivir y trabajar
legalmente en el país, es mediante un enlace familiar. Las leyes permiten a los
extranjeros que son familiares de ciudadanos estadounidenses, e incluso de
residentes permanentes, obtener la green card o tarjeta verde a base de
vínculos familiares específicos.
Existen
dos clasificaciones de parentesco familiar: familiares inmediatos, como el
cónyuge, hijos menores de edad o padres de un ciudadano estadounidense mayor de
21 años. Por otra parte, también son elegibles a la residencia algunos
familiares no tan directos catalogados por el Servicio de Inmigración y
Ciudadanía (USCIS) “inmigrantes preferenciales”.
En
esta segunda clasificación entran los hijos de ciudadanos que sean solteros y
mayores de 21 años, así como los cónyuges e hijos solteros y menores de
residentes permanentes legales. Con menor grado de preferencia se encuentran
los hijos casados de ciudadanos estadounidenses y los hermanos de este, siempre
que sean mayores de 21 años.
Si
el candidato a la residencia por nexos familiares demuestra tener alguna de
estas relaciones consanguíneas, el ciudadano o residente permanente legal puede
pedirlo a través del Formulario I-130, Petición de Familiar Extranjero. Este es
“solo el primer paso para ayudar a un familiar a inmigrar a Estados Unidos”,
indica USCIS.
“Los
familiares elegibles deben esperar hasta que haya un número de visa disponible
antes de poder presentar la solicitud para convertirse en residente permanente
legal”, advierte la entidad migratoria. Si
los familiares se encuentran físicamente presentes en el territorio
estadounidense, a fin de obtener el estatus de residente permanente deben hacer
primero un ajuste de estatus presentando el Formulario I-485. En este enlace se
listan las instrucciones a seguir.