Opínión. Antonio
Sánchez García / @Sangarccs
Es
una clarinada de The New York Times: todos contra Trump. Así tal consigna vaya
acompañada de otra, mucho más siniestra y traidora: todos con Maduro. Una
puñada trapera y por la espalda al pueblo venezolano.
El
fantasma de Fidel Castro ronda la sala redaccional de The New York Times. Todo
sea en favor de defenestrar a Donald Trump. La socialdemocracia mundial, con
los demócratas norteamericanos y europeos a la cabeza, parecen desesperados.
Trump les ha socavado las bases y temen verse superados por los acontecimientos.
De allí la necesidad de salir de él a como de lugar, torpedeándole la
posibilidad de que reafirme su liderazgo mundial antes de las próximas
legislativas norteamericanas de noviembre, liberando al planeta del horrendo y
espantoso cáncer madurista. Una medida que encontraría el apoyo mundial. En lo
que a América Latina se refiere, y particularmente a la amenaza de intervención
de los Estados Unidos para desalojar el cáncer madurista, han alineado sus
fichas, pero no terminan por cuadrar el tablero. Han puesto a António Guterres
al frente de la ONU, quien se ha sacado de la chistera a la castro socialista
chilena Michelle Bachelet para obstruir cualquier denuncia que llegue al
organismo mundial contra sus aliados y socios violadores de los derechos
humanos en nuestra región y quienes los sostienen: China y Rusia. Alineados a su vez con Barak
Obama y Hillary Clinton.. Y el Foro de Sao Paulo en pleno, último bastión del
castro comunismo latinoamericano. Es una clarinada: todos contra Trump. Así tal
consigna vaya acompañada de otra, mucho más siniestra: todos con Maduro. Tan
grave será la situación, como para que hayan decidido quitarse sus máscaras y
echar a pelear al ruedo a su privilegiado mastín mediático: The New York Times.
Se trata de acorralarlo y ponerlo en tres y dos. La guerra es a muerte.
El
primer paso fue infiltrar su equipo más cercano y sacarse de la manga un
traidor que lo apuñale por la espalda: blindado por el anonimato que le
garantiza la tradición, su equipo direccional echó a correr un artículo en el
que ese supuesto infiltrado reconoce en el equipo de consejeros más próximo al
presidente una profunda desconfianza hacia su accionar, al extremo de actuar
impidiéndole y boicoteándole sistemáticamente asuma líneas de acción política
dictadas por su naturaleza confrontacional y no por lo que dictan las leyes del
normal comportamiento político de la Casa Blanca. Una historia digna de la Mata Hari. Como el
título de la telenovela brasileña: para los demócratas norteamericanos, todo vale.
Ha recorrido el mundo a lomos de la prensa “progresista”: la tenaza demócrata
actúa sin melindres y está dispuesta a degollar al parvenue.
El
editorial de The New York Times de ayer, miércoles 12 de septiembre constituye
una prueba maestra de la infamia a la que pueden llegar sus editores y
mandamases en su faena de acorralamiento a Donald Trump ordenada por los
Demócratas norteamericanos, sirviéndose incluso de la defensa de la tiranía
castro comunista venezolana; establece las coordenadas del rol que jugamos los
venezolanos en ese movimiento envolvente que busca defenestrar a Donald Trump.
Llegando al extremo de intervenir abierta y desembozadamente a favor de las
tácticas alcahuetas y dilatorias del dialoguismo de la oposición oficialista,
apéndice de Miraflores, zapateril y sanchezca, cuyo único resultado fáctico ha
sido el asesinato de cientos de mártires y la entronización de la tiranía, echa
toda la carne en el asador de levantar el esperpento de la política
intervencionista norteamericana en la región. Un horrendo catálogo de acciones
que remiten a la ley del garrote y la Doctrina Monroe: un editorial de Pravda
de hace cincuenta años o de El Siglo, el periódico del Partido Comunista
chileno de hace 45, no lo hubiera hecho mejor. Ahora resulta que el The New
York Times es un activo valor en defensa de la Venezuela castro comunista en
contra del imperialismo norteamericano. Cosas veredes, Sancho…
Como
guerra avisada no mata soldado, lo más probable es que todo este escándalo
mediático persiga poner los parches antes de las heridas. Pero tampoco sería la
primera vez que el escándalo desnuda la verdad de los probables hechos. En
otras palabras: si el The New York Times arriesga su desnudez, es que los
indicios apuntan a la posibilidad real de que Donald Trump, sabiéndose
debilitado y pronto a ser llevada al cadalso del Congreso, decida realizar el
único movimiento que lo rescataría del naufragio: imponer el desalojo de Maduro
y el establecimiento de un gobierno democrático, de transición, en Venezuela.
Sabe que cuenta con la unánime simpatía del pueblo venezolano y la comprensión
de todos los sectores democráticos del hemisferio. Un twitero venezolano,
@kingzamuro, refleja el sentimiento popular de cuerpo entero: “Es que si nos
invaden los gringos les voy a matar una novilla bien gorda nojoda, pa' q coman
carne asá, les vamos a preparar cachapas con queso, cochino frito y papelón con
limón, ellos se encargan de eliminar chavistas que nosotros le damos comía y
caña, aquí los atendemos!!”