Se llama José
Ramón Prado (63), mejor conocido como Sito Miñanco, quien cayó tras las rejas
luego de ser una de las figuras más populares de la región al ayudar a vecinos,
pagar deudas del pueblo y patrocinar equipos de fútbol. Se dice que es el Pablo
Escobar de Europa y ya su vida tiene una serie en Netflix,
Prensa. Diario
Las Américas.
José
Ramón Prado volverá a sentarse mañana en el banquillo de los acusados. Pero
nadie se atreve a aventurar si el nuevo juicio al narco de 63 años, mejor
conocido como Sito Miñanco, será el último en la biografía de película que
viene escribiendo el histórico traficante español.
Miñanco
financió a dictadores, se codeó con celebridades, presidió un equipo de fútbol
y distribuyó la cocaína de toda Europa durante tres décadas montando un imperio
que le valió comparaciones con el legendario Pablo Escobar y que inspiró libros
y series de televisión.
Su
historia comenzó en la localidad de Cambados, donde nació en 1955 y donde entró
en el crimen organizado a través del contrabando de tabaco: una salida de
emergencia para muchos afectados por la reconversación de la pesca y los
armadores en Galicia (noroeste).
En
su primer paso por prisión en 1983 por contrabando contactó con miembros del
poderoso Cartel de Medellín de Escobar y al salir dio el salto al tráfico de
drogas, más lucrativo que el del tabaco. En pocos años, Galicia se convertiría
en la puerta de la cocaína a Europa.
Basado
en parte en Panamá, Miñanco montó su imperio y vivió los lujos y excesos
propios del capo narco. Conoció también a su segunda mujer, Odalys Rivera,
sobrina de un ministro del presidente Manuel Antonio Noriega. Miñanco tuvo
también estrechas relaciones con el dictador.
"Para
entonces, Cambados ya se había convertido en la capital del narcotráfico y (la
isla de) Arosa se había ganado el sobrenombre de la Sicilia gallega",
recordó el diario "La voz de Galicia" tras la nueva detención de
Miñanco en febrero de este año.
Con
su riqueza, entre tanto, el traficante compró fama en casa. Pagó deudas de
vecinos y costeó de su bolsillo reformas del pueblo. Compró y reflotó incluso
el club de fútbol local, el Juventud Cambados. El alcalde terminó nombrándolo
hijo predilecto de la localidad.
"Quería
ganarse el favor de los vecinos, así que financiaba las fiestas del
pueblo", relató el periodista Nacho Carretero en su libro
"Fariña", que inspiró la exitosa serie estrenada este año en el canal
español Antena 3.
"Muchos
narcos gallegos intentaban imitar las figuras de los capos del extranjero,
sobre todo a Pablo Escobar", señala Carretero en su investigación.
"Sito fue el ejemplo más claro de esto".
La
acumulación de poder y la prudencia le permitieron burlar a la Justicia, que
solo lo atrapó debido a traiciones o traspiés en grandes cargamentos. En 1994
fue detenido por introducir 2,5 toneladas de coca en España y condenado a 20
años de prisión.
Tras
cumplir siete años de pena, quedó en libertad condicional, pero volvió a ser
detenido por el tráfico de cinco toneladas de cocaína y condenado en 2004 a
otros 16 años de cárcel como líder de una trama internacional de narcotráfico.
En
2011 fue trasladado a Algeciras, sur de España, y logró un régimen de
semilibertad que le permitía acudir solo a dormir a un centro abierto. Era un
secreto a voces que seguía controlando sus negocios.
Un
intento fallido de ingresar en España cuatro toneladas de coca motivó su
detención en febrero junto con su hija y casi 40 personas en una macrooperación
en la que también se intervinieron 300.000 euros, embarcaciones, coches de alta
gama y cuentas bancarias.
La
nueva detención sorprendió a pocos. La periodista Elisa Lois, premiada por sus
reportajes sobre el contrabando en Galicia, corrigió entonces en el diario
"El País" a quienes afirmaron que Miñanco había vuelto al podio de la
droga: "Nunca llegó a bajarse", explicó.
Mañana
sumará a esa larga historia un nuevo juicio, esta vez acusado de blanqueo de
capitales y compartiendo banquillo ante la Audiencia de Pontevedra junto a su
primera mujer, una ex cuñada, una hija y un empresario. Parece que Miñanco
tardará en recuperar la libertad, pero nadie se atreve a anticipar los giros de
su vida de película.
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FUENTE:
dpa