Prensa. Infobae.
Desinformación
masiva en las redes sociales, acusaciones de manipulación del electorado y de
financiar ilegalmente el envío de millones de mensajes para denostar al
adversario: en la recta final de las presidenciales en Brasil, una guerra sin
cuartel se libra en Internet. La Policía Federal investiga la diseminación de
informaciones falsas contra los dos contendientes de la segunda vuelta: el
ultraderchista Jair Bolsonaro, gran favorito, y su adversario de izquierda
Fernando Haddad.
El
principal campo de batalla de esta guerra en línea es WhatsApp, el servicio de
mensajería instantánea propiedad de Facebook, que tiene unos 120 millones de
usuarios en un país de casi 210 millones de habitantes. El diario Folha de San
Pablo reveló recientemente que varias empresas financiaron el envío de cientos
de millones de mensajes contra Haddad antes de la primera vuelta del 7 de
octubre.
En
respuesta al escándalo, Whatsapp anunció el bloqueo de unas 100.000 cuentas. A
raíz de estas revelaciones, especialistas recomendaron disminuir el límite de
reenvíos -que en Brasil ya fue reducido de 250 para 20- a fin de evitar la
difusión masiva de propaganda y noticias falsas. Pero la compañía afirma que no
pretende modificar ese tope por ahora.
La
justicia electoral abrió una investigación a pedido del Partido de los
Trabajadores (PT) de Haddad. Bolsonaro niega tajantemente cualquier implicación
e incluso amenazó al diario Folha con quitarle los recursos de publicidad
oficial si es electo. Para Jaques Wagner, ex ministro del PT y actual jefe de
campaña de Haddad, lo que está ocurriendo en Brasil con las redes sociales debe
servir de "lección para la democracia en todo el mundo".
"Hoy
lo vemos en la política, mañana puede trasladarse a una guerra comercial,
destruir empresas (…), es una herramienta nueva, que supera fronteras",
dijo a la agencia de noticias AFP. Ex gobernador del estado de Bahia, Wagner
cree que la candidatura de Haddad "está resistiendo muy bien al bombardeo
de millones de robots", perfiles falsos creados para contaminar las
discusiones en la red de forma artificial.