Prensa.
Prototipo: Octavio Estrada.
Tuvimos
oportunidad de compartir y conversar con don Pedro hace casi 20 años, en un
congreso de la Unión Latinoamericana de Motociclismo realizado en Margarita en
el año 2000, donde el entonces presidente de la FIM, el italiano Francesco
Zerbi, le otorgó un reconocimiento por su fabulosa trayectoria.
Uno
de los más exitosos centauros venezolanos de todos los tiempos - por seguro
dentro de los cinco primeros - pero no solo por sus múltiples conquistas, sino
por su ejemplar comportamiento dentro y fuera de las pistas. Cuando se hable de
disciplina, modales y modestia en el no siempre ordenado entorno de las motos en Venezuela, Pedro José
Betancourt arranca en la pole position con medio segundo de ventaja y gana la
carrera con una vuelta de ventaja frente a todos sus adversarios de cualquier
época!.
Por
cierto, este año 2018, se despidieron otras leyendas de las dos ruedas,
adversarios precisamente de Pedro José, como Ferrucio Dalle Fusine, Adamo
Tursini y Giovanni Cecotto. Todos ellos, junto con “El Loco” Betancourt,
seguros integrantes del futuro Salón de la Fama del Motociclismo Venezolano.
Descanse en paz, don Pedro, estos 10 mil y pico de caracteres los hemos
redactado con el mayor gusto, admiración y respeto a su memoria. Y una cosa
más: estamos seguros que los chamos que nos van a representar este fin de
semana en el Motocross de las Naciones en Michigan, nos brindarán una enorme
satisfacción - el clasificar a la final lo será - y seguro que desde donde esté
les va a dar un impulso extra a todos ellos!)
El
caballero de las pistas, campeón de la velocidad y la disciplina
En
la tarde de este lunes 1 de octubre de 2018, a la edad de 84 años, falleció en
la isla de Margarita una de las figuras más importantes de la historia del
motociclismo deportivo de Venezuela: Pedro José Betancourt.
Comenzó
a competir por una simple casualidad. En 1952, cuando apenas contaba con 18
años de edad, el espigado y delgado Pedro José Betancourt - caraqueño de pura
cepa nacido en la parroquia San Juan el 18 de enero de 1934 - le compra una
moto a un señor italiano al que su esposa le impidió que tomase parte en las
carreras.
A
partir de entonces se inicia una trayectoria pletórica de triunfos no solo en
Venezuela sino también en Suramérica, enfrentándose a los grandes especialistas
de los años cincuenta, sesenta y setenta, convirtiéndose en 1972 en una de las
referencias del nuevo fenómeno del motociclismo venezolano, Johnny Cecotto, a
quien le transmitiría buena parte de su experiencia y consejos.
En
su temporada de estreno, Pedro José Betancourt se consagra campeón nacional
novatos al manillar de una británica Velocette de 350cc. Gana 7 carreras y se
titula invicto en 1952. Sería el primero de al menos una docena de cetros que
alcanzaría en 25 años de impoluto desempeño, transformándose en uno de los
centauros con mayor cantidad de pergaminos en la motovelocidad.
A
pesar de su juventud que contrastaba con la experiencia de buena parte de sus
rivales, Betancourt tuvo oportunidad de medirse a los apasionados inmigrantes
europeos que hicieron de Venezuela su segundo hogar y que le dieron forma al
naciente motociclismo deportivo nacional: italianos, alemanes, españoles,
húngaros, enriquecen e incrementan el nivel competitivo junto al talento local
que tiene en José Antonio Vivas a su representante más emblemático.
Pedro
José Betancourt no vacilaba en calificar al “Negro” Vivas como el piloto más
rápido al que le tocó enfrentar, eso sí, siempre y cuando lograse mantenerse
sobre la moto, porque de ser así, resultaba imposible superarlo. Y es que en su
dilatada trayectoria, a Betancourt - ya con 38 años de edad - rivalizó y
también superó a un adolescente que cambiaría para siempre la historia del
motociclismo venezolano: Johnny Cecotto, con quien compartiría equipo en los
años 73 y 74 dentro de las filas del team Venemotos-Yamaha.
LA
DISCIPLINA COMO NORMA
Tal
era la meticulosidad y seriedad con la que preparaba sus presentaciones, que
Pedro José Betancourt evitaba cualquier tipo de distracciones incluso una
semana antes de cada competencia, en lo que él mismo calificaba como una
disciplina que rozaba en el orden militar, receta que señalaba como fundamental
para alcanzar el éxito en las carreras.
Después
de competir con una Velocette 350cc del equipo Moto Palace de Jack Oriol, queda
subcampeón expertos de 1953 detrás de Pablo Mihalka y además participa en Lima,
Perú, en el circuito La Herradura. Al año siguiente Pedro José Betancourt se
integra al equipo AROS, dirigido por el ciclista olímpico Julio César León. Con
las motos inglesas AJS, Betancourt logra sus primeros títulos en las categorías
superiores 500 y 350cc, midiéndose en apasionantes duelos a centauros de la
talla de Alfredo Ruiz Gabaldón, Ferrucio Dalle Fusine, Guillermo Maas, Lambert
Danzer, Félix Rivero, Andrea Ippolito, Luis Gómez, Agustín Cangas, Juan Vicente
León y por supuesto, José Antonio “El Negro” Vivas.
En
1959 Pedro Betancourt triunfa en Chile en el trazado Los Benedictinos, en Viña
del Mar, lo hace en la clase 350cc y queda segundo en 500cc detrás de Andrea
Ippolito, prueba en la que confrontó problemas con los frenos de su máquina.
Participa en Argentina en el Suramericano de 1960. Fue la primera ocasión en la
corrió en un escenario permanente (Buenos Aires) y lo hizo en dos pruebas y
también tomó la salida en un trazado urbano en Córdoba, pero no pudo participar
en Mar del Plata al tener que devolverse a Caracas porque el hermano menor de
Ferrucio Dalle Fusine, Benigno, había fallecido en un accidente de tránsito.
Para
la expedición en el invierno argentino, Pedro José Betancourt llevó una
Matchless de medio litro y muchos repuestos de Norton, equipos que dejó allá en
Buenos Aires al completar un buen acuerdo económico. Esa máquina posteriormente
haría historia en el motociclismo argentino gracias a Jorge Kissling y
Benedicto “Chiche” Caldarella, al cruzar la meta en primer lugar en los Grandes
Premios de Argentina de 500cc de 1961 y 1962, las únicas dos conquistas de la
firma inglesa en el motomundial, pruebas en las que los venezolanos no
participaron, como tampoco los principales ases europeos.
REGRESO
A LAS PISTAS Y NUEVAS GLORIAS
Pedro
José Betancourt se retira de las carreras a comienzos de los sesenta (se
eliminaron las motos de alta cilindrada al entrar en vigencia una prohibición
de importación), y dada su corpulencia, daba mucha ventaja frente a los hábiles
y menudos especialistas que llevaban los pequeños bólidos de 50cc que se
emplearon en las denominadas Vueltas a Venezuela de ese primer lustro. Pero a
fines de 1965 vuelve a colocarse el traje de cuero negro gracias a la
insistencia de Andrea Ippolito, quien lo motiva y lo involucra en el aspecto
comercial junto a la marca Yamaha y la empresa Venemotos, Pedro José inaugura
el primer negocio junto a sus hermanos en Puente Hierro, Caracas.
Aparte
de la velocidad en asfalto donde vuelve a coleccionar coronas en el cuarto de
litro con las nuevas máquinas con motores de dos tiempos, las Yamaha YDS,
Betancourt - quien en esta nueva etapa se identifica con el número 21 - también
se incorpora en la naciente modalidad de motocross, adueñándose de un par de
títulos en las categorías 100 y 200cc entre 1967 y 1968.
En
el campo internacional, es la figura estelar del poderoso escuadrón venezolano
que viaja y triunfa en Lima en el Bolivariano de 1968 realizado en el Campo
Marte al capturar dos títulos en las divisiones 250cc y 100cc, mientras se
pierde una competencia en Chile porque al colocarse la vacuna de la fiebre
amarilla, le produce una reacción alérgica que le impidió acompañar a la
delegación. Un año antes había asistido a Mosport, Canadá, donde por primera
vez se realizaba el Grand Prix de esa nación, aunque lo hizo en calidad de
espectador.
Entrada
la década del setenta, “El Loco”, como también le conocían cariñosamente a
Pedro José (aunque no por un tener comportamiento díscolo, errático ni nada
parecido, sino por su habilidad extrema al manillar de una moto de carreras)
participa con éxito en las 500 Millas de Interlagos, en Sao Paulo, Brasil,
justa en la que hace dupla con su amigo Ferrucio Dalle Fusine en una Yamaha
350cc, apoderándose del tercer lugar en 1972 y el segundo en 1973, temporada en
la que sumó su última diadema, con casi 40 años, en la división 250cc al superar
al mismo Dalle Fusine, mientras en Fuerza Libre concluye tercero detrás de
Ferrucio, ambos superados por el nuevo monarca de 17 años, Johnny Cecotto.
A
lo largo de su prolongada e intachable trayectoria deportiva que se extendió a
lo largo de casi un cuarto de siglo, su preparación física, impecable manejo y
preciso estilo, le permitieron a Pedro José Betancourt apenas protagonizar un
mínimo número de caídas y accidentes (solía recordar uno a comienzos de su
carrera en la subida Mare-Pedro García de Maiquetía a Caracas del que escapó de
sufrir serias consecuencias), transformándose en uno de los cinco centauros con
mayor cantidad de coronas y victorias en la historia del motociclismo de
velocidad en Venezuela.
Fue
testigo y protagonista de la transición que supuso correr en las calles de las
ciudades, rozando aceras, postes y el propio público, a hacerlo en los
circuitos permanentes; de manejar pesadas y potentes monocilíndricas inglesas
de 4 tiempos a las ágiles pero también frágiles de 2 tiempos japonesas; de los
cascos Crowmell abiertos a los integrales; de los trajes de dos piezas de cuero
negro a los multicolores, pero sobre todo sirvió como tutor y enlace
generacional que llevaría a Venezuela a lo más alto del motociclismo mundial
gracias a los excepcionales Johnny Cecotto, Carlos Lavado, Iván Palazzese y
Aldo Nannini, entre otros ases.
La
trayectoria en las pistas de Pedro José Betancourt fue reconocida no por los
entes y las naciones en las que logró sus mayores hazañas deportivas, sino por
la mismísima Federación Internacional de Motociclismo (FIM), cuando en el año
2000 recibió en la isla de Margarita una medalla de manos del presidente de ese
organismo, el italiano Francesco Zerbi.
A
los 84 años se marchó don Pedro José Betancourt, quien en diciembre pasado -
siempre en tierras neoespartanas - recibió un último detalle del ambiente de
las carreras, cuando el también multicampeón caraqueño de motovelocidad y
motocross, Nelson Pérez, le hizo entrega del botón, afiche y una camiseta
homenaje al ser uno de los pioneros de la historia del motocross venezolano,
especialidad que en 2017 cumplió medio siglo de existencia.
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