Prensa. Voanoticias.
El
vicepresidente de Estados Unidos acusó el jueves a China de intentar debilitar
al presidente Donald Trump, en momentos en que la Casa Blanca despliega una
nueva retórica más agresiva contra la política comercial, económica y exterior
de Beijing. Durante una presentación en el Instituto Hudson, un centro de
estudios políticos conservador, Pence dijo que China está usando su poder en
“formas más proactivas y coercitivas para interferir en las políticas y en la
política nacional de Estados Unidos”. "Beijing
está usando herramientas políticas, económicas y militares, como también de
propaganda, para avanzar su influencia y beneficiar sus intereses en Estados
Unidos", afirmó Pence
“China
quiere a un presidente estadounidense diferente”, agregó Pence.
El
vicepresidente acusó a China de enfocarse en “industrias y estados que jugarían
un papel importante en las elecciones de 2018” en su respuesta a los aranceles
proteccionistas que Trump impuso al gigante asiático. “Según un cálculo, más
del 80% de los condados estadounidenses en los que se ha enfocado China votaron
por el presidente Trump en 2016; ahora China quiere que esos votantes se
opongan a nuestro gobierno”, afirmó.
"Queremos
una relación constructiva con Beijing, donde nuestra prosperidad y seguridad crezcan
juntos, no separados. Mientras Beijing se ha alejado de esa visión, los
gobernantes de China pueden cambiar de curso, y regresar al espíritu de
"reforma y apertura" que caracterizó el comienzo de esta relación,
hace décadas. Los estadounidenses no queremos nada más, el pueblo chino no
merece nada menos que eso", expuso Pence.
Un
"salvavidas" a Venezuela
Pence,
también acusó a China de lanzar un "salvavidas" a Venezuela con
"cuestionables préstamos" a cambio de petróleo, y criticó que haya
convencido a Panamá, República Dominicana y El Salvador de romper lazos con
Taiwán.
En
su discurso en el Instituto Hudson, Pence alertó sobre la "diplomacia de
la deuda" que emplea Pekín para expandir su creciente influencia en el
mundo, ofreciendo "cientos de miles de millones de dólares en préstamos de
infraestructura" en todos los continentes, para luego cuando no pueden
pagar cobrar en recursos e incompetente régimen de (Nicolás) Maduro en
Venezuela, que ha estado explotando a su propia gente, prometiéndole 5.000
millones de dólares en cuestionables préstamos a pagarse con petróleo",
dijo Pence
El
vicepresidente estadounidense, un duro crítico de Maduro, subrayó además que
China es el "mayor acreedor individual" de Venezuela, "agobiando"
al pueblo venezolano "a pesar de que su democracia se desvanece".
China
se ha convertido en uno de los principales aliados de Venezuela, con préstamos
de hasta 62.000 millones de dólares en la última década, de los cuales aún se
adeudan unos 20.000 millones.
Pence
habló una semana después de que Trump, durante una reunión del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas, acusara a China de interferir en las
elecciones estadounidenses para ayudar a sus rivales demócratas.
“Lamentablemente,
hemos descubierto que China está tratando de interferir en las próximas
elecciones legislativas”, dijo Trump. “No quieren que yo gane, no quieren que
nosotros ganemos porque yo soy el primer presidente que desafió a China en el
tema comercial”. Como prueba, el presidente se refirió más tarde a un comercial
publicado en el diario The Des Moines Register por entidades afiliadas al
gobierno chino.
Gran
parte de los comentarios de Pence buscan informar a la población de lo que el
ejecutivo considera una campaña de China, tanto encubierta como directa, para
ganar influencia. Desde
que Trump llegó a la Casa Blanca el año pasado, su administración ha aumentado
la presión contra China, de forma más reciente con varias rondas de aranceles,
sobre distintos bienes por un valor de miles de millones de dólares. La primera
estrategia de seguridad nacional de Trump difundida el año pasado etiquetó a
China como un “poder revisionista” junto con Rusia.
Según
el texto, Pence citó una evaluación de la comunidad de inteligencia estadounidense
que dice que “China está apuntando a Estados Unidos, a gobiernos y funcionarios
estatales y locales para explotar cualquier división entre los niveles federal
y local de la política. Está empleando cuestiones importantes, como los
aranceles, para profundizar en la influencia política de Beijing”.