Prensa.
El Nuevo Herald.
El régimen de Nicolás Maduro, que por meses ha
estado perdiendo terreno en el campo diplomático, se verá obligado a soportar
aún mayores presiones internacionales a partir de enero, mes en que el
gobernante pretende asumir un cuestionado nuevo período presidencial.
Y es que la juramentación del 10 de enero comienza a
emerger como un hito en la aguda crisis venezolana, en momentos en que gran
parte de América Latina se prepara para desconocer un segundo período
presidencial de Maduro.
“Tengo la impresión de que va a aumentar la presión
de países con claras demandas de tipo democráticas. (…) Tengo la impresión,
también de que en Europa va a seguir aumentando esta percepción y esto debe ir
acompañado de otras medidas”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores chileno
Roberto Ampuero en una entrevista con el Nuevo Herald.
“Hay países que están pensando romper las relaciones
con Venezuela”, mientras que otros están pensando suspender visas “de los
familiares de la cúspide para que no se desplacen alegremente por el mundo
mientras los venezolanos sufren una de las peores tragedias” registradas en la
región, agregó el diplomático.
Al final, los países con vocación democrática
comenzarán a reaccionar ante la necesidad de adecuar “las estrategias de
condena y de presión sobre el régimen de Venezuela, según las circunstancias
que se vayan dando” dijo Ampuero.
Pero el proceso de incrementar la presión sobre el
régimen debe al mismo tiempo ser respetuoso de la diversidad de medidas que
serán tomadas. “No hay una receta única. Cada país debe saber cómo expresa su
crítica frente al régimen de Venezuela y los efectos sobre la región”, añadió.
Muchos de los países latinoamericanos que conforman
el denominado Grupo de Lima han llegado a la conclusión de que en Venezuela
rige una dictadura que no respeta los derechos humanos. Pero el 10 de enero
comienza a ser visto como la gota que desbordó el vaso, luego de que gran parte
de la comunidad internacional cuestionara los irregulares comicios en los que
el chavista Consejo Nacional Electoral declaró a Maduro como ganador para un
nuevo período presidencial de seis años.
Múltiples razones llevaron a la comunidad
internacional a concluir que ese proceso fue una farsa, incrementando el
repudio hacia el régimen. El malestar mundial sobre los eventos en Venezuela
fue evidente a lo largo del 2018, manifestándose en las sanciones aplicadas
este año por Europa, Estados Unidos y la Canadá contra integrantes del régimen
por el sostenido desmantelamiento del sistema democrático, escandalosas
prácticas de corrupción, y las cada vez más frecuentes violaciones a los
derechos humanos.
La crisis venezolana también comienza a convertirse
en una crisis regional en la medida que millones de habitantes del país
petrolero comienzan a trasladarse a los países vecinos para escapar la
violencia y las condiciones de hambruna que enfrentan.
“Esta es la migración más grande que ha tenido en
América Latina; esto es una cosa gravísima”, dijo el canciller. A Chile ya han
llegado 200,000 venezolanos, mientras que Perú tiene 600,000, Ecuador otros
400,000 y Colombia está en vías de llegar a los dos millones de ellos.
Aun cuando el repudio internacional al régimen ha
sido un proceso que ha estado presente a lo largo de este año, la nueva
juramentación de Maduro está cobrando un alto grado de simbolismo, consideró el
ex embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, Diego Arria.
“La fecha del 10 de enero está despertando a muchos
grupos, no solo en Venezuela, sino sobre todo a fuera, llevando a muchos a
preguntarse: ¿bueno, qué hacemos ahora?”, comentó el diplomático venezolano,
quien también fue Presidente del Consejo de Seguridad de la ONU.
Para muchos, Maduro ya encabeza un gobierno
ilegítimo desde hace ya bastante tiempo, pero el número de detractores
aumentará aún más a partir de enero, dado al cuestionamiento sobre el resultado
de la elección, explicó. El
planteamiento deja abierta la pregunta sobre qué es lo que va a hacer la
oposición ante la vacante que dejaría un generalizado desconocimiento
internacional al régimen de Maduro.
“¿Va la Asamblea Nacional [controlada por la
oposición] a nombrar a un gobierno de transición para ocupar esa vacante?”,
preguntó Arria. “Esto debería llevar a la conformación de un gobierno de
salvación nacional en el exilio, porque alguien tiene que llenar ese vacío”,
enfatizó.
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