Prensa.
El Nuevo Herald.
Los
representantes de Juan Guaidó en Washington están librando una fuerte campaña
de relaciones públicas con legisladores, la Casa Blanca y diplomáticos en todo
el mundo en un esfuerzo por conseguir apoyo a su meta de realizar elecciones
libres y justas en Venezuela en pocas semanas.
Carlos
Vecchio, el recién reconocido encargado de negocios de Venezuela en Washington,
se reunió con un grupo bipartidista de legisladores en la oficina del
representante federal Mario Díaz-Balart, habló personalmente con el
vicepresidente Mike Pence y se presentó con diplomáticos extranjeros en el
Consejo del Atlántico este miércoles. El mensaje fue el mismo en las tres
actividades: la presión internacional es clave para colocar a Venezuela en el
camino a la democracia y dialogar con Maduro es una pérdida de tiempo.
“Estos
tres tipos de presión hay que ejercerlos ahora”, dijo Vecchio. “Uno es la
presión interna, la gente en las calles. Entonces tenemos la presión de la
Asamblea Nacional, la única institución democrática legítima en el país. Y el
tercero es la presión internacional”.
Vecchio
y Julio Borges, dos líderes opositores venezolanos exiliados, fueron
reconocidos la semana pasada como representantes legítimos del gobierno de
Venezuela en Washington, poco después que Guaidó juró como presidente interino.
Los dos dijeron que un diálogo entre Maduro y la oposición, opción que
defienden México, Uruguay, el Vaticano y algunos liberales en el Congreso
estadounidense, no coloca al país en el camino a elecciones libres y justas.
Maduro
“está tratando de dividir, confundir y manipular a la comunidad internacional,
siempre juega la carta del diálogo”, dijo Vecchio. “Nosotros no estamos de
acuerdo con un diálogo para propósitos de manipulación, algo que vimos en el
2014, el 2015, el 2016 y el 2018. La comunidad internacional no debe ser
manipulada y no debemos participar en ningún diálogo con Maduro”.
El
presidente Donald Trump habló por teléfono con Guaidó por primera vez el
miércoles, antes de las protestas planeadas en Venezuela para este mismo
miércoles y el sábado. Trump llamó a Guaidó “para felicitarlo por su histórica
toma de posesión de la presidencia y para fortalecer el ya fuerte apoyo de
Trump a la lucha de Venezuela por recuperar la democracia”, según la portavoz
de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
Vecchio
también se reunión con el vicepresidente Pence el martes, cuando discutieron la
manera en que Estados Unidos puede apoyar al gobierno interino de Guaidó.
Autoridades estadounidenses han dicho que los comicios presidenciales del año
pasado en Venezuela fueron ilegítimos, lo que significa que Guaidó debe ser
reconocido como el presidente durante 45 días, hasta que se celebren nuevas
elecciones, según su interpretación de la Constitución venezolana.
Después
de su reunión con Pence, Vecchio se reunió con varios legisladores de ambos
partidos, entre ellos el representante republicano Díaz-Balart, así como las
demócratas Debbie Wasserman Schultz, todos del sur de la Florida.
“Creo
que es importante que dejemos en claro que todos estamos unidos a favor de una
Venezuela libre”, dijo Wasserman Schultz. “Es crítico que continuemos
imponiendo las sanciones decididas por el presidente con apoyo bipartidista
porque apretarle las tuercas a la presidencia ilegal de Maduro es absolutamente
esencial para asegurar que los militares lo abandonen. El público ya lo ha
abandonado y estamos aquí hoy en apoyo al presidente legítimo, Guaidó”.
Durante
una audiencia el martes en el Senado, el director de Inteligencia Nacional, Dan
Coats, calificó a Venezuela de un peligro para los intereses de Estados Unidos.
Coats dijo que espera que los intentos de Cuba, Rusia y China por “sostener los
sectores de seguridad y financiero del gobierno de Maduro llevarán a esfuerzos
adicionales para explotar la situación a cambio de acceso al petróleo
venezolano”.
El
miércoles, el ex representante Ed Royce, quien lideró la Comisión de Asuntos
Exteriores de la Cámara desde el 2013 hasta enero, dijo que Maduro ha estado
trabajando con el gobierno chino y ZTE, una corporación china con fuertes lazos
con el gobierno, para implementar un “sistema de crédito social” en Venezuela.
Las tarjetas electrónicas de ZTE dan a los venezolanos acceso a alimentos,
medicinas, pensiones y otros servicios, pero a la vez permiten a Maduro
controlar estrictamente los recursos en un país donde millones pasan hambre.
“Esto
es un nuevo reto para la democracia porque el sistema incluye la afiliación
política”, dijo Royce.
El
ex representante agregó que la presión de la comunidad internacional sobre
Maduro debe extenderse a colocar gran cantidad de recursos humanitarios en la
frontera, que puedan distribuirse rápida y directamente a la población sin
tener que pasar por los militares u otras entidades controladas por Maduro.
“Ahora
es el momento para que la comunidad internacional insista, no en desplegar la
fuerza directamente, sino en desplegar la fuerza moral en la frontera, con
alimentos, medicinas, las organizaciones no gubernamentales pueden forzar el
asunto”, agregó Royce. “Los gobiernos de izquierda, centro y derecha que apoyan
la democracia deben apoyar un esfuerzo mundial que debe ser liderado por
gobiernos latinoamericanos”.
El
martes, la representante demócrata miamense Debbie Mucarsel-Powell presentó un
proyecto de ley que contempla autorizar $150 millones en asistencia humanitaria
al gobierno de Guaidó y exige que el gobierno de Trump presente un plan a largo
plazo para administrar esa asistencia humanitaria.
“Yo
apoyo la rápida restauración de la democracia en Venezuela, lo que significa
apoyar al presidente interino Juan Guaidó, y lo exhorto a celebrar a la
brevedad elecciones libres y justas”, dijo Mucarsel-Powell en un comunicado.
“Creo que entregar una mayor asistencia humanitaria —el gobierno ha anunciado
más de $20 millones en asistencia— directamente al pueblo venezolano es
imperativo para su supervivencia y será una fuerza estabilizadora en la región
y todas las Américas”.
Los
$20 millones en cuestión anunciados la semana pasada por el secretario de
Estado, Mike Pompeo, se describieron como el primer paso para ayudar a
legitimar a Guaidó horas después que Estados Unidos lo reconoció como líder
legítimo. Otros países, como Colombia, Brasil, Canadá y el Reino Unido también
han reconocido a Guaidó, al tiempo que China, Rusia, Cuba y Nicaragua apoyan a
Maduro.
Vecchio
dijo que apoya el anuncio del Departamento del Tesoro para prohibir las
transacciones con la mayoría del sector estatal petrolero venezolano, una
fuente importante de divisas para el gobierno de Maduro. Vecchio dijo que
entidades como la petrolera PDVSA y su filial en Estados Unidos, Citgo, serán
un “elemento clave” en el futuro económico del país y que las sanciones
permiten al gobierno de Guaidó proteger esos activos en el futuro.
Pero
la necesidad inmediata es hacer llegar la asistencia humanitaria al país, al
tiempo que se preparan las elecciones. David Smolansky, un líder opositor
exiliado en el 2017, dijo que otros 200 venezolanos huirían del país durante la
hora y media que habló en el Consejo del Atlántico, estimando que más de 5
millones de venezolanos se habrán marchado para finales de este año, con un
potencial de 7 millones de refugiados, equivalente al 25 por ciento de la
población del país, huyendo para finales del 2020 si la situación no mejora.
La
combinación del crudo venezolano y la asistencia militar y de inteligencia del
gobierno cubano han mantenido a Maduro en el poder, dijo Borges, pero el apoyo
de los mayores países de la región al gobierno de Guaidó y celebración de
elecciones a la brevedad pueden crear cambios.
“Todavía
tenemos a Nicaragua, Cuba y Venezuela con el guión de la Guerra Fría”, dijo
Borges.
Franco
Ordoñez, corresponsal de McClatchy DC, contribuyó a este reportaje.