El presidente de la Conferencia
Episcopal de Venezuela, José Luis Azuaje, leyó un comunicado en el que afirman
que un nuevo mandato de Nicolás Maduro sería "ilegítimo y moralmente
inaceptable"
Prensa. Diario
Las Américas.
Los
obispos venezolanos alertaron este lunes que "todas las dudas"
enmarcan la jura que hará Nicolás Maduro este venidero 10 de enero, un nuevo
mandato presidencial que la oposición y parte de la comunidad internacional han
señalado que no reconocerán.
"¿Legítima?,
¿ilegítima? La historia, cuando sea el momento a través de los actores que
propiciaron unas elecciones tan dudosas en un marco de ventajismo, dará su
veredicto", dijo el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana
(CEV), Monseñor José Luis Azuaje, al leer un comunicado ante periodistas.
Sostuvo,
además, que el Gobierno de Maduro ha causado "un deterioro humano y social
en la población y en las riquezas de la nación". Así, un nuevo mandato de
Maduro "se ha hecho ilegítimo y moralmente inaceptable", añadió
Azuaje al continuar la lectura del escrito, y en el marco de la Asamblea
Ordinaria de la iglesia venezolana.
Venezuela,
el país con las mayores reservas petroleras del mundo, atraviesa una grave
crisis económica expresada en hiperinflación, fallos en los servicios públicos
y escasez de alimentos y medicinas.
"Con
este racimo de deterioro, podemos imaginarnos los sufrimientos que tendrá que
pasar el pueblo en un nuevo período de Gobierno, si no se ponen las
correcciones necesarias que pasa por un cambio integral de política y de
actores políticos", reiteró Azuaje.
Igualmente,
puntualizó que la Asamblea Nacional (AN), cuya nueva directiva se instaló el
sábado, es "el único órgano democrático vigente", al tiempo que
exhortó a este cuerpo a trabajar "para que se recomponga el orden
democrático desde el ámbito constitucional".
Pese
a que insistió en dejar claro que el rol de la iglesia no es el de un actor
político, Azuaje fue enfático en pedirles a los opositores venezolanos
"consolidar una unidad política, dejar los intereses partidistas, los
intereses personales para entrar en un interés social, del pueblo".
La
Iglesia católica venezolana ha mantenido tensas relaciones con el Gobierno
chavista casi desde su instalación, en 1999, y ha sido considerada por la
Administración de Nicolás Maduro como un agente político que apuesta a la
desestabilización de Venezuela.
FUENTE:
EFE