Opinión. Periodista Jesús Segovia.
Eso creo y eso
pienso. Por eso lo escribo y lo comparto. Es ahora o nunca. Si desde este
momento no empezamos la cruzada cívica, democrática y constitucional para
desalojar de la Presidencia de Venezuela al usurpador y dictador Nicolás
Maduro, e igual a su banda de mafiosos, si no lo hacemos ahora, entonces no
ocurrirá nunca.
Si ahora los
actores y factores sociales y políticos de oposición no actuamos con valentía,
decisión, firmeza, voluntad, unidad y coherencia, si no lo hacemos, entonces
los venezolanos seguiremos transitando por el camino que desde hace 60 años
recorre el pueblo de Cuba, y el resultado, allá igual que aquí, es desolador y
aterrador: hambre, pobreza, miseria, corrupción, represión, migración masiva y
violación permanente de los derechos humanos.
Los hombres y las
mujeres que queremos la democracia, quienes deseamos rescatarla para empezar a
reconstruir y refundar la nación, tenemos que activarnos sin miedos ni temores.
Es ahora o nunca. No nos detengamos, porque los actuales son momentos
históricos para el país que parió a libertadores, a héroes y heroínas como Francisco de Miranda,
Simón Bolívar, José Antonio Páez, Antonio José de Sucre, Rafael Urdaneta,
Antonio Nicolás Briceño, Barbarita de La Torre, Luisa Cáceres de Arismendi,
Santiago Mariño, José Félix Ribas, Manuel Piar y muchos más.
Llegó la hora y
el momento de aplicar los artículos 333 y 350 de la Carta Magna, que afirman
así. Artículo 333: “Esta Constitución no perderá su vigencia si dejare de
observarse por acto de fuerza o porque fuere derogada por cualquier otro medio
distinto al previsto en ella. En tal eventualidad, todo ciudadano investido o
ciudadana investida o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el
restablecimiento de su efectiva vigencia”.
Artículo 350: “El pueblo de Venezuela, fiel a
su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la
libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe
los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos”.
Para que acatemos
y respetemos ese mandato constitucional, el llamado es a los compatriotas que
militan en los partidos políticos de oposición, a quienes pertenecen a los
sindicatos y gremios, también a los dueños de empresas y de comercios, a los trabajadores
formales e informales, a las amas de casa, a los padres y madres de familia, a
los estudiantes, a los docentes, a los curas y feligreses, a los creyentes y
pastores de las iglesias cristianas evangélicas, a todos y todas sin excepción.
Nos toca. Llegó la hora. Es ahora, o no será nunca.
No hay vuelta
atrás, porque si retrocedemos, si no peleamos, si no luchamos, entonces se
perpetuará y atornillará la tiranía de
Maduro y de Diosdado Cabello, su socio
mayor, que es tan dañino y perverso como el usurpador del Palacio de
Miraflores. Ambos son ilegítimos como gobernantes y funcionarios públicos,
ambos carecen de legitimidad de origen. Nicolás Maduro es ilegítimo desde el
jueves 10 de enero de 2019, y Cabello lo es desde que preside la fraudulenta e
írrita Asamblea Nacional Constituyente. Pero no es todo, porque por su
desempeño delincuencial, de hampones y de criminales, ambos son ilegítimos
desde hace mucho tiempo.
Frente a sujetos
de esa calaña, de esa podredumbre moral y ética, los venezolanos tenemos que
comportarnos como un pueblo de hombres y de mujeres valientes. Tenemos que ser
dignos herederos de los héroes y las heroínas que tuvimos. No avergoncemos ni
defraudemos a nuestros hijos y nietos. Este miércoles 23 de enero salgamos a
las calles y recuperemos la democracia. No nos quedemos de brazos cruzados. No
regalemos los espacios de libertad. Pueblo de Venezuela; despierta, levántate y
reacciona. ¡He dicho!
(*) Periodista
jesus63segovia@yahoo.es