Prensa.
Voanoticias.
El papa Francisco imploró el domingo por una
solución “justa” y “pacífica” a la crisis política en Venezuela tras cerrar el
mayor evento de la iglesia católica con la juventud en Panamá. El pontífice
también rindió sobre el final un tributo póstumo a la veintena de cadetes
colombianos fallecidos en un reciente atentado con coche bomba en la nación
vecina.
Poco después de oficiar una misa campal ante 700.000
personas con la que cerró la Jornada Mundial de la Juventud y en la que alentó
a los jóvenes a actuar en el presente para lograr sus sueños, el papa se
refirió a la crisis venezolana y al atentado en Colombia, del que dijo fue
producto del “odio terrorista”. Ambos asuntos formaron parte de sus oraciones
del Ángelus mencionados al visitar un albergue para enfermos con el virus del
VIH.
“Aquí en Panamá he estado pensando mucho en el
pueblo venezolano, al que me siento particularmente unido estos días”, leyó el
papa, al referirse por primera vez desde que arribó a Panamá el miércoles sobre
la nueva escalada en la crisis venezolana tras la proclamación como presidente
encargado del líder opositor y presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó.
El primer papa latinoamericano de la historia dijo que esa solución debe pasa
por el respeto a los derechos humanos y el bien de todos los venezolanos.
El Vaticano sólo había dicho durante la visita del
papa en Panamá que el líder de los católicos en el mundo seguía de cerca los
acontecimientos. El papa no dijo si reconocería a Guaidó, quien ha sido
respaldado por los Estados Unidos y otros líderes de América Latina y Europa. A
finales de 2016 El Vaticano intentó mediar entre el presidente socialista
Nicolás Maduro y la oposición de Venezuela, que cuenta con el respaldo de
muchos obispos venezolanos, pero sus intentos de conciliación se vieron
frustrados.
Francisco homenajeó luego a los 21 cadetes
fallecidos por el atentado con coche bomba contra una academia policial en
Bogotá el 17 de enero que se atribuyó la guerrilla Ejército de Liberación
Nacional (ELN). El papa, que visitó Colombia en 2017 para unir al país tras la
firma de la paz entre el gobierno y las ahora extintas Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) --el grupo subversivo más grande de ese
país--, oró para que los cadetes descansen en paz y para que toda Colombia pueda
encontrar el sosiego. Denunció que los cadetes habían sido “asesinados” por
“terroristas”.
Horas antes, el fervor se vivió en un parque
industrial, bautizado Juan Pablo II, donde el papa argentino ofició una misa
multitudinaria y con la que bajó el telón de la Jornada Mundial de la Juventud,
cuya próxima edición se realizará en Portugal. El papa aún tenía pendiente
antes de emprender su regreso a Roma un encuentro para agradecer a los
voluntarios del evento, que lo trajo por primera vez a América Central.
Fue la concentración más numerosa de la jornada, en
la que se sumaron el domingo todos los presidentes de Centroamérica, con
excepción de Nicaragua.
“Tantas veces escuchamos durante todos estos días en
el himno de esta jornada ‘somos peregrinos que venimos hoy aquí desde
continentes y ciudades’, estamos en camino, sigan caminando”, pidió el papa,
quien intentó alentar y dar esperanzas a un rebaño de jóvenes y al clero en
medio de un éxodo de seguidores y de sacerdotes en Latinoamérica, la región con
el mayor número de católicos en el mundo. El propio Francisco admitió que hay
una “fatiga” en el clero debido en parte a los propios pecados de la Iglesia,
en alusión a los escándalos de abuso sexual de sacerdotes contra jóvenes que
han manchado el legado del papa latinoamericano.
“Sigan viviendo la fe, compartan la fe y no se
olviden que no son el mañana, no son el mientras tanto, sino el ahora de Dios”,
agregó. “Les pido que no dejen enfriar lo que han vivido estos días, vuelvan a
sus parroquias y comunidades... transmitan lo que han vivido para que otros
puedan vibrar con esa fuerza y con esa ilusión concreta que ustedes tienen”.
Miles de los peregrinos acamparon durante la noche
después de participar de una vigilia con el papa el sábado. “Es una de las experiencias más bellas de mi vida”,
dijo la hondureña Carla Hernández, una estudiante de enfermería de 21 años.
“Una noche en que compartimos, rezamos y disfrutamos las estrellas. El papa nos
ha llenado de ilusiones”. Ella compartió su carpa con dos amigos de la capital
hondureña.
El Vaticano dijo que 600.000 personas participaron
en la vigilia, aunque la cifra palidece si se la compara con ediciones de
jornadas previas. En la misa esa asistencia se incrementó, según los
organizadores.
El papa vivió después un momento emotivo al visitar
la casa-hogar de El Buen Samaritano, donde se encontró con 15 personas enfermas
con el virus del VIH y otros 45 provenientes de centros que atienden a gente de
la calle y con problemas de drogas. Un niño, vestido con el hábito de San
Francisco de Asís, cantó a capela frente al papa.
“Estar aquí es tocar el rostro silencioso y maternal
de la Iglesia, que es capaz de crear hogar, crear comunidad”, dijo el papa,
quien luego se refirió a la crisis venezolana, al atentando en Colombia, así
como recordar este día en que se tributa a las víctimas del holocausto y
rechazar con fuerza el atentado con bombas dentro de una catedral católica en
Filipinas que mató al menos 20 personas.