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Arturo Alvarado Pisani recomienda la
Espectroscopia por Resonancia Magnética, un estudio no invasivo del sistema
neuroquímico del cerebro que podría ser un camino para identificar y tratar
diferentes dolencias.
Nadie puede negar que el mundo actual esté
agitado. La gente en la mayoría de los países tiene que enfrentarse a una
cotidianidad intensa tanto en el ámbito laboral como en el social. Cuando no
son guerras, son actos terroristas, invasiones, fenómenos naturales y, en el
caso venezolano, se suma la crisis eléctrica, de agua, escasez de alimentos y
de medicinas, ausencia de servicios públicos en los que se incluyen el
transporte terrestre, aéreo y subterráneo. Es decir, el batido perfecto para
padecer una serie de enfermedades mentales asociadas.
Un estudio presentado por Mayo Clinic1
sostiene que ninguna prueba individual puede confirmar un diagnóstico de
síndrome de fatiga crónica, dado que este puede ser similar a otros problemas
de salud, que el médico debe descartar antes de diagnosticarlo. “Pueden ser:
trastornos del sueño, dado que éste trae consigo, probablemente, apnea del
sueño, síndrome de piernas inquietas o insomnio, que alteran el descanso del
paciente”.
Por otra parte, la fatiga es frecuente en
varias enfermedades como anemia, diabetes y tiroides hipoactiva
(hipotiroidismo). El deterioro del corazón y los pulmones, también pueden hacer
sentir fatigadas a las personas, así como problemas de salud mental. Entre
ellos, la depresión, la ansiedad, el trastorno bipolar y la esquizofrenia.
Sostiene Mayo Clinic que “Si bien no existe
una cura para la fatiga crónica, el tratamiento se enfoca en el alivio de los
síntomas”. Los especialistas en las
distintas áreas tendrán que valerse de métodos tradicionales para diagnosticar
efectivamente a sus pacientes. Pero hoy por hoy, la tecnología de punta ha
puesto al servicio de estos médicos, la Espectroscopia por Resonancia Magnética
(ERM), una técnica no invasiva de un estudio neuroquímico del cerebro en vivo.
Arturo Alvarado Pisani, licenciado en Biología
egresado de la Universidad Simón Bolívar, Magister Scientiarum en Farmacología,
Doctor en Ciencias Fisiológicas y Médicas, títulos alcanzados en la Facultad de
Medicina de la Universidad Central de Venezuela, UCV y especialista en
Bioquímica Cerebral, afirma que la Espectroscopia se está usando en Venezuela
desde el año 1996 y es una aplicación de la Resonancia Magnética para estudiar
el metabolismo cerebral.
Alvarado Pisani realiza este estudio en el
Centro Diagnóstico Docente, CDD Las Mercedes, dirigida por el Dr. Wilson
Mourad, quien se ha especializado en traer al país las últimas tecnologías
médicas al servicio de los pacientes con lo cual está liderando a Venezuela y
América Latina en interdisciplinas modernas no tradicionales.
“Mediante esta tecnología, -sostiene Alvarado
Pisani-, se puede estudiar al paciente desde los 45 o 50 años cuando comienza a
olvidar dónde dejó las llaves del vehículo, la nevera abierta, la cocina
encendida o la puerta principal de la casa sin cerrar. Por supuesto, -agrega-,
esto se lo atribuye al estrés y a la compleja situación económica y familiar
que estamos viviendo”
El especialista en Espectroscopia es del
criterio de que podría ocurrir que la persona tiene una línea hereditaria en su
familia que, probablemente, no ha estudiado y es propenso a tener algunos de
los síntomas mencionados que lo van deteriorando paulatinamente. “Si lo
atiende, -advierte-, podría evitar el daño y ver a tiempo la condición que
presenta para mejorar su calidad de vida posteriormente”.
Alvarado Pisani explica detalladamente que
con la Espectroscopia se analizan los diferentes metabolitos y
neurotransmisores del cerebro. “La mayoría de las moléculas utilizadas producto
del metabolismo intermediario se transforman en otras más o menos activas. Por ejemplo: Si la persona consume azúcar en
condiciones de insuficiente oxigenación cerebral, la misma se oxida hasta
producir otro elemento: el lactato, que puede ser el metabolito modificador o
modificado. Los neurotransmisores, -agrega-, son aminoácidos y compuestos como
Acetilcolina, Dopamina, Norepinefrina, Serotonina, Glutamato y Taurina entre
otros, los cuales facilitan la transmisión del impulso nervioso entre neurona y
neurona”.
¿Quién ordena la Espectroscopia?
Para hacer este estudio, el especialista en
Espectroscopia trabaja en equipo con el médico tratante del paciente. Pueden
ser, en este caso, los internistas, geriatras, neurólogos de adultos, o
psiquiatras, según la patología que se
presente.
¿Después de diagnosticado el paciente?
Una vez diagnosticado el paciente con esta
aplicación, el especialista en Espectroscopia hace un informe en el que se
especifican recomendaciones para que los médicos tratantes puedan escoger,
basados en la evidencia del estudio neuroquímico del cerebro, el mejor
tratamiento para su paciente.
Aclara Alvarado Pisani, que el fundamento del
tratamiento es la modificación de elementos químicos que puedan estar
deficientes en el cerebro de la persona. “Eventualmente hay casos, -dice-, de
exceso de elementos, pero son muy contados. La mayoría, son deficiencias”. En
consecuencia, se pueden propiciar modificaciones nutricionales de aminoácidos o
transformaciones en la secuencia de la cronobiología del fármaco. Ello se
adecua de acuerdo al diagnóstico, opina.
“Debemos dejar claro, -afirma Alvarado
Pisani-, que los resultados de la Espectroscopia no conducen a omitir el
tratamiento farmacológico clásico. Lo que ocurre es que de los resultados
obtenidos se deriva la posibilidad de modificar el ambiente bioquímico de las
neuronas que permiten, al optimizar su sistema externo, que la respuesta farmacológica sea llevada a
su perfección máxima posible”.
¿Quién valida los resultados de la
espectroscopia; es decir, cómo se evalúan sus protocolos?
Los protocolos que ha desarrollado el Dr.
Arturo Alvarado Pisani durante los últimos 20 años, están en conformidad con
los consensos internacionales. El último consenso de la Sociedad Norteamericana
de Radiología fue en 2014. En Venezuela se siguen las pautas de este estudio.
Dichos protocolos también pueden validarse
por las pautas de la Sociedad Internacional de Resonancia Magnética en
Medicina. “Hay que seguir a estas instituciones porque de lo contrario,
-opina-, los resultados no serían comparables. Es esencial que haya un código
universal”.