Prensa.
Fedecámaras Radio.
El Banco Central de
Venezuela regresó al centro del debate. Tras los apagones, el BCV estuvo 6
semanas sin operar y a puertas cerradas de la casi totalidad de su personal,
sin que hasta el momento ni sus trabajadores ni el país, conozcan las razones
de este hecho sin precedentes en Venezuela.
Asimismo, estando en pleno
“cierre técnico”, el BCV recibió sanciones por parte de la administración de
Donald Trump que implican restricciones no solo para su directiva sino sobre
operaciones directas con operadores bancarios foráneos. “Tal vez lo más crítico
no es la mayor vulnerabilidad de la República en materia de endeudamiento
externo, sino el deterioro que, como entidad, el BCV sufre a nivel
reputacional.
En otras palabras, es
difícil confiar en las acciones y sus alcances, emprendidas por una entidad
castigada por fundamentar su esquema de decisiones con argumentos técnicos poco
válidos, en el contexto del problema que enfrenta. Ambos hechos nos hacen
pensar sobre el rol actual del BCV como regulador monetario”, explicaron Luis
Arturo Bárcenas y Giorgio Cumto, del equipo de Ecoanalítica radio.
A lo anterior, hay que
añadirle que el 5 de mayo, el BCV publica la resolución N° 19-05-01, en la que
autoriza la creación de mesas de cambio en los bancos, donde se podrá comprar y
vender divisas, lo que tácitamente implica la flexibilización que no la
derogatoria, del Sistema de Control Cambiario en el país.“La última novedad
fueron las mesas de dinero. El BCV se hace a un lado de la gestión de
operaciones entre agentes corporativos mediando bancos, pero ya en teoría, no
debería haber esa discrecionalidad que tenía el Dicom en materia de fijación de
tasas e inclusive, en liquidación de operaciones. Hablamos de un mercado más
libre que no significa o implicaría una liberación completa del esquema
cambiario, como muchos han afirmado”
3 puntos que pueden
condicionar el potencial éxito o fracaso de este sistema
Para Bárcenas y Cumto, hay 3
puntos por los cuales el nuevo sistema podría fracasar.
1.La oferta.
Se está hablando de una
economía pequeña, que ha caído más del
56% per capita 2014, con un
sector privado bastante disminuido en su generación de divisas. Esto implica
que “no necesariamente el sector privado cuenta con las divisas necesarias para
surtir una demanda tan grande”,
2.No hay incentivos. Hay
poca credibilidad hacia las decisiones que tome el sector público, la gestión
de Maduro y el BCV y no hay incentivos para dar más divisas “El sector privado
ve que, a futuro, la persistencia de la hiperinflación y de una devaluación
nominal puede seguir, la estabilidad cambiaria puede seguir y la mayor
cobertura que tiene el sector son los dólares. Es difícil que el mercado se
desprenda de ellos”.
De otro lado, la demanda, ya
afectada por un crédito muy mermado y por un salario, en términos reales también
muy mermado. “Por más libre que esté ese mercado, la demanda responda simplemente
a esa mayor libertad”
3.Cómo movilizar esas
divisas. “Más allá de que estamos ahora alejados del sistema Dicom todavía
pueden persistir los aspectos operativos detrás de estas transferencias de
cuentas en divisas en bancos locales a cuentas afuera o el uso de esas divisas
a través de un medio de pago internacional emitido por un banco local”.
En general, hay consenso
entre los economistas, en cuanto a que las sanciones internacionales pueden
imponer desincentivos a la medida. “La mayor sombra de este anuncio está que el
incentivo reputacional de participar en el sistema, ya que el BCV lo informa un
mes posterior al anuncio de las sanciones del Departamento del Tesoro de los
EEUU, lo que hace que la interacción del BCV sea muy tóxica con los otros entes
financieros, que, como cautela, puedan evitar la participación con un ente que
ha sido sancionado”, apuntó Cumto.