Prensa. news.un.org.
UNICEF
respalda una campaña de inmunización liderada por las autoridades de salud de
la República Democrática del Congo para detener el brote de sarampión que
sacude a la región del noreste del país también afectada por el Ébola y azotada
por una violencia que genera desplazamientos de población masivos y constantes.
Un
virulento brote de sarampión con 115.000 casos reportados este año ha causado
la muerte de cerca de 2000 personas en la República Democrática del Congo. Dos
tercios de esas víctimas eran niños menores de 5 años. Para responder a la
emergencia, el Ministerio de Salud del país ha iniciado este jueves una campaña
de vacunación que tiene el propósito de alcanzar a 67.000 pequeños en la
provincia de Ituri.
El
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en conjunto con la
organización Médicos sin Fronteras, apoya el despliegue de los trabajadores de
salud que inmunizarán a los niños congoleños en Ituri, una provincia que
también ha registrado 5400 cuadros de ébola y 50 muertes por esa enfermedad
durante el último año, y que sufre una ola de desplazamientos de población
debido a la violencia de los enfrentamientos entre las fuerzas del Gobierno y
grupos armados.
El
representante de UNICEF en la República Democrática del Congo subrayó la
gravedad que supone la convivencia de ambos padecimientos en la misma zona. “La amenaza combinada de ébola y sarampión
para miles de familias desplazadas viviendo en campamentos sobrepoblados e
insalubres no tiene precedentes. Tenemos una oportunidad muy reducida para
prevenir una pérdida masiva de vidas”, alertó Edouard Beigbeder.
Cuatro
campamentos para empezar
Precisamente
por estas condiciones de alto riesgo, los primeros objetivos de la campaña son
cuatro campamentos de desplazados en la localidad de Bunia, adonde han llegado
cientos de familias desarraigadas en las últimas semanas.
El
límite de uno de esos campamentos está a menos de 100 metros del centro de
tratamiento de enfermos de ébola, un padecimiento muy contagioso. Además, se
encuentra apenas a 3 kilómetros de un punto en el que se han registrado cinco
casos de ébola, dos de ellos en las tres semanas pasadas.
La
campaña de vacunación contra el sarampión ha debido incorporar medidas y
protocolos adicionales para prevenir la propagación y el contacto con el virus
del Ébola. Entre otras provisiones, los trabajadores de salud deberán usar
batas para evitar el contacto con sangre y otros fluidos corporales. Los
equipos de vacunadores también contarán con un trabajador especializado en
evaluar y diagnosticar los cuadros sospechosos de ébola.
UNICEF
explicó la complejidad de diagnosticar a los enfermos de ébola toda vez que los
primeros síntomas de la enfermedad, como la fiebre y la diarrea, son los mismos
que se presentan en casos de sarampión, malaria o cólera, tres padecimientos de
alta incidencia en el país, sobre todos en los sitios donde se hacina la
población desplazada.
Crisis
humanitaria
Según
los datos de la ONU, en la provincia de Ituri habría hasta 40.000 desplazados,
en su mayoría mujeres y niños, viviendo en unos 35 campamentos, muchos de los
cuales se ubican en zonas inaccesibles por el nivel de inseguridad. El
representante de UNICEF afirmó que el noreste de la República Democrática del
Congo es escenario de “una de las peores crisis humanitarias de la actualidad”.
“Ya
sea a causa del sarampión, del Ébola o de vivir en un campamento de
desplazados, los niños se encuentran bajo un grave riesgo. Tenemos que hacer
todo lo que podamos para protegerlos”, dijo Beigbeder, quien recordó que los
enfrentamientos armados han dañado o destruido la mitad de las instalaciones de
salud y las escuelas de la provincia. Hasta el 8 de julio se habían registrado
2428 casos de ébola con 1641 muertes. Casi 30% de los casos fueron niños.