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El
bolívar dejó de ser dinero, ya no es reserva de valor, es una moneda extinta.
Eso ocurre en el momento en que una moneda pierde sus atributos fundamentales,
los cuales son ser un eficiente medio de pago, ser una unidad de cuenta y un
almacén de valor, indica el analista económico y dirigente del movimiento
Soluciones para Venezuela Pedro Elías Hernández.
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¿No es posible recuperar el bolívar como moneda?
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Retornar a las reglas de emisión de dinero que tuvimos desde 1918 hasta principios
de los años 70 del siglo pasado, ha sido uno de los planteamientos más
juiciosos que han hecho algunos importantes economistas venezolanos a objeto de
acabar con el financiamiento monetario del gasto fiscal . Sin embargo, a mi
juicio ya es tarde. En la actualidad el bolívar como moneda ha llegado a un
punto de no retorno. El bolívar ya no es dinero.
Según
lo establecía la Ley de Moneda de 1918, un bolívar era el equivalente a 0,29
gramos de oro. En tal sentido, el número de bolívares que estaba en circulación
en el país, tenía que ser igual a la cantidad de oro que estuviese depositada
en los bancos venezolanos que poseían para entonces la facultad de emitir
dinero. Luego, a partir de 1939, con la creación del Banco Central de
Venezuela, se centraliza en esta institución la emisión de dinero primario pero
se conservan las reglas de emisión preexistentes.
Una
caja de conversión perfecta fue lo que tuvimos los venezolanos desde la segunda
década del siglo XX hasta principios de los años 70 de ese mismo siglo. Así se
tuvo una relación cambiara fija de Bs 3,30 por dólar, desde 1934 hasta 1963, y
de Bs 4,30 por dólar de 1964 a 1983. En medio siglo el bolívar mantuvo bastante
firme su capacidad de compra. Los nuevos bolívares emitidos por el BCV tenían que
ser respaldados primero por oro, pero fundamentalmente por divisas (dólares),
en base a un tipo de cambio fijo. Tales reglas muy rígidas de emisión, fueron
las que posibilitaron inflaciones menores de 2% anual en Venezuela durante
varias décadas.
- ¿Y
qué fue lo que ocurrió que todo eso cambió?
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Lamentablemente estos arreglos institucionales en política monetaria y
cambiaria se fueron relajando, otorgándole más discrecionalidad al BCV para
lanzar bolívares al torrente económico venezolano sin el suficiente respaldo.
Esta relajación se acentuó con la estatización de la industria petrolera y a
partir del sobre ingreso fiscal de los años 70 y principios de los 80 del siglo
pasado.
El
cambio dramático en la economía venezolana se produjo en 1975 (año de la
estatización de los hidrocarburos) cuando el gobierno se apoderó de la mayoría
de las divisas que ingresaban a la nación por medio de PDVSA. Antes de
estatización petrolera, los gobiernos de turno recibían su ingreso por
exportación de crudo en bolívares. Las empresas transnacionales, cambiaban sus
dólares por moneda nacional, al cambio de la época,(3,30 hasta 1960 y 4,30
hasta el momento de la estatización del petróleo en 1975) para cancelar sus
obligaciones por concepto de impuestos y regalías por la explotación de los
hidrocarburos. Antes de la estatización de los hidrocarburos si los gobiernos
querían dólares acudían al BCV. Después, para el BCV obtener dólares tenía que
acudir a PDVSA, controlada por el gobierno. Tal circunstancia constituyó un
cambio crítico en los arreglos institucionales que en materia monetaria y
económica tenía el país.
- ¿A
su juicio cuál fue la principal causa del mal manejo monetario?
- Se
produjo una distorsión muy grave, ya que el gobierno ajustaba el precio del
dinero emitido por un país extranjero, es decir, la tasa de cambio, y al mismo
tiempo controlaba la mayoría de las divisas que ingresaban al país. El
incentivo para devaluar fue irresistible para nuestros gobernantes. Obtenían
mayor número de bolívares por la misma cantidad de divisas extranjeras
recibidas por la exportación de crudo. Se perdió la regla de emisión de poner
nuevos bolívares en circulación si solo si había previamente nuevos dólares
ingresando a las reservas internacionales del BCV.
En
la práctica y a raíz de la estatización petrolera, el Estado venezolano se
acostumbró a funcionar en la economía doméstica haciendo uso de hecho de dos
tipos de monedas: la divisa que recibe por el petróleo y el bolívar. Sólo que
la divisa extranjera la utiliza para los efectos de su ingreso y el bolívar
para los efectos de su gasto. Como lo que importa son los ingresos y la
capacidad de compra de esos ingresos, ya que de ellos depende la capacidad de
gasto, a nuestros gobernantes nada más les importa el bolívar en lo que respecta
a la variable del gasto, es decir, de sus obligaciones económicas internas. De
allí que no les interese mucho el poder adquisitivo de nuestra moneda nacional,
sino el poder adquisitivo de la divisa extranjera. Por eso, qué mejor cosa que
tener que honrar compromisos en el sector interno con una moneda débil y que se
deprecia constantemente, mientras que al mismo tiempo se reciben ingresos en
una moneda dura que preserva su valor. Este esquema fue destruyendo nuestra
divisa nacional hasta el punto de que el bolívar ha dejado de ser dinero. El
bolívar perdió sus atributos para el ahorro y la inversión y sólo tenía sentido
para el consumo, en medio de un proceso inflacionario que empezaría a
convertirse en crónico.
- ¿Y
durante el gobierno de la revolución bolivariana cómo ha sido la política
monetaria?
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Con la reforma a la Ley del BCV de los años 2005 y 2010 aparecieron formas más
letales de financiamiento monetario por parte del gobierno, lo que en la
práctica representó una sucesiva devaluación de nuestro signo monetario hasta
el punto de su extinción. Se creó la figura de las reservas internacionales
excedentarias lo que permitió el tras-base de 130 mil millones de dólares del
BCV al FONDEN, un fondo de inversión a través del cual se dilapidó parte de la
bonanza petrolera vivida durante el gobierno de Chávez. También se le dio al
BCV facultades para financiar a los entes del Estado fiscal, sobre todo de
PDVSA. Y el déficit fiscal en general El BCV no es un banco cualquiera, es un
banco que emite dinero primario, por eso la liquidez monetaria ha llegado a
crecer a tasas de más de 1000% anual en 2017 y seguramente lo haré a niveles
alucinantes en 2018. Esa es la razón de la hiperinflación que padecemos. Qué
tiempos aquellos cuando los ingresos petroleros del gobierno se obtenían en
bolívares, las divisas petroleras estaban en manos de los privados y el Estado
no estaba interesado en devaluar ya que tal cosa le quitaba capacidad de compra
al sector público.
- ¿A
la luz de toda esta historia qué propone?
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Una reforma monetaria que instaure el dólar como moneda de curso legal, es
decir, una dolarización plena de la economía que es lo que está ya ocurriendo
de hecho, o que establezca la libertad monetaria para que cada persona decida
en qué moneda quiere tener su riqueza, abatiría sin duda la hiperinflación.
Pero, aparte de este aspecto que es crucial, sería un acto de justicia para con
el patrimonio económico y dinerario de los empobrecidos ciudadanos de este
país. Si ustedes leen las letras pequeñas que tienen los billetes en bolívares
emitidos por el BCV, lo cual aplica también para los bolívares emitidos
electrónicamente, notarán que dicen “pagaderos al portador en las oficinas del
banco”. Esto quiere decir que esos bolívares tienen legalmente un respaldo en
divisas, en dólares de las reservas internacionales, por lo que en virtud de
ese compromiso expresamente indicado en los billetes, el tenedor o portador de
esos bolívares es el dueño legítimo de esas divisas que le dan respaldo a
nuestra moneda, por lo que puede exigir le sean pagados en las oficinas del BCV
al tipo de cambio establecido. Eso es lo que ni más ni menos implica la
dolarización de la economía venezolana: Un acto de justicia monetaria para
devolverle valor al tiempo, al trabajo y al esfuerzo de las personas.
Ya
que la revolución chavista y el gobierno madurista han llevado a nuestra divisa
nacional a un punto de no retorno, han cometido parricidio monetario al
asesinar a la moneda que lleva el nombre del Padre de la Patria haciendo que el
bolívar haya dejado de ser dinero, entonces, en justicia, hay que entregarles a
los tenedores de los bolívares, los dólares que legalmente deben respaldarlos.
Los verdaderos dueños de los dólares que están en el BCV no son los gobernantes
de turno, sino los millones de venezolanos tenedores de los bolívares en
circulación, quienes han sido estafados por aquellos que destruyeron su
patrimonio dinerario. Hay que tener en cuenta que el dinero es la propiedad
privada más democrática que existe, que es el medio a través del cual nos
protegernos frente a la incertidumbre del futuro y que es el bien que recibimos
a cambio de nuestro tiempo, trabajo y esfuerzo. Es el tiempo y el esfuerzo de
su vida. NP